Ha caído el telón del Foro de Desarrollo Local de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) en Barranquilla. Ovación de pie para una cita excepcional que retrató minuto a minuto la transformación urbana, social y ambiental de una ciudad que demostró su ferviente deseo de seguir creciendo, como lo ha hecho durante los últimos 17 años, con una visión de futuro que se sustenta en inclusión social y sostenibilidad ambiental.
Cada aprendizaje obtenido habla por sí solo del vigor de un encuentro de dimensión global, enfocado en construir las soluciones demandadas por lo local. Válido para los desafíos que plantea la inteligencia artificial con sus acelerados cambios tecnológicos que reclaman más y mejor conectividad y formación. Válido para el fortalecimiento de economías resilientes e inclusivas, en las que son fundamentales buenas instituciones locales; diversificar las actividades productivas y fortalecer alianzas entre lo público y privado. Valido también a la hora de buscar una mayor autonomía para jalonar el desarrollo regional, asumiendo la descentralización como una oportunidad transformadora para ciudades y departamentos.
No cabe duda de que el foro, el más más numeroso en la historia de la Ocde, fue exitoso para Barranquilla, que ganó por punta y punta. También lo fue para la administración del alcalde Alejandro Char, que se empeñó a fondo en sacarlo adelante, con su gerente de Ciudad, Ana María Aljure. Su modelo de gobernanza, de desarrollo territorial con inclusión social, fue destacado por los invitados internacionales que elogiaron la innovación de sus proyectos de renovación económica y restauración ecológica, con participación ciudadana, pero sobre todo la relación de confianza entre las autoridades locales con las comunidades.
Por una parte, su impacto económico fue notable. La Cámara de Comercio de Barranquilla calculó un movimiento superior a $11.500 millones por gastos asociados al consumo de los visitantes y a la logística misma del evento, que generó 5.400 empleos directos e indirectos durante la última semana. Por la otra, se confirmó que la ciudad recibirá un crédito del Banco Popular por $50 mil millones para acelerar proyectos en marcha, el CAF le estructurará un crédito por USD50 millones para iniciativas ambientales estratégicas y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) celebrará aquí su reunión anual de la Red de Ciudades de 2026.
Son noticias positivas, optimistas, que ratifican la confianza de instituciones financieras y de organismos multilaterales en Barranquilla. Nos respaldan porque creen en sus avances y, en particular, en su inmenso potencial para seguir expandiéndose como uno de los polos de desarrollo de América Latina. Tendríamos que entenderlo así. A muchos se nos convirtió en paisaje la transformación de nuestro terruño, e incluso con desdén e indiferencia le encontramos peros, para minimizar sus progresos. Sin embargo, para los foráneos somos un caso de éxito, una historia brillante que contarle al mundo, como lo ha hecho la Ocde.
La imagen que nos devuelve el espejo de este foro ha vigorizado el sentido de pertenencia e identidad colectiva de muchos barranquilleros. Las alianzas internacionales forjadas hoy y el intercambio de experiencias con ciudades que lograron encarar victoriosamente sus retos impactarán en un futuro, esperamos que cercano, al ciudadano de a pie. Es nuestro deseo, porque el arraigo comunitario también es una forma de inspirar transformaciones valiosas.
Este proceso de transferencia de conocimientos, de enriquecimiento individual y colectivo, que debe traducirse en acciones concretas, deja lecciones claves para reflexionar y buscar sus adaptaciones a nuestro contexto. Por ejemplo, la economía nocturna ofrece grandes oportunidades para incentivar empleo, cultura y dinamismo social, pero se debe crear el marco normativo y de seguridad para que sea viable. Nadie dice que será fácil, pero Barranquilla ha demostrado que tiene la capacidad de ponerse de acuerdo para prosperar.
Sintámonos complacidos de hablar un mismo idioma, de tener ventajas reales. Lástima que el presidente Petro no consideró oportuna su presencia en el encuentro global. Al ser una ocasión única, pues él se lo pierde. Una pena que no tengamos un aeropuerto decente que haga 100 % placentera la experiencia de quienes nos visitan. Ay, ¿cuándo será ese cuándo?
En todo caso, Barranquilla le abre de par en par la puerta al bienestar social de su gente y desde EL HERALDO somos testigos de los esfuerzos conjuntos para superar la desesperanza e incertidumbre que a muchos echan para atrás. Aquí, ni para coger impulso. Hagamos del colofón del foro un momento ilusionante para dar nuevos pasos hacia un futuro aún mejor.