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El Editorial | Impulso nacional

Es tiempo de reemprender el camino hacia el desarrollo social y económico demandado por una ciudadanía merecedora de mejores condiciones de vida.

La irrupción de la pandemia del coronavirus a principios de marzo frenó en seco la puesta en marcha de proyectos estratégicos del alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, y la gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera. La arremetida del virus en el departamento desencadenó una crisis sin precedentes a nivel sanitario, social y económico que, durante los últimos meses, concentró los esfuerzos de los gobernantes en la adopción de acciones orientadas a frenar la proliferación del contagio mediante programas dirigidos a población en riesgo y a control territorial como los cercos epidemiológicos.

Además en una carrera contrarreloj fortalecieron las capacidades del sistema de salud ampliando la toma y procesamiento de pruebas, el número de ucis en la red pública y privada y la entrega de elementos de bioseguridad y dispositivos médicos a trabajadores sanitarios y ciudadanos. La estrategia en el ámbito distrital y en los municipios también incluyó un componente social para tratar de dar respuesta a las necesidades de las comunidades más vulnerables y medidas restrictivas de la movilidad como el ‘pico y cédula’, la ley seca, los patrullajes de la fuerza pública y el toque de queda.

Luego de superar la fase más crítica en la que el virus por momentos pareció salirse de control, la situación se estabilizó, pero no se pueden olvidar a las más 2 mil 800 personas fallecidas durante esta amarga experiencia frente a la que no se puede bajar la guardia. Ni autoridades ni ciudadanos, hacerlo sería un despropósito. Los rebrotes aparecerán, resultaría ingenuo considerar lo contrario, pero allanarle el camino a una nueva embestida del virus con un comportamiento irresponsable es un sinsentido mayúsculo. Autocuidado, responsabilidad y control, que a nadie le quede grande.

Es tiempo de reemprender, con absoluta convicción, el camino hacia el desarrollo social y económico demandado por una ciudadanía merecedora de mejores condiciones de vida, hoy duramente golpeada por los efectos del virus. La actual hoja de ruta es sin dudarlo mucho más retadora que la planteada hace unos meses. En Barranquilla, por ejemplo, la meta era crear más de 70 mil nuevos empleos, ahora hay que recuperar 150 mil perdidos por la pandemia y trabajar para cumplir el objetivo inicial, en total 220 mil empleos.

La reactivación económica de Barranquilla y el Atlántico, tras pasar el pico y comenzar las reaperturas, debe acelerarse con el respaldo del Gobierno nacional. Mensaje claro y perentorio que Pumarejo y Noguera les transmitieron al presidente Iván Duque y a los ministros que lo acompañaron en su visita del pasado sábado. Propiciar la recuperación del empleo mediante la inversión pública es la clave y requiere que el Ejecutivo se meta la mano al bolsillo para cofinanciar con recursos de la Nación proyectos del departamento.

Las inversiones estimadas por el Distrito son realmente ambiciosas y suman cerca de 4 billones de pesos, sin contar los mil 200 millones de dólares que costaría la primera etapa de una nueva Zona Marítima Portuaria. Pero ‘el que no llora, no mama’, dice el refranero popular. Entre las iniciativas puestas sobre la mesa, la recuperación integral de la Ciénaga de Mallorquín y los canales de la ciudad, obras de acueducto y saneamiento básico, el Plan Maestro de Mercados, proyectos de innovación tecnológica, el Sistema Integrado de Transporte Público y la ampliación de Transmetro, entre otros. A Duque le quedaron sonando varios asuntos, especialmente la intervención de Mallorquín.

Por el lado del departamento, el Gobierno nacional confirmó recursos para los viaductos de la doble calzada Barranquilla–Ciénaga, que se adjudicarán el próximo año; mientras con la Gobernación del Magdalena se define la financiación de los 40 kilómetros restantes. En el caso de la doble calzada a Cartagena, se adicionarán recursos para sumar 30 kilómetros más. Y se invertirán 45 mil millones de pesos para garantizar conectividad digital en el 100% del Atlántico con fibra óptica.

Duque fue elogioso con “el liderazgo y la transformación de Barranquilla y el Atlántico en los últimos 12 años”, la calificó como un “motivo de orgullo”, y se mostró optimista frente a lo que está por venir, como la Asamblea del BID en marzo de 2021. Trabajo constante con las autoridades locales, articulando esfuerzos con determinación y garantizando un decidido apoyo económico esperan del Gobierno nacional los habitantes del departamento, que con enorme valentía y sacrificio han resistido los rigores de la pandemia e intentan seguir adelante. Que los resultados de la visita del mandatario sean un motivo adicional para animarse.

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