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La eterna búsqueda humana por alcanzar nuevas cumbres en la montaña del placer sexual ha llevado a muchos a tomar la decisión extrema de perforar sus genitales para insertar adornos; otros, los hombres específicamente, se implantan objetos en el pene, usualmente pequeñas esferas, para brindar y obtener supuesta más satisfacción en el acto.

En Barranquilla el piercing y los implantes genitales son algo relativamente nuevo, y todavía se pueden clasificar como practicas underground. No obstante un recorrido realizado por AL DÍA entre reconocidos locales de tatuajes y perforaciones, revela que poco a poco aumenta el número de personas que los solicitan.

En Tattoo Inkarnaval Studio y Body Piercing, en la carrera 54 No 55-39 local 101, las perforaciones están a cargo de la cucuteña Karen Ballesteros. 'Mensualmente nos llegan una o dos nenas para que les realicemos una perforación vaginal, casi siempre escogen la que se realiza en la parte superior, llamada ‘Cristina’, porque no implica la perforación del clítoris', cuenta.

Ese tipo de piercing cuesta entre $100 y $150 mil. A veces a Karen no le gusta la pinta de la clienta y le pide más de $300 mil. 'Le cobro eso para no hacerlo', reconoce. La razón es que la cucuteña es microbióloga y conoce a la perfección las bacterias que alberga la zona íntima, por eso cuando la mujer es desaseada, o tiene aspecto de trabajadora sexual, Karen le niega el servicio.

En Tattoo Inkarnaval no le perforan el pene a los hombres, no hay excepciones. 'No lo hacemos porque el cliente tiene que estar erecto para hacer el procedimiento y también porque es algo muy delicado, un error y uno le puede dañar la vida a esa persona'.

No obstante, semanalmente llegan dos o tres caballeros preguntando por piercings genitales. 'Generalmente son hombres jóvenes, la mayoría homosexuales', confiesa Karen.

Prepagos y pupys

Babylon Tattoo, en la carrera 45B No 90-210, local 2, es uno de los sitios de tatuajes y piercing más tradicionales de Barranquilla, acaba de cumplir 15 años y su dueño, el paisa Alejandro Botero, 'artista plástico del arte corporal y del tatuaje', asegura que la mayoría de las mujeres que llegan buscando perforaciones íntimas viven del sexo.

'Son chicas muy voluptuosas que quieren resaltar aún más sus atributos con un piercing en la vagina, o en los pezones. Muchas trabajan haciendo shows eróticos, o son ‘prepago’. Ellas nos dicen que ese tipo de adornos excitan a los hombres y los atraen más', afirma Alejandro. El rango de precios que se maneja en Babylón es prácticamente el mismo de Inkarnaval. Las clientas también suelen pedir el piercing más ‘suave’: el ‘Cristina’, que no tiene ningún contacto con el clítoris, es superficial, decorativo y se realiza en el lugar donde se juntan la vulva y los labios mayores hasta el monte de Venus.

Pero en Barranquilla hay otro tipo de mujeres que buscan una perforación intima, son las universitarias o ejecutivas de estrato alto, que generalmente llegan al local acompañadas de su pareja estable y buscan una perforación extrema para experimentar nuevas sensaciones en la intimidad.

'La verdad es que los piercing íntimos no los buscan mujeres de clases media o trabajadora. Los buscan dos grupos muy definidos que son antagónicos, polos opuestos se podría decir: las que viven del sexo o las ‘niñas pupis’, que uno nunca se imaginaría llevan un piercing en la vagina', sentencia Botero.

En Babylon tampoco les perforan el pene a los hombres. 'En los 15 años que tiene este negocio jamás hemos hecho un piercing en el pene. A los que vienen a preguntar por este tipo de modificaciones extremas, o por implantes, les recomendamos que hablen con Alexander Rodriguez Neira, el dueño de Sandman Tattoo', relata Botero.

‘2 0 3 en un año’

Alexander Rodriguez Neira es un tipo de pocas palabras, pero es el único artista del tatuaje que realiza piercing e implantes genitales en Barranquilla.

Al entrevistarlo, de entrada, coge su celular de alta gama y nos muestra un video grabado hace dos semanas en el que se ve como a un hombre le insertan una pequeña esfera de metal en el tronco del pene, debajo de la piel, el video está en YouTube.

El procedimiento se realizó en su local, Sandman Tattoo, en la calle 88 No. 47-20, local 5, y es uno de los dos o tres implantes que Alexander realiza en un año.

No siempre son en el pene, otros clientes se introducen figuras de titanio, teflón o silicona quirúrgica, bajo la piel de los brazos, o en la frente para simular cachos, como los que en teoría debe tener el llamado demonio.

Y no es barato, un implante bien hecho, como el que hace Alexander, cuesta más de $500 mil, sin incluir los medicamentos que debe comprar y consumir el cliente posteriormente.

'Es como una pequeña cirugía, se firma un documento legal con el cliente, se les explican los riesgos, los cuidados, sus compromisos. Nosotros damos fe de que el material que se usa es el mejor, que es estéril y que estamos capacitados para realizarlo, nunca hemos tenido ningún problema', señala Alexander.

El implante en el pene que realizó Alexander se conoce popularmente en Cuba como ‘la Perla’. Cuentan la leyenda que es el arma secreta de los gigolós para darles más placer a los turistas, hombres y mujeres, que llegan a la isla buscando sexo. En Cuba ‘la Perla’ se fabrica y se implanta de manera artesanal, muy rudimentaria.

En Barranquilla no

El perfil de los clientes de Alexander son hombres profesionales de estratos altos, que buscan en este tipo de implantes y piercing extremos nuevas sensaciones eróticas, el hedonismo absoluto, el goce más allá del goce que humanamente nos fue concedido.