Si bien en un principio Dalila Peñaranda Fairuth había contratado a Carmen Pérez Monterrosa para que la ayudara en su casa, hoy los papeles se han invertido.
Luego del brutal ataque del que fueron víctimas el pasado viernes 4 de septiembre, Dalila es quien ha prestado a Carmen la mano que necesita para llegar hasta los entes judiciales a interponer la denuncia en contra de sus agresores.
No es para menos, pues juntas se convirtieron en símbolo de la necesidad de una cultura ciudadana sólida en la ciudad y del llamado de las autoridades al cumplimiento de las normas de convivencia por parte de todos y cada uno de los barranquilleros. Sobre todo en tiempos en los que la distancia social parece ser lo más (bio) seguro.
Sin embargo, sus heridas no han sanado. Si bien los golpes y rasguños empiezan a reducir su coloración violeta, en sus memorias sigue el duro recuerdo del ataque, que solo logra motivarlas a seguir buscando justicia.
'La señora Carmencita llora cada vez que se acuerda –aseguró Dalila en diálogo con EL HERALDO– (...) Aunque a mí me dolieron los golpes, lo que más duro me ha dado ha sido ver los videos y ver cómo la trataron. Me pareció muy cruel'.
Por eso, para la pediatra, no ha sido ningún inconveniente acompañar a Carmen a Medicina Legal, a la Sijín o a la Fiscalía. A fin de cuentas, Carmencita también la acompaña a ella.
En ello, Dalila se ha hecho cada vez más consciente de que, tras imponer denuncias contra cuatro personas señaladas como responsables del delito de lesiones personales con perturbación funcional transitoria, las autoridades no pueden 'perder de vista que este es un caso en el que se evidencia el maltrato hacia dos mujeres que están en desventaja'.
De hecho, la Fiscalía General de la Nación informó este martes que trabaja en concordancia con este postulado, pues aseguró que las investigaciones por las agresiones se realizan 'con un enfoque de género'.
El proceso avanza
Según conoció EL HERALDO, la violenta agresión registrada en el pasillo del piso 10 del edificio La Ría, ubicado en el barrio Villa Santos, se divide judicialmente en dos casos: uno por lesiones personales con perturbación funcional transitoria, perpetrado contra ambas mujeres denunciantes; y una investigación paralela por violencia contra servidor público, teniendo en cuenta que uno de los policías que intervino terminó siendo agredido.
Cabe recordar que las personas denunciadas en este caso son los arrendatarios del apartamento, Martín Caro Parra y Fanny Franco Pérez, y dos de los invitados a la fiesta, identificados como Jalim Rebaje y Asad Barake.
Una fuente de la Fiscalía confirmó a este medio que a cada caso se le asignó un fiscal, lo cual ha permitido avanzar en la recopilación de entrevistas a los vecinos, al personal de seguridad del edificio, a las víctimas, los uniformados presentes y otros testigos del violento ataque. Así mismo, se conoció que ya se ha recopilado la mayoría de videos de la agresión, algunos tomados por cámaras de seguridad del edificio y, otros, por vecinos del habitáculo.
El abogado de las víctimas, Alfonso Camerano, explicó, en diálogo con EL HERALDO, que el anuncio de la Fiscalía sobre el enfoque de género al caso por lesiones personales contra Dalila y Carmen significaría una prioridad y celeridad en el proceso judicial.
'La investigación va a tener todas las garantías como si la tuviera cualquier otro fiscal que no sea de género investigando cualquier conducta de tipo penal. Pero como es de género, tiene una prioridad y celeridad. Esa es la intención, que sea mucho más ágil el proceso', indicó el abogado.
Cabe aclarar que si bien las investigaciones avanzan, tal y como lo informó la Fiscalía, se desconoce si al final de las mismas se proceda a una captura e imputación de cargos, sobre todo porque el delito lesiones personales con perturbación funcional transitoria califica como querellable y, usualmente, se resuelve en acuerdos entre las partes, teniendo en cuenta, sobre todo, el dictamen de Medicina Legal.
Aprender a Celebrar
Sobre el caso, Dalila Peñaranda añadió que, además de darle visibilidad a otros casos de violencia contra la mujer, el proceso legal que se desarrolla es 'una oportunidad para aprender a celebrar con mesura, con moderación. A realmente celebrar'.
En ello, la pediatra hizo énfasis en que desde hace 15 meses se había venido presentando inconvenientes en el edificio con los habitantes del apartamento en el que se desarrolló la fiesta y que ya se les había hecho llamados de atención e impuesto sanciones de tipo monetario.
Incluso, dijo Dalila, la administración del edificio había interpuesto una querella contra los arrendatarios del apartamento por faltas a las normas de convivencia.