Beatriz González vive en Galapa pero trabaja en Barranquilla y diariamente, para regresar a su casa, toma el bus en el puente de La Cordialidad con la Circunvalar. Llega en mototaxi por la Circunvalar y para subir al puente toma un atajo por unas escaleras que han construido artesanalmente. Luego de pagar un aporte voluntario, sube en menos de un minuto.
Explica que es más práctico subir por allí, ya que las orejas del puente no tienen andenes y es peligroso caminar por la berma, no solo por el temor de ser arrollada por un vehículo, sino porque el sector está enmontado y puede ser víctima de un atraco, ya que no hay vigilancia ni iluminación. 'Además, el trayecto es más largo y hay que recorrer como 5 minutos a pie para poder llegar al puente donde paran los buses para recoger a los pasajeros'.
Al igual que González, son muchas las personas que a diario utilizan este sistema para tomar el bus hacia los diferentes municipios ubicados sobre La Cordialidad, ante la falta no solo de un paradero de buses antes o después del puente, sino ante la falta de autoridad para evitar que los conductores de transporte intermunicipal tengan una improvisada ‘terminal’ en el puente.
Alfredo Reyes, presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos y experto en urbanística, señala que por norma y por seguridad no puede haber ningún tipo de escaleras para subir al puente. 'Lo hay porque la gente por vía de hecho ha habilitado un acceso para poder tomar el bus, dado que los transportadores han convertido la parte superior del puente en una ‘miniterminal’, lo cual es una falla de los transportadores, ya que en un puente no se puede abordar ningún vehículo'.
Señala que eso ocurre porque en los extremos del puente no hay paraderos adecuados para los pasajeros. 'Ni del lado de Galapa ni del lado de Barranquilla hay un paradero cómodo que permita abordar el bus'.
Agrega que tampoco hay un proceso de señalización y de seguridad en el puente. Por ello, los pasajeros, sobre todo en la noche, prefieren subir por el atajo al puente, donde los espera el bus, y no arriesgarse a que los atraquen en los extremos.
En conclusión, Reyes dice que son una conjunción de fallas que han llevado a la situación actual: que los ciudadanos de manera artesanal se hayan inventado la escalinata para poder acceder al transporte intermunicipal, porque en el puente es donde está parando el bus.
'No hay autoridad que impida eso y por ello se presenta la violación a las normas. El Código Nacional de Tránsito señala que encima de los puentes no puede haber paraderos, eso está prohibido'.
El Código establece que los paraderos deben estar ubicados a 150 metros del puente de ambos lados y en ambos extremos para el descenso y ascenso de pasajeros.
Asegura que 'después de que haya control sobre los buses, eso se acaba por sustracción de materia, porque nadie va a subir donde no puede hacerlo'.
Precisa que lo correcto es que se haga una completa dotación de mobiliario urbano, paraderos adecuados en los cuales también se le puede dar solución al tema de los vendedores informales que ocupan el espacio público.
Igualmente –añade– es necesario garantizar las mínimas condiciones de seguridad en el sector. Y que las autoridades de tránsito ejerzan el debido control para garantizar que los buses cumplan con las normas y no paren en el puente y afecten la resistencia del mismo, ya que está diseñado para cargas móviles. 'El puente no puede tener una fila de ambos lados de buses estacionados como está ocurriendo'.
Construido hace 30 años. Edilberto Álvarez, vicepresidente de la Sociedad de Ingenieros del Atlántico, afirma que el puente en sí no tiene fallas de construcción, y recuerda que fue construido hace cerca de 30 años por el Ministerio de Obras Públicas y Transporte, pero el hecho de que esté siendo utilizado como ‘terminal’ atenta contra todos los que transitan vehicular y peatonalmente, y ninguna autoridad ha tomado cartas para darle solución definitiva a este problema que se viene presentando hace rato.
Con relación a la falta de andenes, indicó que las especificaciones técnicas de hoy no eran las mismas de hace 30 años y las condiciones de tráfico eran distintas.
Reiteró que las autoridades no deben permitir en ningún puente el parqueo permanente de vehículos ni de ventas ambulantes. 'Un puente siempre debe estar despejado por cuestiones de seguridad vial'.
El puente de La Cordialidad está ahora a cargo de Invías, entidad que anunció para este año una inversión de $1.200 millones para su mantenimiento. Cuando se libere el presupuesto se abrirá la licitación, a finales del primer trimestre.
Diana Amaya, secretaria de Espacio Público, dijo que todos los elementos que no estén autorizados y que van en contravía de la preservación de la integridad física, como la escalera rústica que no cumple con especificaciones técnicas, serán retirados.
Hace un llamado a la ciudadanía para que no se expongan ellos mismos ni a los menores subiendo por estas escaleras en las que se pueden causar un accidente.
Reiteró que los buses no están autorizados para parquear en el puente, y la Secretaría de Movildiad ha tomado acciones en el asunto. 'Pero este es un problema de todos, comenzando por las empresas transportadores que ilegalmente parquean en el puente, de los ciudadanos que no deberían abordar los buses allí, ni bajarse en ese punto de la ciudad que no está autorizado y exponer sus vidas'.
Manifestó que es un problema integral y en lo que respecta a Espacio Público dijo que 'si ponen las escaleras cinco veces, cinco veces será quitada'.
El mayor Edwin Naranjo, comandante de la Unidad de Tránsito de la Policía Metropolitana, manifestó que con la Secretaría de Movilidad y de Espacio Público se coordinó la demolición de las escaleras de acceso al puente. Así mismo dijo que constantemente hacen operativos de control a la recogida de pasajeros en lugar prohibido, así como con apoyo de la Policía del cuadrante realizan labores de seguridad en estos sitios.
Pero sostuvo que con la Secretaría de Movilidad se gestionan otras estrategias para evitar que las personas aborden el bus en este sitio y lo hagan desde los sitios permitidos. Precisó que hay que implementar un plan para la modernización del parque automotor que le brinde a los usuarios mayor cobertura del transporte público, es decir un transporte integral en los barrios del sur para que la gente no tenga que desplazarse hacia esos puntos ilegales a tomar el bus para ir a los municipios del Atlántico. 'Son proyectos macros a largo plazo que requieren de mayor infraestructura y presupuesto'.
Indicó que mientras persista un transporte no acorde a las necesidades de los usuarios, esas circunstancias se van a seguir presentando. 'El uso de la represión no es la mejor alternativa, con la aplicación de comparendos no se va a mejorar el problema, este se soluciona en la medida en que se le ofrezcan mejores servicios a los usuarios para que no se sigan trasladando a sitios donde abordan el bus de manera informal'.
Walid David Jalil, secretario de Movilidad, anunció que se contempla en el nuevo POT la habilitación de unos paraderos cercanos al puente que brinden seguridad a los usuarios. Asimismo, se espera la instalación, en menos de un mes, de unas cámaras que impartan comparendos electrónicos a los buses que se estacionen sobre el puente.