En su matrimonio vistió por seguridad un chaleco blanco antibalas que combinaba con su traje, fue colaborador de bandas criminales en el tráfico de drogas, y es considerado el capo de la delincuencia y el principal generador de la violencia que ha incrementado los homicidios en el área metropolitana.
El perfil de Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, está consignado en investigaciones desde 2005. Pero fue en 2012 cuando por primera vez se conoció su fuerza delictiva: la Policía lo capturó en agosto junto con cuatro personas, señalado de homicidio y porte ilegal de armas.
'Castor es el nuevo cabecilla metropolitano y después está alias Digno, su segundo al mando', aseguró a EL HERALDO un oficial de la Sijín que lidera una de las pesquisas contra Díaz, de 29 años, su mano derecha Digno Palomino Rodríguez y varios cómplices por delitos de concierto para delinquir, extorsión, terrorismo, homicidio agravado y uso de menores.
AL CRIMEN ORGANIZADO. Informes de inteligencia indican que para 2006 Díaz ya se había iniciado en la delincuencia con la venta de estupefacientes en barrios de Soledad como La Central, Don Bosco, Villa Selene, Villa Adela y Cachimbero.
Tres años después su negocio cubría El Ferry, La Chinita, La Luz, Rebolo, La Manga y El Bosque, en el sur de Barranquilla. Hoy se incluyen Malambo, otros municipios del Atlántico, y poblaciones del Magdalena y de Bolívar.
Para entonces, con 24 años, manejaba un doble perfil. Al tiempo que consolidaba una plaza en el hampa, era candidato al Consejo Distrital de Juventud, como se lee en la lista del directorio de aspirantes de 2009 (ver foto).
Los contactos en el narcomenudeo permitieron a Díaz entrar en el crimen organizado como aliado de bandas criminales, en especial los Paisas u Oficina de Envigado.
Para cuando fue detenido en julio de 2012, sin embargo, ya no tenía vínculos con esa estructura pese a que la Policía halló en la casa donde estaba, en el barrio San Luis, dos panfletos firmados a nombre de ese grupo, un kilo de base de coca, 100 gramos de marihuana, dos armas de fuego, dos silenciadores, el chaleco antibalas blanco y balas de distintos calibres.
'Dijo que ya no trabajaba para los Paisas, que era independiente y en ese momento los Urabeños –actual Clan Úsuga– le daban base de coca (en pasta) para que se las volviera cocaína pura (en polvo)', contó un investigador.
En septiembre de 2013 las autoridades supieron otra vez de Castor. Estuvo entre los cuatro detenidos en allanamientos de la Sijín en viviendas de Santo Domingo, San Roque y San Salvador, en Barranquilla. Había un panfleto de los Costeños, balas calibre 38 y 9 milímetros, un silenciador, otro chaleco antibalas, un memoria USB, un computador, cuatro celulares, y un kilo y medio de base de coca.
El panfleto confirmó que Díaz había aceptado el llamado de los hermanos Juan Manuel y Brayan Borré para sumarse a la facción de los Rastrojos Costeños y enfrentar a sus exjefes los Vallunos.
DE SUBALTERNO A CAPO. En esa guerra los Costeños mataron a vendedoras de chance de Uniapuestas y conductores de las empresas de buses Coochofal y Sobusa, para presionar el pago de extorsiones.
Y fue también la ola de crímenes que puso a los organismos de seguridad a perseguir a los cabecillas, los detenidos Borré, y sus enlaces en las calles: alias Víctor Carlos y Lorena. Todos cayeron.
Las pesquisas contra los Costeños produjeron no menos de 40 capturas en el área metropolitana y varios municipios del Atlántico que no incluyeron a Castor (apodado así por su dentadura).
A su favor jugó que las autoridades se centraron en sus jefes y él permanecía detenido, hasta que recuperó la libertad a finales de 2013. Al salir reorganizó sus redes en Soledad y Barranquilla, y junto con Digno emergieron como nuevos cabecillas.
Las últimas investigaciones y declaraciones de testigos protegidos por la Fiscalía indican que Díaz se alió con el Clan Úsuga para mantener el control de las extorsiones a comerciantes y tenderos, y las ollas de droga.
Su poder se cuenta en más de 40 integrantes de su 'organización', como ellos la denominan, y un arsenal que incluye granadas, pistolas, revólveres, 2 subametralladoras mini UZI y un fusil AK-47.
Bajo sus órdenes hay varias células delincuenciales. Hasta ahora están identificados los Becerra, cuyo jefe directo es alias Digno; los combos del Tío o Billete (los 05), del Pibe, del Ñato, de Víctor Carlos y los 40 Negritos.
Cada banda tiene un carro, en su mayoría taxis zapaticos, y motocicletas RX, AX4 y Honda Eco. 'Todavía se hacen llamar Costeños, pero le trabajan al Clan Úsuga porque les pagan la nómina', informó una fuente de la Fiscalía.
La organización de Díaz recibe al mes entre $90 y $100 millones para el ‘sueldo’ de sicarios, distribuidores de drogas, cobradores de extorsiones y reclutadores. Los lugares para los pagos varían en el área metropolitana, entre esos una finca en Galapa a la que han llegado dos mujeres del interior del país en una camioneta Toyota Prado y, con computadores en mano, los cancelan.
Tanto poder, sin embargo, ha sido la piedra en el zapato de Castor, quien desde el año pasado es la Matriz Operacional Integrada (MOI) de la Policía en Barranquilla, una especie de objetivo principal a capturar. Por eso cambia constantemente de escondite, de ahí la dificultad que han tenido las autoridades para volverlo a poner tras las rejas.
El listado de candidatos al Consejo Distrital de Juventud en 2009, en el que figura el nombre de alias Castor.