La muerte del niño de seis años Carlos Andrés Cabarcas Escorcia, derivada del ataque a bala que sufrió la noche del lunes pasado en el barrio Rebolo, hizo aflorar el grave episodio de violencia intrafamiliar que vivieron sus padres apenas el año anterior. (Leer 'El Cuqui debe responder por asesinato de Carlos Andrés').
Shirley Divina Escorcia, la mamá del menor asesinado, estuvo a punto de perder la vida, según lo denunció en su momento, a manos de su propio compañero sentimental y padre de su hijo Tony Cabarcas Villarreal.
La pareja no siempre disfrutó de las llamadas mieles del amor, todo lo contrario. De acuerdo con el testimonio que entregó el 27 de septiembre de 2013 a EL HERALDo la misma Shirley Divina, el 29 de julio del mismo año sufrió las graves heridas que la tuvieron al borde de la muerte. En la entrevista, Escorcia relató los angustiosos momentos que comenzaron a las 3 de la tarde.
Luego de una discusión en la que le manifestó a su compañero que había llegado el momento de separarse porque ya no aguantaba los maltratos y su mal comportamiento, la reacción de este fue, de lejos, desproporcionada.
En su momento, Shirley contó con detalle que Cabarcas, cegado por la ira, luego de haber destruido varios enseres de la casa con un cuchillo, la tomó por el cabello de forma violenta y le propinó seis cuchilladas en el cuello, una en el pecho y otras más en sus manos mientras ella se defendía.
Pese a esto y a que no ha pasado siquiera un año del brutal ataque, el pasado martes Shirley Divina se encontrara de copiloto del taxi que manejaba Cabarcas, en el que su hijo terminó perdiendo la vida.
Basta recordar los dolorosos detalles de su experiencia, relatados por ella misma, para hacerse a una idea de lo que esta mujer de 27 años le tocó padecer. 'Me cogió por el pelo adelante y fue cuando me metió la primera puñalada que me dio en el cuello, me levanté de la silla y comencé a gritar y le preguntaba que por qué me había hecho eso', señaló la mujer en septiembre pasado.

En el cuello le quedaron las cicatrices de la agresión.
'Me tiró al fondo de la cama -siguió-, cuando caí yo me tapaba y me cubría la parte donde estaba cortada y él me quitaba las manos para seguirme dando en el cuello y como estaba perdiendo ya la fuerza, me dio tres puñaladas más en el mismo lado y después del otro lado me dio dos más. Por todo me dio siete puñaladas'.
Cuando entregaba su testimonio también dijo que recibió otra puñalada en el pecho. 'Después (él) se paró y se montó en encima de mí, del lado del estómago, y me embutía los dedos en las cortadas y me estaba ahorcando'.
La madre de Carlos Andrés aseguró entonces, desde el refugio que había encontrado en casa de familiares fuera Barranquilla, que se encontraba viva de milagro.
Siguiendo su relato, la agredida recordó que estuvo seis días hospitalizada después de que Cabarcas la dejara abandonada a su suerte en ese pequeño apartamento del barrio Montes donde residía la pareja en aquella época.
Intento de homicidio. Luego de haber acudido la Comisaría de Familia del barrio La Magdalena en donde la agredida interpuso una denuncia por violencia intrafamiliar y gracias a las recomendaciones de los funcionarios de la Comisaría, llevó su caso a la Oficina de la Mujer de la Personería Distrital.
Allí recibió todo tipo de asesorías, de carácter jurídico, psicológico, económico e inició un proceso judicial en contra de su pareja ya no por violencia intrafamiliar sino por intento de homicidio.
La Personería confirmó que la víctima fue a la Fiscalía e interpuso denuncia en la Unidad de Vida por tentativa de homicidio, en la que se dio inicio al proceso de investigación. Después se fue, al lado de su mamá, y la entidad le perdió la pista hasta que los medios de comunicación reportaron la tragedia de su hijo.
De inmediato, el personero Jaime Sanjuán Pugliese ordenó que una comisión de funcionarios visitara a Escorcia para establecer su situación actual. El grupo fue hasta su lugar de residencia y conversó con familiares de Cabarcas y con la misma Shirley, estableciendo que, efectivamente, unos días antes de la muerte del pequeño Carlos Andrés, la pareja ya se había reconciliado, aunque la misma aludida lo negó tajantemente cuando este medio la consultó al respecto. Además, en las breves declaraciones que entregó esta semana aseguró que en ese momento Cabarcas le había hecho el favor de transportarla en su taxi para llevarle un dinero a un familiar suyo.
Pero de acuerdo con la comisión de la Personería, la mujer preguntó incluso de qué manera podía anular la denuncia que aún está vigente en la Unidad de Vida de la Fiscalía.
Sobre el caso, el personero distrital comentó que está muy preocupado porque no entiende cómo este niño seguía al lado de su padre siendo que este tenía problemas con la justicia por las mismas denuncias que había hecho la madre en su momento.

En este taxi recibió el impacto el pequeño Carlos Andrés.
Sanjuán anunció que la entidad a su cargo va a averiguar qué pasó con su proceso pues 'de verdad que es una trágica noticia la muerte del niño que estaba en compañía de sus padres después de todo lo que pasó', dijo.
Investigaciones. Fuentes allegadas a la investigación informaron que en la Fiscalía 38 de Vida se encuentra activo el proceso por el delito de tentativa de homicidio en contra de Tony Cabarcas Villarreal, en el que aparece como víctima Shirley Divina Escorcia.
Por el delito de violencia intrafamiliar le aparece de igual manera una investigación en la Fiscalía 16 Local al mismo indiciado, la cual también se encuentra activa.
En la Fiscalía Cuarta Seccional de Soledad le figura a Tony Cabarcas como indiciado el delito de ejercicio arbitrario de custodia de menor, igualmente activo.
Tony Cabarcas presentó denuncia por el delito de amenaza, el cual se encuentra asignado a la Fiscalía 34 de Seguridad y Salud Pública.
'El perdón es necesario pero no implica una reconciliación'
En opinión de Trudis Ibarra, Álvarez, expresidente de la Asociación Colombiana de Psicólogos con 20 años de experiencia trabajando en prevención y atención de violencia intrafamiliar, la mujer maltratada, en más de un 90% de los casos, proviene de hogares disfuncionales en donde las figuras significativas que representan autoridad son tóxicas.
El primero de los aspectos, explicó, puede ser el temor y muchas de ellas piensan de esta manera, si no puedes contra el enemigo únete a él. Otra de las situaciones con las que dijo que se ha encontrado es que ante la situación complicada económica que viven, se vuelven dependientes no solo de lo material y económico sino dependientes emocionalmente, pero de una manera patológica.
'Muchas de ellas dicen, como sea pero ahí tiene a su papá, sin embargo a veces lo más sano es la separación. El perdón es necesario pero no implica una reconciliación'.
Estas son mujeres con autoestima diezmada que necesitan mucho del apoyo familiar y en cuanto al agresor mientras no esté en un proceso asistido, constante, recibiendo tratamiento, muy seguramente volverá a reincidir en el maltrato y el pronóstico no es muy favorable, porque muy probablemente termine en una situación nefasta.
También existe en la mujer agredida una esperanza algo fantasiosa de cambio en la pareja, el apego psicológico de orden negativo, a veces les puede mucho más la costumbre, la mala costumbre en muchos casos, la deformación de la interpretación de las enseñanzas bíblicas como aquello que dice que el amor todo lo soporta, es una frase de los versículos bíblicos que se mal interpreta, o carga tu cruz, muchas de ellas aluden a que el matrimonio es sagrado y nada lo puede disolver, y en otras ocasiones está la patología sadomasoquista ya latente.