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Ahí estaba ella, su pecosa, su pato, su pequeña niña, la que apenas hace un año había exhibido con todos sus fulgores el orgullo de sus quince primaveras entre sus amigos de la escuela y su familia, en Siete de Abril.

Érika volvió nítida, con su braga de tela jean, su top azul claro, su correa rosada y su cabello negro azabache, que le caía en la espalda. En los recuerdos de Eludis Calderón, la madre que llora desconsolada y con el alma en la mano, la última escena, los últimos momentos que compartió con su hija fueron, según sus propias palabras, una especie de despedida premonitoria en la que se mezclaron la ternura y un gesto inusual de parte de su niña de 16 años.

'Eran como las 7:15 de la noche, ella ya había cerrado el puesto de venta de minutos y yo había acabado de llegar del trabajo. De repente, se me sentó en las piernas, me dijo: ‘mami estás cansada’, y empezó a darme besos... (sollozos)'.

Eludis detiene su relato, mientras intenta calmar un incontrolable aluvión de emociones que la dominan durante unos segundos. Desde el martes a las 4:30 de la tarde, los restos de su hija reposan en el cementerio Jardines de la Eternidad del Sur.

NOCHE DEL SÁBADO 23

Harrison, uno de los ocho hermanos de Beltrán, fue el último que la vio partir de casa rumbo a la desgracia.

'Dijo que iba para donde una amiga que vive acá a la vuelta. Antes de salir me dijo: ‘Regálame algo, un perro o una salchipapa’. Yo estaba abriendo el puesto de comidas rápidas y le dije que luego, y ella empezó a caminar como buscando la esquina y cuando cruzó, se perdió. Iba como para donde la amiga', recalcó.

Esa es la última imagen que conserva de su hermana con vida. Erika cruzó la esquina, adentrándose en Siete de Abril. Nadie, por lo menos de la familia, la vio cruzar hacia Los Almendros, barrio del municipio de Soledad.

'No sé por qué dijo que venía para mi casa porque ese día no nos vimos. La había visto el viernes, pero de lejos, nos saludamos y ya. Hace como 15 días estuvo en mi casa, nos vimos la película La Cenicienta con mi mamá. Ese día hablamos y me contó que estaba haciendo las vueltas para estudiar. Estaba buscando universidad', contó su amiga, quien es menor de edad y por eso se omite su identidad.

La joven recordó que en los últimos meses Érika no salía mucho porque estaba atendiendo el local de venta de minutos, para ganar unos pocos pesos con qué ayudar en su casa y costearse los gastos personales.

'No salía, pero sé que usaba bastante Facebook y conocía gente por ahí. También me contó que estaba sola, que no quería meterse con nadie por ahora y estaba viendo cómo entraba a la universidad', agregó la joven.

Érika residía en la carrera 15 Sur con calle 69, a un costado del puente de la Circunvalar. Atravesando la arteria principal, a pocos minutos está Los Almendros, en la frontera de Soledad con el sur de Barranquilla.

Y dos cuadras antes de llegar a su vivienda, sobre la Circunvalar, están ubicadas una estación de gasolina y una nevada de buses de la empresa Coochofal. En ese cruce, las personas que no usan el puente peatonal atraviesan la calle para llegar al sector soledeño.

'Una persona que vino al funeral dijo que a ella la vieron cruzar por ahí con dos muchachas, tipo 8 de la noche. Ahí hay una cámara de seguridad, no sé por qué todavía no han revisado esas imágenes para saber con quién iba. Nadie ha venido a decirnos que estuvo ese día con ella ni nada. Ella tenía amigos por Los Almendros y el novio que tuvo hace dos años vive por allá', contó su hermano, Álvaro.

'Por aquí pasaba mucho, sobre todo cuando estaba en el colegio. Ese día no la vi porque solté turno temprano, como a las 5 de la tarde', aseguró Andrés Castellar, un guarda de seguridad que labora en la terminal de buses.

EL EXNOVIO

De acuerdo con Álvaro, el exnovio, que reside en Los Almendros, fue una de las primeras personas que llamó la familia para averiguar por el paradero de Érika.

'Él primero dijo que no la había visto, que no sabía nada de ella desde noviembre. A él lo han entrevistado ya dos veces los investigadores (del CTI) y ha dado varias versiones. Después dijo que sí, que ella había estado en su casa como hasta las 9 de la noche y se fue. Dijo que no había dicho enseguida nada porque ella le dijo que no dijera que había estado por allá. Después dijo que la había visto pasar en una moto y que llevaba un casco rojo', relató Álvaro, confundido y atribulado.

'Los investigadores dicen que ese muchacho es bien, que es sano y que no tiene nade que ver con el caso y parece que se va para la Policía. Después llegó la versión de la fiesta de coronación de una reina en Los Almendros. Ella como que estuvo por allá y también dicen que tienen unas imágenes de unas cámaras. Dizque estaba con dos tipos, uno alto y moreno, y otro bajito con un sombrero. Pero nada es claro y uno lo que quiere es resultados'.

En esta dirección se realizó la fiesta de coronación. Al fondo se observa el camino hacia la cantera.

FIESTA EN LOS ALMENDROS

El pasado sábado en la noche se realizó en ese barrio una fiesta de Carnaval, amenizada por un picó. De acuerdo con los familiares de Érika, la menor fue vista en esa zona en compañía de algunos jóvenes, antes de enfrentarse a su cruento destino.

La calle de la fiesta se encuentra en la parte posterior del comando de Policía del Atlántico. A unos 50 metros, está ubicado el inicio de unas canteras y la zona enmontada en donde se selló el trágico final de la adolescente.

'Los investigadores nos dijeron que hubo un bazar en Los Almendros, que ella estaba allá con dos muchachas. Nos dicen que está grabada en unas cámaras, pero no sabemos con quién salió de ahí y cómo terminó en ese monte', recalcó la afligida madre.

Las versiones entregadas por los vecinos son contradictorias: unos dicen que la vieron y otros lo niegan.

'Lo que se dice es que ella estuvo sentada allá afuera en un bordillo, por la caja de telefonía. Parece que estuvo ahí como hasta las 11:30 de la noche. Estaba con unos jóvenes y lo que he escuchado es que después se quedó solo con dos muchachos, pero yo no la vi', señaló Rosmery Solano, vecina del sector.

De acuerdo con algunos vecinos, la zona enmontada que está justo detrás de sus viviendas es utilizada como una especie de motel al aire libre. 'Allá se meten en carro, en moto, los buses. A eso ya le dicen ‘motel monte’, ‘motel cantera’. La verdad es que, como en la fiesta había tanta gente y uno no la conocía, no sabemos si estuvo o no por acá. El rumor es que sí estuvo, pero yo no la vi', afirmó otro vecino.

'Me enteré de la noticia al día siguiente y, siendo sincera, no sé si la muchacha estuvo o no por acá', aseveró Generis Viloria.

La fiesta de coronación terminó alrededor 12 de la noche y algunos vecinos siguieron departiendo hasta las 2 de la madrugada, momento en que el picó fue apagado.