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Con profunda tristeza e indignación, la familia de Alfredo José Escorcia Rivera, de 34 años, clama por justicia. El hombre, quien se desempeñaba como guarda de seguridad en el municipio de Suan, Atlántico, falleció el pasado domingo 6 de julio en la Clínica Santa Ana de Dios, tras luchar durante siete días por su vida.

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El caso fue reportado inicialmente como un accidente de tránsito, pero sus familiares aseguran que fue víctima de una brutal agresión física, que hasta el momento no ha sido esclarecida por las autoridades.

El hecho ocurrió en la madrugada del domingo 29 de junio, alrededor de las 3:00 a.m., en la calle 3, entre las carreras 3 y 4 del municipio de Suan, cerca del sector conocido como La Unión.

Mientras esperaban a las afueras de Medicina de Legal, los familiares de Escorcia Rivera le contaron a EL HERALDO que el hoy occiso se habría chocado con otra motocicleta, pero lejos de recibir ayuda, fue abandonado en el lugar.

Sin embargo, todo no habría terminado ahí, pues según los parientes, basándose en relatos de testigos, luego del choque, dos sujetos, presuntos amigos del otro motociclista, lo atacaron con palos en la parte posterior de la cabeza.

“Dicen que fue un accidente, pero no tenía heridas propias de un accidente en moto. En cambio, él tenía una fisura en el ojo, golpes en la cabeza y un dedo partido. Eso no fue un accidente, eso fue una golpiza. La motocicleta apenas tenía rota la palanca de cambios, estaba intacta”, denunció el primo de la víctima.

Además, manifestó que el presunto agresor habría huido hasta el municipio de Calamar, en el departamento de Bolívar; y denunció que las autoridades no han avanzado en las investigaciones del caso.

“Ni siquiera lo llevó al hospital. Dicen que se fue para Calamar, donde vive su papá. Lo dejó tirado en la calle y fueron unos amigos quienes me llamaron a auxiliar a mi primo. Las autoridades nos dicen que pongamos la denuncia, pero no nos dan ninguna explicación, no han avanzado en nada”, lamentó el primo de Escorcia.

De acuerdo con los allegados de Escorcia Rivera, el otro motociclista involucrado en el siniestro respondería al nombre de Jonathan, un joven que supuestamente reside en una zona de invasión del municipio antes mencionado.

Alfredo José Escorcia deja dos hijos menores de edad, una niña y un niño, quienes hoy lloran la ausencia de su padre. “No queremos venganza, solo queremos la verdad. Que ese muchacho tenga la valentía de decir lo que pasó, que se entregue. Nosotros no vamos a hacerle daño, pero necesitamos justicia para que mi primo descanse en paz”, expresó el familiar con la voz entrecortada.

Mientras tanto, los familiares de la víctima están a espera de los resultados de la investigación adelantada por la Fiscalía.