Judicial

César Fonseca: bombero, jefe, padre y un gran amigo

Desde los 25 años ingresó al Cuerpo de Bomberos de Barranquilla y hoy en día es un referente para los jóvenes que están ingresando en las filas.

Aquel hombre de 25 años solo tenía un solo deseo desde su adolescencia: “Servir a la comunidad”. Era más delgado y tenía un bigote algo muy de los años 90, añadido que para la actualidad ya no existe en su vida. César Augusto Fonseca Echávez, subcomandante del Cuerpo de Bomberos de Barranquilla, es un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones que desean aspirar a ser luchadores en contra de las llamas que se propagan en algunas ocasiones mucho más que en otras, sobre todo cuando el viento es fuerte.

Fonseca inició muy joven y con una gran aspiración, misma que ha sido característica en él durante toda su vida: “El servicio a la comunidad desde muy joven, como desde que tenía 14 años me ha interesado y gracias a Dios se presentó la oportunidad en el año 1992 de ingresar a una institución que también se asociaba mucho a la ayuda de las personas. Por ese entonces en el distrito había algunas vacantes distintas a ser bombero, pero creo que tomé la mejor decisión”.

“Antes quizá no era tan riguroso el poder ingresar a una institución como esta. De hecho, desde que yo entré comenzaron los cursos, las certificaciones y capacitaciones como manejo de materiales peligrosos, primeros auxilios y otras, todo para estar bien preparados para los nuevos retos que afronta la sociedad”, manifestó el teniente.

Josefina Villarreal
Pasado y presente

Para el subcomandante hay una brecha y un cambio muy grande entre el pasado del Cuerpo de Bomberos y la actualidad: “Hay mucha diferencia entre el Cuerpo de Bomberos de hoy en día y el mismo de hace unos 30 años, partiendo de que los uniformes que usábamos eran regalados por el Ejército porque era la dotación que dejaban los soldados que habían terminado de prestar el servicio, entonces lo que nosotros hacíamos era adaptarles los escudos”.

“Todo el mundo se ha dado cuenta que de estación y media que teníamos hace aproximadamente 12 años, pasamos a tener cinco con 14 máquinas, incluso tenemos la máquina más alta que hay en Colombia”, agregó Fonseca.

Josefina Villarreal
Momento más difícil

Al pensar en el momento más duro de su carrera dentro de la institución, sin titubear, Fonseca mencionó que fue “el incendio de Bravo Petroleum”, y sorprendió porque con un recorrido de 30 años pudo demorar mucho su respuesta: “Hubo mucha ansiedad, mucho temor, mucho riesgo, y aunque tenemos muchas necesidades pensaría que los bomberos que están aquí fueron muy importantes para este control. A veces ellos son un poco atrevidos y eso a mí como jefe me da pánico, porque es la responsabilidad que uno tiene, y son personas que están bajo órdenes mías, y cualquier falla repercute en el nombre del jefe”.

Y es que la incertidumbre de las personas alrededor se trasladó en su momento a las autoridades: “Que el tanque iba a estallar, que el incendio se iba a propagar, fueron tantas cosas que en esos días nos afectaron a todos en general, pero bueno, ya estamos bien. Hace unos días tomamos un curso de manejo de incendios en tanques de almacenamiento, algo muy importante que no teníamos, ahora sabremos afrontar la situación de la mejor manera, no somos unos expertos pero estamos preparados”.

A su vez, el hombre manifestó sentirse sorprendido por el agradecimiento de los ciudadanos: “Nos sorprendió el agradecimiento del barranquillero, porque a pesar de que nosotros no necesitábamos nada, la gente nos llevó hallacas, hamburguesas, agua, bebidas energizantes, de todo. Incluso muchas personas llegaron a hacernos oraciones”.

No solo fue difícil en materia de estrategias contra el incendio, sino también en la parte humana y sentimental: “Perdí a un amigo, al sargento Solano. Él llegó primero al lugar, antes de las 5 de la mañana. Yo estoy escuchando por radio desde mi casa y oí cuando él solicitó el apoyo, me levanté y comencé a arreglarme, ya cuando estuve a punto de salir el radio volvió a sonar y estaba reportando esa triste noticia. Fue y es algo muy doloroso. Sobre todo escucharlo de la manera en que ocurrió”.

“Antes de bombero, soy padre”

Fonseca inspiró a sus dos hijos a seguir su camino dentro del Cuerpo de Bomberos. “Mi hijo, quien lleva por nombre César Augusto Fonseca Jiménez, estuvo cuatro años como bombero y tomó la determinación de irse para los Estados Unidos y ahora el alcalde Jaime Pumarejo nombró a mi hija Marla Fonseca Jiménez en el mes de octubre como bombera”.

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