Desde noviembre se encuentran suspendidas las obras para la estabilización y recuperación ambiental de las playas del municipio de Puerto Colombia.
De acuerdo con el cronograma, el 10 por ciento de las obras están pendientes para ejecutar, por lo que solo falta por ejecutar los espolones 3 y 5, que devolvería a los caseteros y a todo el municipio una tranquilidad económica que el mar se ha venido tragando.
Vale recordar que la administración de la exalcaldesa Martha Villalba dejó listos los espolones 1, 2 y 4, que mejoraron la estabilidad de las playas. Sin embargo, por el proceso de erosión costera que está afectando las playas, que se deterioraron aún más tras el paso del huracán ‘Tomás’, en noviembre de 2010, si se tiene en cuenta que ocasionó el aumento en las profundidades de toda la zona y desembocó en un replanteamiento y reformulación del proyecto inicial.
Por todo lo anterior, el nuevo alcalde, Carlos Altahona, viajó ayer a Bogotá para gestionar la reasignación de los recursos con el fin de volver a poner en marcha el proyecto que en este momento se encuentra detenido como un buque en buen puerto a la espera de su pronto regreso al mar.
“Vamos a reunirnos en lo que era el anterior Fondo de Regalías, para tratar el tema de la reasignación de estos recursos que tanto está necesitando el municipio”, apuntó el mandatario.
Edison Massa, Secretario de Desarrollo Territorial del municipio de Puerto Colombia, aseguró que estos recursos se requieren de manera urgente porque dependen del Ministerio del Medio Ambiente.
“Desde el punto de vista jurídico y técnico, el proyecto está aprobado, lo único que falta es que reasignen estos recursos”. El presupuesto que se plantea ahora está en el orden de los $5.064 millones.
En su etapa inicial, el proyecto costaba $9.651 millones, pero con la reformulación del proyecto, la cifra asciende a $14.716 millones. En el sector de Miramar donde quedaría ubicado el espolón número 3, la línea costera retrocedió 80 metros, por lo que los caseteros claman por el pronto reinicio de las obras.
“Mira el estado en que están los negocios, aquí hace meses que no se trabaja como es debido y esto es lo único que sabemos hacer nosotros, la cosa está maluca, ya ni en las tiendas nos quieren fiar”, aseguró Bernabé Fontalvo, propietario de la popular caseta ‘El pez que habla’.
Confía en que la construcción del espolón número 3 es una roca de salvación para su vida y la de toda su familia. “Con la obra cambiaría en un 100% el panorama, mi hermano. Aquí estamos sobreviviendo del rebusque diario, la verdad es que no nos vamos a dejar morir de hambre”, afirmó.
Wilfrido Villalobos, de la Asociación de Caseteros de Miramar, apuntó que en total son 17 familias las que dependen del sustento diario de los agremiados. “Nuestra economía está por el suelo, pero con el espolón llegaría la estabilidad de la playa, volverían los turistas y nuestra economía volvería a resurgir”, afirmó, mirando un mar gris, bajo un cielo azulado, que durante todo el tiempo ha sido el padre dadivoso que quita y da, que los baña y se contrae, que besa y que reprende...
Por Carlos Polo





