Vestida como una princesa de un cuento de hadas. Así luce un pendón con la fotografía de Érika Beltrán Calderón, colgada encima de su cama vacía en la habitación donde vivía con su madre, en la carrera 15sur con calle 69, en el populoso barrio Siete de Abril.
La consentida de la casa, la única hija hembra entre nueve hermanos, lució ese vestido azul rey el día de su cumpleaños (20 de noviembre de 2014), ilusionada con sus 15 primaveras y con el alma repleta de sueños y ganas de prosperar.
El sábado cerró a las 7:15 de la noche un pequeño local de venta de minutos a celular en el que se ganaba unos cuantos pesos para aportar a la complicada economía de la casa.
Eludis Calderón, su mamá, llegó a esa hora, al término de su jornada laboral. La mujer se desempeña como empleada doméstica de una familia y la encontró alegre.
'Ella fue siempre así. Me dijo que iba para donde una amiga, acá a la vuelta, y nos quedamos tranquilos porque ella, máximo, a las 9 de la noche ya estaba en la casa', contó Calderón antes de romper en llanto. 'No era pelada de verbenas, ni rumba, ni nada de esas cosas'.
EN CÁMARAS
Beltrán, de 16 años, salió de su vivienda a las 7:30 p.m., vestida con un top azul, una braga de jean, sandalias y una correa de color rosa ciñendo su cintura. La misma que 13 horas más tarde sería encontrada apretada en su cuello.
A la casa de su amiga nunca llegó. El cómo y el porqué terminó en esa zona enmontada donde quedó su cuerpo, en Los Almendros, barrio fronterizos del municipio de Soledad con el sur de Barranquilla es un total misterio para su familia.
'Los investigadores nos dijeron que hubo un bazar en Los Almendros, que ella estaba allá con dos muchachas. Nos dicen que está grabada en unas cámaras, pero no sabemos con quién salió de ahí y cómo terminó en ese monte', recalcó la afligida madre. 'Lo que tenemos claro es que ella no pudo entrar ahí por voluntad propia, porque era una niña decente'.
INSPECCIÓN AL CADÁVER
Tres de sus hermanos aseguraron ayer que no entienden como ella, la consentida de la casa, la niña de los ojos de todos, pudo terminar sus días tan joven y de una manera tan violenta.
'Su muerte no debe quedar impune y le pedimos a las autoridades que muevan cielo y tierra para que metan preso al responsable', señaló Harrison a las afueras de Medicina Legal, adonde acudieron con una tía para reclamar el cadáver.
'Ni siquiera tomaba vino, no se le daba por llevarse a la boca ni una cerveza, así fuera diciembre. Tuvo hace como dos años un noviecito pero era cosa de colegio', indicó Maribel Calderón, tía de la víctima.
A la niña de cabello negro azabache, mirada soñadora y una brillante sonrisa que aparece en las fotografías de sus redes sociales, no solo le arrebataron la vida presionando su cuello.
Las evidencias halladas por los peritos del CTI que inspeccionaron el cuerpo y el lugar donde fue encontrado, son indicadores de que pudo ser violada: tenía fluidos y tierra en sus genitales, como si su asesino –o sus asesinos– hubiesen querido enterrar cualquier rastro.
HUÉRFANA DE PADRE
Profesores y alumnos del colegio José Prudencio Padilla, donde Erika recibió el 19 de diciembre pasado su grado de bachiller, también se acercaron a la casa para expresar sus condolencias a la familia.
La menor era huérfana de padre, quien hace 11 años murió debido a una isquemia cerebral.
Eludis contó que su hija quería estudiar administración de empresas, en el programa ‘Universidad al Barrio’ de la Alcaldía Distrital. Justo ayer iba a comenzar un curso de atención a la primera infancia.
'Al principio pensábamos que se había ido para donde el hermano y se había quedado allá, pero pasamos mala noche, lo llamamos y él nos dijo que allá no llegó', señaló la mujer. 'Nos dimos cuenta de todo fue al día siguiente (domingo) por el noticiero, porque describieron la ropa que ella tenía'.
Para sus parientes el asesinato no está conectado con retaliaciones contra algún miembro de su familia, ni –que ella sepa– con algún problema amoroso.
'Es que no le conocíamos ni novio, mis hijos no tienen problemas ni cuentas pendientes', recalcó.
Tanto los hermanos como la madre indicaron que a la vuelta de la vivienda reside un hombre mayor que está casado y tiene hijos con distintas mujeres, quien siempre la piropeaba y la molestaba.
'A la casa llegaba a veces, lo que sabemos es que la acosaba y ella se lo contó a mi mamá', señaló su hermano Lisardo.
OFRECEN RECOMPENSA
Érika no tuvo una vida de comodidades y privilegios. Muestra de ello es que la Fundación Children International, de la que desde los dos años recibía beneficios, costeó los gastos del funeral y del sepelio que se realizará en el cementerio Jardines de la Eternidad del Sur.
La fecha del sepelio, sin embargo, no está definida todavía: aguardan por familiares que viven en Bogotá y de los exámenes que Medicina Legal requiera practicar al cadáver.
Luis Miranda, el vigilante que el domingo a las 8:30 a.m. halló muerta a Erika, contó que pese a que la zona es enmontada y de difícil acceso, muchas veces se topó con parejas teniendo relaciones con la complicidad de la oscuridad y el follaje del monte.
Vecinos del barrio Los Almendros aseguraron que en ese sector 'de la cantera', amantes furtivos ingresan por las noches en buses, vehículos particulares, motocicletas o a pie.
La Gobernación del Atlántico anunció la entrega de $10 millones como recompensa a quien dé información eficaz, que permita esclarecer el crimen.
La Policía Metropolitana anunció $5 millones y dejó entrever que en el asesinato hay más de un implicado. 'Gracias a la información de la ciudadanía y de algunas entrevistas recopiladas, ya tenemos un indicio sobre la identidad de las personas que cometieron el asesinato', indicaron voceros.
Joao Herrera, alcalde de Soledad, anunció la voluntad de apoyar a la familia. 'Ya tenemos un equipo para brindarle acompañamiento psicosocial. Y esos criminales que no piensen por un solo momento que este crimen va a quedar impune. Me duele mucho esto que ha pasado y vamos a estar encima del caso', prometió.
Herrera adelantó que se reunió con el coronel José Palomino López, comandante operativo de la Mebar.
Erika se lleva a su tumba su gracia y belleza juvenil. Y pese a que fue maltratada y ultrajada, su verdugo no le pudo arrebatar el cariño que se ganó entre la comunidad. Un afecto que se ha manifestado por las redes sociales, acompañado por la indignación y el rechazo que ha generado su muerte.
'Lo que quiero es que encuentren al que acabó con la vida de mi hija', sentencia su progenitora.