Compartir:

1997. El DVD aparece como una de las tecnologías más revolucionarias. No obstante, conseguir una película o serie para reproducir no era tan fácil como hoy.

En la época, poder ver contenido audiovisual requería, en muchos casos, ir hasta un videoclub y comprar o alquilar el material deseado.

Así, en medio del reinado de empresas como Blockbuster, a nivel mundial, o Tarzam y Betatonio en Colombia, apareció Netflix.

La compañía se encargaba de rentar las producciones más sonadas del momento con dos características diferenciales.

La opción de que sus clientes pagaran una suscripción mensual de 20 dólares para quedarse con los DVD durante semanas y la posibilidad de llevarse sagas o temporadas de series al completo para verlas de seguido hicieron que la empresa se ganara el destaque en medio de la competencia.

Fue así como la idea de Reed Hastings y Marc Randolph se fue formando como el gigante que llegaría a acumular un capital de 36.000 millones de dólares por la distribución de contenido.

El auge del DVD, un catálogo inicial de unos mil títulos y la flexibilidad de devolver las películas hasta una semana después, dieron forma a una idea de negocio que fue creciendo en las últimas décadas hasta convertirse en un fenómeno empresarial con más de 11.500 empleados.

'No eran los únicos que ofrecían estos servicios en aquella época, pero consiguieron liderar el mercado con gran solvencia desde entonces', explicó el profesor de la Universidad de Siracusa (EE.UU.) y fundador del Centro Beleir para la Televisión, Robert J. Thompson, en una entrevista con la agencia EFE.

En 2002, la empresa comenzó a cotizar en bolsa con valor de un dólar por acción y, un lustro después, el inicio del formato de 'streaming' propició que sus activos se disparasen.