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El Instituto Internacional de la Prensa (IPI) condenó ayer los asesinatos de dos periodistas en Perú y Brasil, y solicitó a las autoridades de ambos países que esos crímenes no queden impunes.

Las dos muertes se produjeron en incidentes separados el pasado 3 de mayo, cuando el mundo periodístico conmemoraba el día internacional de la libertad de prensa, lo que para el IPI hace 'mucho más trágicos' los hechos.

El periodista Julio César Castillo fue asesinado a tiros en la provincia peruana de Virú, después de haber recibido amenazas de muerte tras revelar supuestos casos de corrupción de funcionarios públicos en el programa que presentaba, Noticiero Ollantay.

El mismo día, en Brasil, moría Valerio Nascimento abatido a tiros, después de denunciar en una columna en el diario del que era propietario y director, Panorama Geral, supuestas irregularidades en la gestión del alcalde de Bananal, en el Estado de Sao Paulo.

'Alentamos a los gobiernos de Perú y Brasil para que actúen con rapidez con el fin de encontrar a los autores de estos crímenes, y mandar así un rotundo mensaje a todo el mundo: el asesinato de periodistas no será tolerado', afirmó en un comunicado la directora del IPI, Alison Bethel McKenzie.

El instituto destaca que este es el segundo asesinato de un periodista en Brasil en lo que va de año, tras el ataque contra el reportero de radio y televisión Luciano Leitão Pedrosa el pasado 10 de abril al noreste de Pernambuco.

El IPI, que agrupa a periodistas y propietarios de medios de comunicación de 120 países, esta semana denunció en su informe sobre la Libertad de Prensa en 2010, que América Latina va camino a ser la región del mundo más peligrosa para los informadores.

La región, con 31 comunicadores muertos, representó un tercio de los 92 periodistas que perdieron la vida en 2010 en el mundo debido a su profesión y solo se vio superada por Asia, que registró 35 fallecidos.

EFE