Nueve estrategias conforman la hoja de ruta que el Distrito y el Gobierno nacional acordaron para atacar los actores delictivos que buscan hacer presencia en Barranquilla, y de esa manera evitar la comisión de crímenes.

Esta detallada ruta se trazó a partir de la petición que hiciera el propio alcalde Jaime Pumarejo al presidente Duque para que se trasladara a la ciudad con la cúpula militar, hecho que finalmente se cumplió el pasado sábado, cuando el mandatario nacional acompañó la demolición de una ‘olla’ de vicio en Sourdís, presidió un consejo de seguridad ampliado y presentó frentes de seguridad y 4 programas ‘Sacúdete’ para el Atlántico.

Cápsulas operacionales para lograr la captura de 40 homicidas, el Grupo de Reacción Caribe (Recar), puestos de control dinámicos, escuadrones antihurto, los drones, la focalización de acciones en 16 segmentos de vida y 19 cuadrantes, así como un Plan Blindajes para contrarrestar el hurto común, el fleteo y el hurto de celulares y motocicletas en horas específicas y puntos críticos de la ciudad son algunas de las estrategias que desplegarán las autoridades en Barranquilla y su área metropolitana en un trabajo conjunto.

Ilusionan todos estos anuncios que – en palabras del alcalde Pumarejo– envían un mensaje a los criminales en el sentido de que Barranquilla “no está sola”, y que lo que se pretende es esclarecer y mejorar los tiempos de respuesta en las investigaciones contra el clan del Golfo y otros similares “para que esta ola de violencia que han suscitado no solo encuentre su fin, sino que los encuentre a ellos tras las rejas”.

Todas estas acciones, indudablemente, deben ir acompañadas de un efectivo proceso de judicialización para evitar que los criminales apresados regresen rápidamente a las calles a delinquir.

Cada resultado operativo de las autoridades contra el crimen organizado es valioso, pero sorprende la velocidad con que las organizaciones criminales y los GDO (grupos delincuenciales organizados) se reorganizan y reemplazan sus cabecillas abatidos o capturados, heredando su legado delincuencial, dedicado a la extorsión y al tráfico de drogas, principalmente, en la capital del Atlántico y sus municipios del área metropolitana.

La ciudadanía desea ver materializadas en su tranquilidad y en su seguridad todas estas estrategias y anuncios, de forma que pueda volver a disfrutar de las visitas a los parques, de sentarse en su terraza, de compartir fiestas familiares en los barrios, de poder transitar por las calles con confianza. La hoja de ruta está trazada, que comience a producir resultados inmediatos.