
Un insólito incidente le dejó a Eliécer Ibáñez una gran herida en su cuello que hoy debe cubrir con una venda, por indicación médica. No se trató de la represalia de un atracador armado de un objeto cortopunzante, situación que podría imaginarse cualquiera teniendo en cuenta la inseguridad que vive la ciudad. La lesión que hoy aqueja a este mensajero, de 40 años, fue producto de la caída inesperada de un cable –afortunadamente no energizado– que al precipitarse desde el poste se le enredó en su cuello mientras pasaba por el lugar conduciendo su moto.
El motociclista relata que el hecho sucedió el sábado al mediodía, cuando transitaba por la calle 76 con carrera 49b.
“Yo iba a entregar un domicilio por ahí cerca y me desplazaba a una velocidad baja por la 76, cuando de repente se cae el cable y se queda precisamente entre el casco y mi cuello. Sentí un fuerte ‘quemón’ porque el cable estaba caliente (por el sol), me asusté y paré. Todo fue muy rápido”, cuenta el hombre que agradece a Dios que el incidente no le haya provocado perjuicios mayores.
De inmediato, Eliécer –un poco adolorido– se dio a la tarea de averiguar a qué empresa de telecomunicaciones pertenece esta red, y algunos residentes del sector aseguraron que es de Telmex (hoy en día convertido en la marca Claro). Una afirmación que ni él ni este medio de comunicación pudieron confirmar.
Ante este caso surgen varios interrogantes: ¿quién debe responder por este tipo de incidentes fortuitos a los que está expuesto cualquier ciudadano? ¿una situación de estas se debe a la falta de mantenimiento de las redes por parte de las empresas prestadoras de servicios públicos? ¿qué dice la normativa que regula estos temas en Colombia? Intentaremos resolverlos. LHC