Personas que hacían un recorrido habitual o rutinario por el Malecón del Río alertaron este miércoles 7 de mayo a miembros de la Policía Metropolitana de Barranquilla sobre el hallazgo de un cadáver en avanzado estado de descomposición que flotaba a la altura del Pabellón de Cristal.
La versión de testigos señaló que el cuerpo del sexo masculino parecía tener algunas heridas y que solamente tenía una bermuda o pantalón como prenda de vestir.
Tras la alerta, uniformados de la Policía Metropolitana llegaron a la zona y dieron inicio a las labores pertinentes al levantamiento del cadáver.
A comienzos de este 2025, en un informe publicado por EL HERALDO, el profesor e investigador académico de la Universidad del Norte, Luis Fernando Trejos, llamó la atención de las autoridades sobre una violencia local que parece ser cada vez de mayor intensidad, con mayor sevicia y con mayor visibilidad.
En ese sentido señaló que Barranquilla ha pasado de ser una ciudad en la que los grupos armados se enfrentaban silenciosamente a exteriorizar lo que cometen.
“Hay una tendencia que empezó a hacerse común en el 2023 y se asentó en 2024: es la utilización del río como lugar de exposición de los cuerpos con signos de violencia. Siempre existe la posibilidad de que empeore que casualmente todas estas personas hayan sido el resultado de homicidios no conectados y lanzados al río. No obstante, nosotros creemos que este es otro patrón de la violencia del crimen organizado”, sugirió el docente.
¿Por qué el río? Trejos señaló que, de momento, todo son conjeturas, “pero creemos que hay tres razones por las que esta práctica es atractiva para el crimen organizado. Primero, desterritorializa el homicidio al hacer más difícil identificar con exactitud dónde sucedió. La aparición de un cuerpo torturado en un barrio permite hacer conexiones de forma más sencilla: si este es controlado por un grupo armado específico, es difícil que otros grupos hayan podido llevar un cuerpo hasta allí sin una reacción inmediata”.
Por el contrario, de acuerdo con el experto, al lanzarlos al río, hacer esas conexiones puede tomar más tiempo o nunca pasar. Segundo, el agua del río también ayuda a eliminar todavía más la evidencia que podría ayudar a rastrear a los autores del hecho.
Finalmente, y quizá lo más interesante para su argumento de la violencia extraletal, el río es un escenario que multiplica con fuerza el mensaje que se quiere enviar. Encontrar un cuerpo torturado en el río es, en sí mismo, un acto que causa horror en la población. “El lugar es indeterminado, pero eventualmente aparecerá y será noticia. Lo que creemos es que, aunque este hecho causa confusión institucional, en el mundo criminal debe ser claro quién envía y quién recibe estos mensajes”, afirmó.