La Guacherna, el único desfile nocturno del Carnaval de Barranquilla, rinde hoy tributo a los cinco policías muertos y a los 43 heridos en los atentados terroristas del fin de semana contra la Estación San José y el CAI de Soledad 2000.
Por eso, las autoridades piden que todos los asistentes lleven pañuelos blancos en homenaje a los héroes caídos, y que un atronador aplauso acompañe el paso de la comparsa de la Policía, que abrirá el desfile en honor a sus compañeros.

La presencia de la Policía en la Guacherna es una muestra de la fortaleza de esta institución, que a pesar de los golpes asestados por el terrorismo no dejó nunca de cumplir su labor de vigilancia, con 52 eventos de Carnaval cubiertos en el Atlántico durante el fin de semana, después de los atentados.

Esta noche es el momento para reiterarle a esta institución, muchas veces criticada pero que presta un servicio invaluable para la sociedad, que no está sola en la lucha contra la barbarie, y que la solidaridad del pueblo barranquillero no tiene límite.

Es la oportunidad también para mostrar un comportamiento ejemplar a pesar de las características del evento, y para que las normas de convivencia no se pasen por alto como muchas veces ocurre en nombre del “todo vale” en Carnaval.

Las autoridades, en cabeza del director de la Dijín, general Jorge Vargas Valencia, y del comandante de la Metropolitana de Barranquilla, general Mariano Botero Coy, aseguraron en su visita a este diario que las informaciones de inteligencia indican que no se está fraguando un nuevo atentado en la ciudad, y focalizaron el accionar de las milicias del Eln en desestabilizar a la institución.

“Aunque los ataques fueron cometidos en Barranquilla y Soledad, no iban dirigidos a la población civil, sino a la Policía, eso lo tenemos claro, y no hay indicios de que se esté planeando algo contra la comunidad”, explicó el general Vargas.

Algunas de esas medidas son la llegada de 1.800 policías como refuerzo para el Carnaval. Mil de ellos estarán hoy en la Guacherna, y los otros arribarán en los próximos días.

Un número elevado de estos policías prestará su servicio de civil, camuflado entre la multitud de carnavaleros. La intención de la institución es no crear una sensación de pánico y, al tiempo, mantener una vigilancia cercana.

Esta labor debe estar acompañada del compromiso de los barranquilleros, representado en información oportuna que ayude a las autoridades a que el Carnaval de 2018 sea lo que siempre ha sido: un canto a la paz.