
La historia del niño que expulsaron de un colegio y ahora uno de sus diseños irá al espacio
Einer José padilla Támara consiguió que su diseño sea el parche de la misión espacial RB-4 de Cubes in SpaceTM que partirá de una estación de la Nasa.
En el 2016 al barranquillero Einer José padilla Támara no le dieron cupo en la institución en la que estudiaba en Zapayán, Magdalena, donde vivía. En ese momento, cuenta, el rector del colegio le dijo a su mamá que no podía seguir estudiando allá por problemas de indisciplina.
“Como da vueltas la vida, como da vueltas la vida, como camina el reloj. Como da vueltas el mundo, como pasan los segundos, como la gente cambió”, dice la canción de la orquesta La Terrífica y que caza perfectamente con la historia de este joven, hoy de 18 años.
El adolescente rebelde, Einer, el indisciplinado, dos años más tarde, estudiando en la Institución Niño Jesús de Pragaganó, en el corregimiento de Hibácharo, Piojó (Atlántico) se ganó con ingenio y esfuerzo la oportunidad de su vida.
Einer diseñó un logo, o parche, que acompañará la misión espacial RB-4 de Cubes in SpaceTM en globo aerostático, que partirá de la instalación de la NASA (Columbia Scientific Balloon Facility) en Fort Sumner, Nuevo México (EE.UU.), entre junio y agosto de este año.
“Es algo que aún no puedo creer, o sea, saber que diseñé algo y que ganó a nivel internacional es como una fantasía, algo que nunca esperas y que te llega de repente”, expresó el joven diseñador en diálogo con EL HERALDO.

El diseño
El logo que presentó Einer tiene dibujado un globo terráqueo entre el día y la noche o la tierra y el espacio, el continente americano, un globo aerostático y una frase a su lado en inglés que traducida al español dice: “El límite de la imaginación es infinito”.
Afirma que lo empezó a dibujar con papel y lápiz un lunes de Semana Santa. Antes de eso, el viernes, el profesor le contó que necesitaba un diseño para respaldar el proyecto que pensaban mandar a la agencia. “Él me dijo que lo tenía que hacer con ciertas características que me mostró y yo le dije que le hacía el dibujo”.
Y así fue. De regreso al salón de clases le mostró varias ideas al “profe”, él escogió uno y le pidió que le agregara nueve colores. “Volví a empezar y le agregué los colores, le gustó y luego lo digitalizaron”.
“Estamos esperando una reunión con el gobernador Eduardo Verano. Luego de eso él visitará el colegio en el corregimiento para hacer el reconocimiento oficial. Hasta donde tengo entendido puede que vaya al lanzamiento del globo por ser el diseñador”.
Los primeros objetos de la Región Caribe en ir al espacio lo hicieron el año pasado en este mismo programa. Tardígrados y semillas de palma amarga obtenida en el municipio de Piojó, en el Atlántico, viajaron al espacio en junio del 2017 y estuvieron invitados unos 22 niños del Atlántico pertenecientes al programa Ondas de Colciencias.
En el espacio duraron entre 6 y 7 minutos y posteriormente volvieron a la Tierra para ser recuperados por miembros de la Nasa.
Cubes in Space es un programa educativo internacional para niños en edad escolar que les enseña cómo diseñar experimentos STEM para su lanzamiento al espacio. Su socio es el Langley Research Center, el más antiguo de los centros de la NASA que se encuentra en Hampton, Virginia, Estados Unidos. Esto les permite a los estudiantes diseñar y competir para lanzar un experimento al espacio. Este año toda la misión llevará el parche del joven magdalenense.
Hay que recalcar que este año el proyecto se hizo posible gracias al apoyo de la Fundación Stellam y del semillero de investigación en astronomía Ícaro.
Su historia
Continuando con el inicio de esta narración, Einer fue apartado de la escuela en la que estudiaba en su natal municipio de Zapayán. Ante esa situación, como él lo describe, su hermana decidió buscarle cupo en el colegio Niño Jesús de Pragaganó, en el corregimiento de Hibácharo (Atlántico) donde ella vivía con su esposo.
“Ella hizo las vueltas y me consiguió un cupo en el colegio. Viajé y empecé a estudiar. En el primer año no me hice notar, me estaba adaptando a todo, a la única persona que conocía era a mi hermana. Todo era nuevo para mí. En 2017 me vinculé más y comencé este proceso”.
Justo cuando todo empezaba a aclararse para Einer, su hermana decidió separarse de su esposo y regresar a la casa de sus padres en el Magdalena.
“Vi que todos mis sueños se iban para atrás por todo lo que mi hermana estaba pasando. Si me regresaba para mi pueblo no podría seguir estudiando”, cuenta. Explica que en ese momento varios ángeles se le aparecieron en el camino entre profesores, un amigo del colegio y familia política que lo acogió.
“Mi hermana se fue a trabajar a Barranquilla, y mis sobrinos, sus dos hijos, quedaron bajo el cuidado de mi mamá. En ese momento la suegra de mi hermana le dijo a mi madre -doña no se preocupe, usted me cuida a mis nietos y yo le cuido a su hijo como si los estuviera cuidando a ellos-.
Hoy día Einer vive en casa de la abuela de sus sobrinos y el profesor Julio Albor lo apoya económicamente con su manutención. Los ángeles existen y se le aparecieron a este diseñador en potencia que algún día quiere graduarse, volar al espacio nuevamente con sus diseños, al infinito.
Recalca que la amistad que le ofreció un día su compañero de colegio Andrés Imitola fue clave para abrirle la mente. Él y una profesora lo “enfocaron en la realización de proyectos”.
“Él es mi inspiración, porque el año pasado tuvo la oportunidad de ir al lanzamiento de un cohete de la Nasa. Es mi compañero de ponencia en los proyectos”.