Mientras llega la enfermera con la bebé, Marta Malagón advierte que está emocionada por ver a su hija, Melanis Darihana, tras la operación de labio fisurado que ayudó a corregir gran parte de su malformación congénita.
'El día que me enteré de su situación lo tomé muy normal. Tengo un hermano con el labio así, pero queríamos aprovechar la oportunidad', señaló la madre en el pasillo.
Más de 250 pacientes del Atlántico y la región fueron valorados el miércoles y jueves en el hospital Cari de alta complejidad, de los cuales 60 (entre niños y adultos) fueron escogidos para la jornada de operaciones de labio fisurado, paladar hendido, sindactilia y polidactilia, liderado por la fundación Operación Sonrisa y Club Rotario Barranquilla.
De repente, una enfermera llama a la madre y Melanis entra al cuarto de espera en brazos de una asistente. Está dormida, pero el cambio en su boca es evidente. Marta sonríe al verla, la carga y la abraza.
'Está bella mi preciosa', alcanza a decir la mujer, mientras agasaja y suministra suero pediátrico a Melanis.
La hendidura en su labio superior, la cual se extendía por el ala derecha hasta un orificio de la nariz, ya no está. Ahora solo una leve marca en el labio, evidencia la intervención. 'Todo tiene solución, Dios es grande y nos dio la oportunidad de estar aquí', comenta Tulio Oñate, padre de la menor, en un pasillo del hospital. Una sonrisa resalta en su rostro.
La pareja de samarios hace parte de la asociación de cabildos indígenas, Dusacawi Epsi, y afirman que tras conocer la patología de la pequeña, han intentado costear el tratamiento. 'En estado de embarazo ya habíamos gastado $900 mil en una consulta en Barranquilla, radiografías y estadía. Uno como padre tiene que hacer sacrificios por los hijos', indica Oñate.
Rocío González, coordinadora de la jornada, explica que la actividad fue exitosa porque superaron el número de intervenciones. 'Pensábamos intervenir entre 40 y 50 pacientes, y afortunadamente fueron 60. Ayer se operaron cuatro, hoy 28 y mañana 28', concluye.