La escena parece extraída de un cuento de ciencia-ficción. En los muros de Corrente, una ciudad del estado brasileño de Piauí, fue captado un particular simio que llamó la atención de la comunidad por emplear las paredes para afilar un cuchillo que parece ser casi del mismo tamaño de su cuerpo.
Poco importa el peso del instrumento delante de la habilidad del pequeño animal, que luce conocedor del arma blanca y logra mantener el equilibrio mientras adiestra y afila el cortopunzante objeto. En simultáneo, una cámara callejera registra el momento hasta que el animal desaparece de la escena.