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Cuando el próximo 1 de diciembre el cartagenero Bruce Mac Master asuma la presidencia de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) y releve a Luis Carlos Villegas -quien ocupó el cargo los últimos 18 años- afrontará una compleja coyuntura con grandes retos para la agremiación de empresarios más importante del país: contrarrestar la desindustrialización y fortalecer la competitividad frente al comercio exterior.

Sin dudas, el primer gran reto que deberá asumir Mac Master será lograr que se diseñen políticas sistémicas que reviertan la desindustrialización de las últimas décadas y que hagan más competitivo al sector. Tendrá que poner de acuerdo a más de 3.000 empresarios inmersos en actividades económicas diferentes que enfrentan distintos grados de oportunidades y amenazas de cara al comercio exterior.

Según el Consejo Privado de Competitividad, la industria nacional demanda cambios estructurales para aumentar su competitividad y ampliar la oferta exportadora, por medio de la inversión en infraestructura, en capital humano y la adopción de un modelo basado en la innovación.

Para Dann Payares, profesor del IEEC de Uninorte, el reto de la Andi es fortalecer su papel de mediador en el Congreso para que se cree un plan de política industrial integral que haga frente a las necesidades actuales de la industria nacional, complementando las políticas actuales, que están dirigidas a problemas subsectoriales.

'Debe determinar cuál es la verdadera causa de la debilidad de la industria, con el fin de saber si es un problema de competitividad interna o de competencia externa, y buscar así las soluciones apropiadas al asunto', agrega Payares.

En los 70 años de historia que tiene la Andi, tan solo han ocupado este cargo diez personas, que hasta ahora habían sido oriundas principalmente de Antioquia o el Eje Cafetero. El que por primera vez un dirigente de la región Caribe llegue al cargo, si bien contó con el apoyo del empresariado antioqueño, es una buena señal para la industria de esta parte del país.

El país se desindustrializa. El deterioro de la industria es evidente, mientras que en los 80 aportaba en promedio el 22,2% del PIB, para 2013 tan solo produce el 11,9%, según cifras de la Anif y el Dane. Antes contribuía con 26 de cada 100 empleos en el país y hoy solo genera 13 de cada 100 puestos.

Esta caída es producto de la dificultad de consolidar un mercado interno, la crisis de los años 90 y la vulnerabilidad de nuestra economía frente a los procesos de apertura. Esto ha sido agravado por la falta de decisión de los últimos gobierno s de apostarle a una política industrial.

Por el contrario los esfuerzos se han centrado en el comercio exterior, mientras el país se consolida en el sector de servicios en detrimento de la actividad industrial.

El Ministerio de Industria y Comercio ha trabajado más en políticas de fomento al comercio exterior que en políticas industriales domésticas. Curiosamente, el anterior presidente de la Andi era uno de los defensores de los TLC.

Aunque el país quiso mirar hacia afuera esperando que luego de firmar TLC los empresarios decidieran volverse más competitivos, lo que ocurrió fueron décadas de parsimonia industrial que hoy le cuestan al país en su nivel de competitividad para afrontar las oportunidades de los acuerdos alcanzados.

Este nuevo presidente de la Andi tendrá que asumir un papel más sectorial y dedicarse a solucionar los problemas estructurales de la industria colombiana, que hoy parece ser más vulnerable que nunca.