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Era un personaje desconocido, al menos, para la prensa local. Pero este martes 1 de julio, el secretario del Interior del Atlántico, José Antonio Luque, reveló en entrevista radial su nombre y la difícil misión que tiene de tratar de convencer a los dos cabecillas de las estructuras criminales locales, Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias ‘Castor’, y Digno Palomino Rodríguez, de ‘los Costeños’ y ְ‘los Pepes’, respectivamente, para una eventual renuncia a las armas y al delito, con todo y que están tras las rejas.

Se trata del obispo auxiliar Metropolitano de la Iglesia Anglicana, César Narváez Muñoz, quien desde hace un año lidera con la administración Departamental y la Fiscalía General de la Nación un espacio con los integrantes de estas dos estructuras que hoy atemorizan a la comunidad en Barranquilla y su área metropolitana por el baño de sangre que han dejado en los últimos años.

Para entender qué sucede en este actualmente hay que regresar al pasado. En el año 2013, Digno Palomino Rodríguez y Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, integraron las filas de los ‘Rastrojos Costeños’, pero, rápidamente, los dos hicieron tolda aparte con otros hombres y se quedaron con la franquicia solamente llamada ‘los Costeños’. ‘Castor’ nombró a Palomino su segundo al mando y cerebro de las acciones violentas: atentados, amenazas, desplazamientos y asesinatos que en algunos casos acabaron en el descuartizamiento de cadáveres. Estrecharon sus lazos de amistad y se volvieron compadres.

Cinco años después de esa alianza y con las autoridades respirándoles en la nuca, en 2018, Digno y Castor se van a Venezuela, uno ingresa como ciudadano venezolano y el otro de manera ilegal. Ambos alcanzan a vivir en Valencia, en la casa de Digno Palomino, donde funcionaba un taller mecánico que usaban como fachada.

En mayo de 2019, Castor es capturado en Venezuela y en diciembre del mismo año cae Palomino. Los dos permanecen tras las rejas, incluso en época de pandemia. Aunque en el vecino país se dijo que contrario a su debilitamiento, los dos tomaron más fuerza hasta el punto de manejar los hilos del crimen a través de video-llamadas telefónicas.

El 1 enero de 2022, en medio de una celebración por la llegada del nuevo año, fue asesinado en Barranquilla Dyango de Jesús Cueto Vergara, un hombre que se conocía con el apodo de Dyango y que era de entera confianza de alias Castor. El crimen, según las pesquisas de aquel momento, fue ordenado por Digno Palomino sin el conocimiento o el aval de su compadre. Ahí se desató la confrontación entre ambos.

Castor empezó una guerra desde Venezuela con sus leones, símbolo de guerra de ‘los Costeños’, y Palomino, expulsado en 2022 desde ese territorio, abrió tolda aparte y avanzó en la estructuración de lo que hoy se conoce como ‘los Pepes’ y cuyo símbolo de guerra es un caimán.

Expertos en seguridad locales aseguran que desde que se fracturó la amistad y la alianza en el crimen entre Digno y Castor se han registrado al menos 800 muertes directas con la pugna entre ambos bandos que los dos lideran desde prisión y que tienen el apoyo de personas de su entera confianza. Podrían ser más, según voces autorizadas, teniendo en cuenta las masacres ocurridas entre 2022 y 2024, investigadas desde el nivel central, más los casos de cadáveres lanzados al río Magdalena que se cuentan como “muertes por establecer” y se desconocen móviles de esos hechos.

Pero, además, hay otras muertes que se ordenan dentro de las mismas estructuras y se dan para atemorizar a subordinados, ejercer control de zonas y tener el manejo de rentas criminales.

Ante este panorama, monseñor Narváez señala que lo se viene hablando con estas organizaciones, desde hace ya aproximadamente un año, en un trabajo articulado con la Fiscalía General de la Nación, es “para que se sometan a la justicia, se llegue a una reparación de las víctimas y se trabaja en torno al esclarecimiento de tantos crímenes y delitos que se han cometido en nuestro Departamento”.

En diálogo con EL HERALDO, el obispo afirma que la disposición que tienen los líderes de estas organizaciones “son bastante grandes debido a que los dos máximos dirigentes han mostrado su intención de negociar con el gobierno un sometimiento a la justicia y poder llegar a una dejación de armas y así mismo transicionar de las economías ilícitas a las economías lícitas todo bajo las políticas de la paz total que ha ofrecido el gobierno actual”.

Tomada de Monseñor César Narváez Muñoz, obispo auxiliar metropolitano de la iglesia Anglicana.

Mensaje de Petro

Cabe reseñar que el pasado mes de mayo, desde el histórico Paseo Bolívar de Barranquilla, el presidente Gustavo Petro abrió la puerta a un eventual inicio de diálogos con los temibles grupos criminales que operan en esta jurisdicción. Su intervención fue en el marco de los cabildos populares convocado por el propio Ejecutivo y con los que se buscan impulsar distintas propuestas.

“Que hagan la paz, que no ataquen a su vecino, que no ataquen al otro joven, que dejen de prestarle servicio al traqueto y al político…”, “que empiecen con nosotros la formación del liderazgo popular. A sus presos en las cárceles los vamos a escuchar. Vamos a pacificar Barranquilla”. Esos fueron algunos de los mensajes lanzados por el mandatario de los colombianos.

Desde hace algunos días se habla de un supuesto apretón de manos entre Digno Palomino Rodríguez y Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, frente a Bolívar y a su caballo, en el mismo sitio donde hace algo más de un mes Petro anunció ese diálogo que ya ha funcionado en Buenaventura y en el Valle de Aburrá. Se trataría de un evento similar al desarrollado recientemente en la ciudad de Medellín, en donde Petro compartió tarima con seis capos en un encuentro de “paz urbana”.

JEISS0N GUTIERREZ EL HERALDO/JEISSON GUTIERREZEl presidente Gustavo Petro durante el acto realizado en mayo en el Paseo Bolívar de Barranquilla.

Frente a ese supuesto encuentro al que algunos medios le han hecho eco, incluso con la presencia del mismo jefe de Estado en Barranquilla, el obispo Narváez Muñoz asegura que “hasta ahora en ningún momento se ha hablado de un espacio en tarima como se ha divulgado… Se van más por la especulación que por la realidad contundente de los hechos, tomando como base acciones que se llevaron a cabo en la ciudad de Medellín, los cuales tenían un componente de seguridad muy distinto a lo que es movilizar a estos dos grandes líderes de las organizaciones que operan en el departamento del Atlántico”.

Para el representante de la iglesia Anglicana poner en una misma tarima a Digno y a Castor “generaría una cuota de altísimo riesgo no solo para la seguridad del Presidente de la República sino también para los acompañantes e invitados. Creo que lo que sucedió en Medellín fue un acto único y especial en donde este gobierno busca ese acercamiento con estos jóvenes cabecillas de las organizaciones criminales para poder eliminar en el territorio nacional el flagelo que más afecta a la población y son los temas de extorsiones y masacres territoriales, que se han llevado por el control de los territorios urbanos”.

Y confirma que el presidente de la República, a través de su Alto Comisionado para la Paz, “está delegando a facilitadores que permitan que se lleve a cabo la instalación de la mesa departamental de diálogos para la paz con organizaciones urbanas de alto impacto que operan en el departamento del Atlántico”.

Orlando Amador