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Familiares de los cinco argentinos muertos en un atentado en Nueva York les rindieron este lunes honras fúnebres en Rosario, en un ambiente de dolor por las pérdidas y enojo por haber sido víctimas de un acto terrorista.

'Están con mucho dolor y mucha bronca (enojo) por lo sucedido (el martes pasado) pero más allá de eso, están bien, con mucha entereza pasando este momento', dijo Pablo Farías, ministro de gobierno de la provincia de Santa Fe, en rueda de prensa.

Rosario, ciudad natal de las víctimas, es la tercera de Argentina por su población (1,5 millones), a 300 Km al norte de Buenos Aires, en la órbita de Santa Fe.

Los velatorios se realizaron en la más estricta privacidad, con vallas metálicas alrededor y policías de custodia. Las familias pidieron se garantice la intimidad de las ceremonias funerarias. No se informó sobre el momento de las inhumaciones.

Los ataúdes habían llegado al amanecer al aeropuerto internacional Ezeiza, en Buenos Aires, y trasladados por carretera en cortejo fúnebre hacia Rosario. Familiares y sobrevivientes llegaron en el mismo vuelo.

'Queremos hacer un ruego: que el amor venza al odio, que la vida se imponga a la muerte', habían señalado cuatro hombres ilesos de los cinco sobrevivientes en el grupo de 10 profesionales y amigos, en un comunicado y conferencia de prensa en el consulado argentino en Nueva York.