Gustavo Escorcia, un joven de 22 años y residente en el barrio Rebolo, hace parte de los 200 integrantes de pandillas que decidieron cambiar sus armas blancas por capacitación, uniformes deportivos y actividades productivas en desarrollo de un programa piloto impulsado por la Administración Distrital, que busca reducir los niveles de violencia asociada a jóvenes.
“Muchos de mis amigos delinquen por falta de oportunidades, pero nosotros queremos demostrar que sí se puede cambiar, que queremos dejar a un lado los problemas territoriales, de drogadicción y demostrar que podemos ser útiles a la sociedad”, dijo Escorcia, quien el pasado 16 de julio perdió la visión por el ojo izquierdo, luego de recibir un golpe en medio de una riña que sostuvo con jóvenes de otro bando.
La lesión le afectó la córnea y, pese a que fue intervenido quirúrgicamente, no fue posible que recuperara la visión.
Según Escorcia, de ahora en adelante serán jóvenes de paz.
“Soñamos con poder desplazarnos por nuestros territorios de un lugar a otro sin tener que enfrentarnos a otros jóvenes, y que se nos dé una oportunidad laboral, que no nos estigmaticen porque muchas veces por el solo hecho de vivir en Rebolo, La Chinita o El Bosque las empresas le niegan la oportunidad a uno”.
Muchos de los jóvenes dispuestos a dejar las pandillas en el olvido han recibido capacitación a través del Sena. En el grupo hay peluqueros, soldadores y electricistas, entre otros.
“Mi llamado es para que los jóvenes que hacen parte de pandillas dejen las armas y cojan un cuaderno y un lápiz y se capaciten para que sean alguien en la vida”, dijo Escorcia al señalar que sueña con ser sicólogo y poder ayudar a otros jóvenes.
En desarrollo del proceso de caracterización de pandillas y violencia juvenil, que adelanta el Distrito de Barranquilla con la participación de la Universidad del Atlántico y la Fundación Siglo XXI, la alcaldesa Elsa Noguera se reunió ayer con 200 jóvenes, con el objetivo de socializar acciones que permitan vincularlos socialmente en actividades de educación, capacitación para el trabajo, cultura, recreación y deporte, entre otros.
“Vamos a construir conjuntamente con ustedes, que son el presente de Barranquilla, un modelo de atención integral, que articule toda la oferta de la Administración, que vincule a las universidades y al sector privado, lo vamos a hacer con ustedes y para ustedes, para la transformación de sus vidas, de sus familias y sus comunidades”, señaló la mandataria distrital, quien estuvo acompañada por la secretaria de Gestión Social, Karen Abudinen; el director del Fondo de Seguridad y Convivencia, Jorge Ávila; el Comandante de la Policía Comunitaria, mayor Hans Tapia, y varios ediles de esa localidad.
Por Alexandra De la Hoz


