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'Hay gente que dice que eso no existe. Otros, aunque saben que es verdad, quieren creer que eso no les pasará a ellos, que son casos aislados que nunca los van a tocar'.

Eso piensa Miguel Fajardo, un profesor de música que vive en el barrio La Unión en Barranquilla, sobre el aumento de casos de COVID-19 que se han registrado durante la última semana en la ciudad.

A pesar de que Barranquilla esta semana contó 53 muertes por coronavirus, todavía hay personas, según refiere Fajardo, que piensan que esa no es la realidad.

'Alguien en una red social decía que si tantas muertes eran reales, por qué no veíamos a los muertos tirados en la calle. La gente creyó que acá iba a ser un desastre, pero como no sucedió, dejaron de ponerle atención y de cuidarse', indica Fajardo.

No obstante, a pesar de que el Atlántico es uno de los departamentos más pequeños del país, ocupa el segundo puesto con mayor número de casos de COVID-19 en el país.

El lunes se arrancó contando 185 nuevos casos positivos en el departamento y, cada día de la semana, la cifra fue aumentando completando una suma total hasta el pasado sábado de 2.207 casos de coronavirus en el Atlántico. De los cuales, sólo Barranquilla reportó 1.145 contagios durante la última semana. Y de los municipios atlanticenses, Soledad es el más ‘coronado’ por la pandemia.

Pero esta alarmante cifra y la tasa de letalidad, de 3.43% en Barranquilla, que supera la del país (3.13%) no ha sido impedimento para que dos o tres veces en la semana, según cuenta Miguel Fajardo, amigos en Facebook suban fotos de celebraciones de cumpleaños con personas que no viven en sus casas o que unos de sus vecinos hicieran 3 fiestas de seguido, recibiendo personas que llegaban en carro.

'Como mi mamá no se murió, como no estoy enfermo ni conozco a nadie que tenga el virus, entonces creo que no me va a pasar nada. Así piensan muchos. Sumado a todo eso, salen las noticias del supuesto cartel del COVID-19 y otras informaciones erróneas, que la gente va perdiendo confianza y se relaja', señala Fajardo.

Este barranquillero, además considera que, al vivir en un país acostumbrado a las tragedias, es más difícil sorprenderse por la muerte. Colombia cuenta muertos desde mucho antes de la pandemia, casi de manera diaria. Entre homicidios, suicidios, accidentes y la guerra, la pandemia parece ser una razón más del ‘abanico’ de violencia que reina en el país.

Pero la culpa, como él dice, no recae sólo en la indisciplina del ciudadano. Añade otros factores como la desinformación que genera desconfianza, la falta de planeación de los gobiernos para impartir medidas, la necesidad económica que hace que algunos barranquilleros deban salir a ‘rebuscarse’. Aún más cuando, según cifras del DANE, 21 mil personas ya no hacen parte de la población ocupada en la ciudad.