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Diomedes Díaz nació un 26 de mayo de 1957, en Carrizal, La Guajira. Archivo
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Así fue el último cumpleaños de Diomedes

Hoy que se celebra el natalicio del Cacique de La Junta, amigos recuerdan la celebración del 2013.

El 26 de mayo de 2013 fue el último cumpleaños que celebró Diomedes Díaz. Ese día invitó a varios amigos, y especialmente a su mamá Elvira Maestre, a la casa de su mánager José Zequeda. Todo se organizó para la parranda en ‘El quiosco del Cacique’, como le llamaban al espacio reservado para fiestas y reuniones en la residencia del representante del artista.

Aunque era un día de alegría, por un año más de vida del ídolo musical, el protagonista de la celebración estuvo nostálgico. Así lo recuerda su amigo Joaquín Guillén, el que siempre estuvo ahí para Diomedes. “Recuerdo que le dijo a la señora Elvira: mamá, espero que me acompañe a mi cumpleaños porque va a ser el último”, contó Guillén a EL HERALDO.

Elvira Maestre pensó que era una ocurrencia más del mayor de sus 10 hijos, pero él le insistió y le preguntó si tenía traje negro. “¿Por qué dices eso?, le dijo la señora Elvira, y Diomedes le contestó, porque me voy a morir”, relató Joaquín Guillén.

“De la misma forma me lo expresó, ese día a pesar que era de fiesta, vi nostálgico a mi compadre”, añadió el amigo.

En efecto, siete meses después, el 22 de diciembre de ese mismo año, El Cacique de La Junta falleció en la casa donde residía en el barrio Los Ángeles, en el norte de Valledupar, sumiendo al mundo musical en un duelo del cual aún sus seguidores, familiares y amigos no se reponen totalmente.

Y es que, según relatos de allegados como Guillén, Diomedes presentía el final de sus días. En varias oportunidades, después de aquel cumpleaños habló de su muerte, tal vez por las afectaciones en su salud que ya venía padeciendo.

En un pequeño altar en su habitación, Joaquín Guillén guarda una escultura de su amigo.
 “Recuerdo que Diomedes le dijo a la señora Elvira: mamá, espero que me acompañe a mi cumpleaños porque va a ser el último”.

En los últimos años sufrió un Guillain-Barré que lo dejó en sillas de ruedas. Por fortuna pudo recuperarse. También fue sometido a una cirugía de corazón abierto, estuvo internado en clínicas por dificultades respiratorias y otras afectaciones, pero de todas salía. Para darse ánimo cada vez que le daban el alta de los centros asistenciales y se encontraba con sus seguidores en la entrada de los mismos, con una amplia sonrisa les decía: “por ahora la muerte tendrá que esperar”.

La misma frase la usó en varias de sus canciones; pero la mañana del 22 de diciembre de 2013, a sus 57 años,  su voz se apagó, y el folclor se vistió de luto.

Joaco, como popularmente conocen a Guillén, el mejor amigo de Diomedes, sostuvo que El Cacique no era de grandes celebraciones el día de su cumpleaños, solía festejarlo en familia y con unos cuantos amigos en el seno de su hogar; pero el último invitó más gente de lo normal, y compartió con rancheras y vallenatos.

Diomedes, a pesar de ser una estrella del vallenato, le gustaba la música con mariachis, por eso en su cumpleaños no podía faltar.

 “Las canciones de Antonio Aguilar, José Alfredo Jiménez y Vicente Fernández. Esa era la música que siempre llevaba en el carro, junto a una colección de Calixto Ochoa, a quien admiraba”.

Mariachis visitarán hoy la tumba del Cacique.

 ‘El mundo’, una de las canciones preferidas

Diomedes nunca olvidó su origen humilde y se veía reflejado en una de las composiciones de Calixto, El Mundo, que la grabó al lado de Colacho Mendoza en 1984, en una producción que llevaba ese mismo título.

…Campesino trabajador no reniegues de tu pobreza (bis)

no desees la riqueza ajena, que tú también tienes tu don (bis)

porque el sudor que brota tu frente, ese es un don que no tiene precio

el mundo es mundo y está bien hecho

de lo contrario no habría vivientes…

Guillén recuerda que Diomedes provenía de una familia campesina, del hogar conformado por Rafael Díaz y Elvira Maestre; él fue el mayor y a la edad de los 8 años salió a trabajar. Vendía limones en el corregimiento de La Junta, en La Guajira.

“Los dos o tres pesos que se ganaba se lo llevaba a su mamá para la comida de sus hermanos”, precisa Joaco, al rememorar la emoción que le producía la canción de Calixto.

…Si en el mundo todos fueran capitalistas, oiga, quién trabajaría

si en el mundo todos fuéramos pobrecitos señores, tampoco serviría

por eso el mundo para ser mundo tiene que haber de todo un poquito,

se necesita el acomodado, se necesita el pobre y el rico…

“A Diomedes le gustaba esa canción porque decía que se parecía a él. Salió de un origen rural, en medio de la pobreza, a convertirse en uno de los ídolos más grandes que ha dado el folclor vallenato”, puntualizó Joaco Guillén.

Elvira Maestre, madre de Diomedes Díaz.

Cumpleaños tristes

Diomedes fue un hombre alegre, vivió rodeado de su fanaticada que lo apoyó hasta en sus peores momentos, y lo sigue respaldando después de muerto. En libertad, El Cacique de La Junta, celebraba su cumpleaños con su familia y algunas amistades; pero en el recuerdo de Joaco Guillén, están los 26 de mayo más amargos del artista, y fueron los dos años que estuvo huyendo de la justicia.

Diomedes salió de la cárcel con detención domiciliaria, concedida por su padecimiento de Guillain Barré, —tras el proceso de la muerte de Doris Adriana Niño—, pero en agosto de 2000 una jueza revocó la medida y ordenó devolverlo a prisión; la sorpresa se la llevaron los agentes del CTI cuando no lo encontraron en la casa.

Fue declarado prófugo y durante dos años se escondió en varias fincas al norte de Valledupar, en ese tiempo vivía con la zozobra de ser recapturado, moviéndose de un lugar a otro. “Fueron momentos difíciles”, dice Joaco.

Y tiene una anécdota de uno de estos cumpleaños. “Iba para una finca con un grupo de mariachis, en el camino nos detienen en un retén de la Policía y uno de los uniformados me preguntó para dónde iba con esos mariachis, yo le respondí que a celebrar el cumpleaños de una abuelita; me quedó mirando y me dijo: usted es Joaco Guillén, y hoy es 26 de mayo, esa abuelita es Diomedes Díaz. Luego me dijo que no me preocupara y nos dejó seguir”, recuerda.

Muchos aseguran que fue la música la que mantuvo vivo a Diomedes en esas épocas aciagas. Estando preso compuso y grabó discos, y en la clandestinidad no dejó de cantar.

“Diomedes le compuso a todo lo que fue su vida; le cantó a la tristeza, a la sombra, a su papá, a su mamá, a sus amigos, pidió perdón, hizo letras con melodías a su enfermedad, a su biografía y a su fanaticada, y no faltaba más, al día de su cumpleaños”, puntualizó Joaquín Guillén, quien se mostró agradecido porque a pesar de que han pasado seis años de su muerte, Diomedes sigue vivo en el corazón de sus seguidores.

Hoy, cuando se celebra el natalicio del Cacique, quien cumpliría este domingo 62 años, su fanaticada, compositores y familiares rinden homenaje en su tumba Jardines Del Ecce Homo, en su querida  Valledupar.

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