Sobre las 7:15 de la mañana de hoy empezó el procedimiento. Los especialistas estaban listos y la sala donde se realizaría la operación estaba adaptada. Solo quedaba dormir al paciente, del que aún se desconoce la edad, se sabe que fue exalcalde del lugar donde reside y que su peso va más allá de lo normal.
‘Tantor’, el elefante del Zoológico de Barranquilla, se evitó el trámite de pedir una cita al dentista y que le autorizaran la intervención. En su caso viajaron dos expertos desde Estados Unidos para operarlo de una infección en el colmillo derecho y lo hicieron en su propia casa.
A través de un dardo en sus patas traseras le fue suministrada la anestesia, una sustancia mil veces más fuerte que la morfina y que tardó dos años en ser traída a Colombia.
A los 14 minutos de lanzado el dardo el animal cayó en el lodo que hay en su hábitat. 'Le tuvimos que inyectar una parte de la dosis extra mientras él estaba en posición esternal porque nos iba a pelear mucho al tratar de empujarlo y no era seguro para el personal. Le inyecté en la oreja y nos permitió empujarlo de ladito', contó Carlos Sánchez, director de Servicios Veterinarios del Fort Worth Zoo en Texas, Estados Unidos. Junto a él trabajó el dentista veterinario Barron Hall, consultor del National Zoo en Washington D.C., Estados Unidos y el equipo veterinario del zoológico.
A las afueras del zoológico había una grúa a la espera de una señal que indicara que el animal había caído con el colmillo derecho debajo, debido a que era necesario que estuviera al revés.
Cuatro personas recibieron el entrenamiento: un supervisor, dos emparejadores y un operador de grúa. Realizaron visitas al lugar y consiguieron unas eslingas especiales para no maltratarlo.
Sin embargo ‘Tantor’ colaboró con los especialistas y cayó en una buena posición para no alargar más aquellos dolores en su colmillo.
Para este procedimiento era necesario hacer un ayuno, más largo que el de una persona. Fue de 48 horas sin alimento y 24 horas sin agua, 'todo esto para que tenga el estómago vacío debido a que en una anestesia general el contenido que está en el estómago puede devolverse y hacer que el animal vomite', indicó Henrique Riva, jefe de veterinaria del Zoológico.
Para que el animal no se sintiera estresado con el ayuno tuvieron que crear actividades diferentes con él. 'Debimos tener creatividad y hacerlo con olores y sonidos diferentes que él no conociera, incluso cosas diferentes en la exhibición para cambiarle la rutina y que el proceso del ayuno fuera menos estresante'.