
Se avecina una ‘tormenta’ en el debate para subir el mínimo
Las proyecciones del aumento van desde un 12 % hasta un 20 %, considerando la elevada inflación. Expertos analizan riesgos de un alza más allá de lo conveniente.
Cuando falta menos de un mes para que comience de manera oficial la concertación sobre el aumento del salario mínimo de 2023, ya se barajan varias cifras frente a este incremento.
Las propuestas van desde un 11 % ($110.000) en el caso de las más conservadoras y hasta un 20 % ($200.000) para las más optimistas.
Con una inflación proyectada de cerca de un 11 % para cierre de este año se plantea un gran reto en este proceso de negociación que se da en la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales que preside el Ministerio del Trabajo.
La ministra Gloria Inés Ramírez aseguró que son varios los factores que se tendrán en cuenta en este análisis, entre ellos la pérdida del poder adquisitivo por la inflación, además de los factores de inflación y productividad establecidos por ley.
Va más allá la ministra Ramírez al plantear que se podrían tomar medidas como la congelación de la canasta familiar básica.
El mismo presidente Gustavo Petro adelantó que la variable del salario mínimo es importante para mantener el incremento de la demanda en el país.
El aumento del mínimo para 2022 fue de 10,07 %, con lo que este llegó a $1 millón y auxilio de transporte por $117.172 .

Factores determinantes. Iván Daniel Jaramillo Jassir, profesor de Derecho Laboral e investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, explicó que para definir el aumento anual del salario mínimo, la Ley 278 de 1996 ordena tomar en consideración la inflación causada, la inflación proyectada, el PIB, la contribución de los salarios al ingreso nacional y la productividad acordada por el comité tripartito del Ministerio del Trabajo.
“Este año será especialmente relevante la creciente inflación y la recuperación de la demanda agregada”, agregó.
Indicó que la comisión de concertación de políticas salariales y laborales en forma tripartita debe trabajar para fijar el salario mínimo para 2023 en forma equilibrada.
“El aumento debe respetar la inflación causada como criterio de ajuste. El porcentaje excedente corresponde al incremento que para 2022 fue diluido por la inflación generando pérdida de poder adquisitivo a los trabajadores”, agregó.
Lo que se espera. La presidente de Fundesarrollo, Oriana Álvarez, dijo que el debate sobre el alza del salario este año será particular si se tiene en cuenta que el país presenta varios escenarios complejos.
Explicó que por un lado está la necesidad de mantener el empleo el próximo año en un contexto de riesgo creciente de que la economía global caiga en recesión, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento del 2,7 %, la más baja proyectada por esta entidad desde el 2001.
“Por el otro lado, la inflación más alta en 23 años, que va en el 11,4 % anual hasta septiembre de 2022 y viene afectando a todos los países del mundo impulsada por la recuperación económica, las disrupciones en el transporte internacional y la invasión de Rusia a Ucrania”, añadió.
Además de la inflación y productividad, precisó que el panorama internacional debería ser tenido en cuenta en las discusiones sobre el incremento del salario mínimo, porque una parte importante de la inflación en Colombia es importada y se debe a la fuerte devaluación del peso frente al dólar como resultado, entre otras cosas, de la subida de las tasas de interés de Estados Unidos y de la fuga de capitales.
¿Que pasa si sube demasiado?. El vicepresidente de ANIF, Anwar Rodríguez, afirmó que si bien hay presiones para subir el mínimo más allá de la fórmula de productividad más inflación, se puede generar una mayor presión inflacionaria.
“Tenemos una inflación alta que ya supera el 11 % y para los hogares de ingresos bajos y vulnerables es superior al 13 % y eso tiene implicaciones”, detalló.
En el mercado laboral se pueden generar distorsiones ya que más de la mitad de los trabajadores son informales y un aumento mayor pone límites a la formalización.
A su vez, Iván Daniel Jaramillo Jassir sostuvo que el impacto de un aumento exagerado del mínimo se aprecia en la demanda agregada. “En el año 2016 se incumplió esta regla y derivó en la pérdida de poder adquisitivo.
La inflación está vinculada al reconocimiento del ajuste que mantenga el equilibrio en las cargas de las pares del contrato de trabajo”, Oriana Álvarez reiteró que la historia de las negociaciones del salario mínimo han demostrado que es muy difícil lograr consensos entre las partes involucradas.
“Por un lado los sindicatos deberían estar dispuestos a aceptar aumentos más moderados del salario mínimo; y por el otro, los empleadores y el Gobierno comprometerse con ajustes que permitan sostener la reactivación económica y garantizar la recuperación de empleos para así seguir mejorando el consumo y las condiciones de vida de los hogares más afectados por la pandemia”.
La experta ve difícil alcanzar un aumento concertado, tal como se presentó el año pasado.
La firma de abogados barranquillera Champan Wilches plantea una propuesta de aumento que considera podría equilibrar lo que espera frente al salario mínimo.
El socio y fundador Charles Chapman López explica que tradicionalmente la fórmula utilizada para la fijación del mínimo es la inflación más la productividad. “Si la inflación se estima en 11,4 % y la productividad en el 1,6 % aproximadamente, entonces estaríamos hablando de un reajuste que se acerca al 13 %. No obstante, hemos visto que últimamente los gobiernos por populismo aumentan puntos adicionales a esa fórmula, por lo que podríamos tener un aumento del 15 %”, señala.
Para el abogado laboralista es necesario que prevalezca el criterio técnico y la defensa prioritaria a los desempleados e informales. “Nuestra propuesta es que el factor determinante sea la inflación esperada, pero, para mejorar un poco más el ingreso del trabajador se le dé un mayor porcentaje al incremento del subsidio de transporte”.
Afirma que una buena decisión sería incrementar el mínimo a $1.120.000 (12 % de reajuste) y llevar el subsidio de transporte a $150.000 (actualmente es de $117.172, se incrementaría en $32.828, más de un 25 %).
“No hay que olvidar que en la determinación del mínimo también se fija el subsidio de transporte, entonces que se utilice para ponderar y buscar la mejor decisión”, detalla.
A su vez, la abogada Mirna Wilches precisa que la fijación del salario mínimo no solo incumbe a las partes de la relación laboral. “Su efecto se
irriga a todo el mercado laboral y es un factor determinante para que haya mayor empleo formal en el país”.
Recuerda que para que los trabajadores independientes puedan acceder a la seguridad social en el régimen contributivo, las bases de liquidación se fijan sobre el salario mínimo y ellos a veces no se ganan ese monto.
“Entonces, el equilibrio del monto del salario mínimo legal mensual vigente debe no solamente considerar al empleado y empleador, sino al mercado laboral en general”, agrega.
Con tasas de desempleo de más de dos dígitos e informalidad alrededor del 60 %, dice que la prioridad debería ser la generación de trabajo formal, y eso inicia en la misma discusión del mínimo y también en cómo se generan más empresas. “Trabajadores hay, lo que nos faltan son empleadores, entonces hay es que impulsar lo que está faltando”, señala.