El Heraldo
María Alvarado, asesinada en Malambo. Katiuska Rangel, asesinada en Barranquilla. Madeleine Montes, asesinada en Baranoa. Cortesía
Judicial

Alerta por aumento en cifra de crímenes contra mujeres

10 de los crímenes ya han sido catalogados como feminicidios. Feministas piden que los ciudadanos tomen conciencia.

Hace un mes, la Defensoría del Pueblo, en su más reciente alerta temprana, aconsejó a la Policía Metropolitana de Barranquilla, la Alta Consejería para la Mujer y la Secretaría de la Mujer del Distrito “diseñar una estrategia para garantizar la atención y protección de las mujeres víctimas de violencia basada en género o violencia sexual”, para Barranquilla, Soledad y Malambo, principalmente. Hoy, esta recomendación parece más vigente que nunca.

A corte del 25 de septiembre de este año, en el departamento del Atlántico se han registrado 35 homicidios de mujeres,  poniendo al departamento en cuarta posición a nivel nacional en cuanto a la incidencia de este delito.

De los crímenes de mujeres registrados, 33 han sido en el área metropolitana: 20 en Barranquilla y 13 en Soledad y Malambo, según cifras de la Policía. 10 han sido feminicidios,.

De hecho, tan solo en septiembre siete mujeres han sido asesinadas en distintas circunstancias, entre ellas dos menores de edad, siendo el más reciente el homicidio de la niña de cinco años que estaba con su papá y los amigos de este en el barrio Vista Hermosa, de Soledad, cuando llegaron sicarios a matarlos.

Si bien la Policía habla de una reducción en tres casos, en comparación con 2019, la cifra actual ha generado alarmas entre las comunidades defensoras de los derechos de la mujer, pues se teme que el número de víctimas aumente en lo que resta del año.

¿Por qué matan a las mujeres?

En diálogo con EL HERALDO, el general Ricardo Alarcón, comandante de la Policía Metropolitana, analizó las cifras de crímenes contra mujeres y llegó a la conclusión de que “todo es grave en cuanto a lo que viene pasando con las mujeres y hay que prestarle atención”.

Los números muestran que el 22 % de los crímenes de mujeres obedecen a móviles pasionales (7 casos); 21 % fueron por venganza (7 casos) y 18 %, ajuste de cuentas (6 casos). El resto de homicidios han sido por intolerancia (4), atracos (4), problemas familiares (3) y alteraciones del orden público con intervención de la Policía (2).

El general explicó que, si bien la violencia contra la mujer obedece a una problemática social generacional, desde hace unos años “la mujer viene siendo parte activa de bandas dedicadas al microtráfico y otros delitos”.

Indicó que ellas han asumido roles estratégicos en la delincuencia como distribuidoras de drogas, administradoras de las llamadas “ollas de vicio” o, sencillamente, se ven involucradas en relaciones sentimentales con actores delincuenciales en la ciudad.  Ello hace que su vulnerabilidad social incremente y, por ende, se vea reflejado en las cifras de acciones violentas contra ellas.

A la muestra, 10 de las mujeres que han sido asesinadas en el área metropolitana este año registran antecedentes judiciales y otras cinco tienen relaciones con hechos delictivos. Y es que 12 de los homicidios han sido, precisamente, por sicariato.

Sin embargo, el general aclaró que las autoridades ya están al frente de cada uno de los hechos violentos contra mujeres, con miras a mantener elevando el porcentaje de esclarecimiento, el cual hoy está en un 38% (por encima de la media nacional del 24%) y, por supuesto, prevenir que se sigan registrando.

Un cambio más allá de las cifras

Para la filósofa e investigadora Dayana De la Rosa Carbonell, en Colombia hay un “desprecio por la vida” que se ha visto reflejado en la forma en cómo se resuelven los conflictos y, por ende, en las cifras de violencia contra hombres y mujeres. Sin embargo, “para ellas es aún peor”, pues han sido consideradas como “lo inesencial”.

Si se considera que el cuerpo de la mujer es del otro, su vida vale mucho menos de lo que puede valer cualquier otra vida. Todo este componente se ve reflejado en acciones contra las mujeres”, explicó la investigadora.

 Sin embargo, consideró, que en medio del dolor que generan los crímenes contra mujeres ha resultado positivo que hoy sea imposible negar la violencia contra las femeninas, como ocurría décadas atrás.

“Hoy levantamos nuestras voces y decimos: miren, esto está pasando con las mujeres, cosa que no ocurría antes cuando se invisibilizaban los hechos violentos”, dijo.

Aseguró que los ciudadanos deben entender que la vida de la mujer vale por el simple hecho de ser mujer, por el hecho de ser persona, y sus derechos deben defenderse por el hecho de ser humanos.

Finalmente, instó a que barranquilleros y atlanticenses vean a la mujer como esencial en el ejercicio de la vida y se esfuercen en hallar nuevas formas de solucionar los conflictos, pues “solo así habrá un cambio” más allá de las cifras.

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