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¿De qué forma el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 ayudará a que la región Caribe superé sus principales problemáticas: informalidad, pobreza, desigualdad y desnutrición infantil? A través del plan, el presidente Duque apunta a impulsar el desarrollo productivo y social de la región para disminuir estas dificultades que sufren los habitantes y que han mantenido un retroceso lento pese a las distintas iniciativas tomadas por gobiernos nacionales y locales para solucionarlos.

David Díaz Florián, profesor de Economía de Uninorte, señala que la pobreza monetaria y multidimensional regional registra hoy una importante reducción, aunque bastante diferenciada a nivel de los departamentos y ciudades capitales. 'Desde 2009 la pobreza multidimensional se ha reducido más rápido que la pobreza monetaria. Las estrategias del Pacto Regional se concentran en propuestas de infraestructura y servicios públicos, inversiones que podrían continuar incidiendo en la mejora de los indicadores de pobreza multidimensional pero no necesariamente en la reducción de la pobreza monetaria regional'.

Según datos del plan, en 2017 el promedio del indicador de pobreza monetaria para los siete departamentos de la región se ubicó 15 puntos porcentuales por encima del promedio de toda Colombia (41,7 %). En ese sentido, el plan busca mejorar las condiciones laborales y adquisición de ingresos en la región para disminuir los problemas relacionados con mala calidad de vida, mediante el impulso de programas de creación de empleo, mejoras en el ingreso, producción intrarregional, acceso a servicios públicos y disminución de la informalidad.

Leopoldo Gómez-Ramírez, director Observatorio de Condiciones Socioeconómicas del Atlántico de Uninorte (OCSA), señala que, por una parte, es obviamente cierto que una combinación de empleo formal y mejores servicios públicos es parte importante de cualquier programa de erradicación de la pobreza.

'Aun asumiendo que en efecto se lograrán crear más y mejores empleos en el Caribe y se tendrán mejores servicios públicos, en economía del desarrollo es casi consensualmente aceptado que para erradicar la pobreza también se requieren transferencias directas o condicionadas, al menos hacia las personas en pobreza extrema', señala el profesor.

De acuerdo con el Dane, entre octubre y diciembre de 2018 en las capitales de la región, el 60% del total de personas ocupadas se encontraba en informalidad; cifra que se ha mantenido en los últimos años. El profesor Díaz indica que la propuesta del plan de desarrollo de reducir la pobreza monetaria por medio de estímulos a la creación de empleos dependerá de varias condiciones que determinan la disponibilidad de empleos adecuados a los perfiles de los pobres.

'La relación empírica entre crecimiento económico, empleos y pobreza ha venido cambiando a lo largo del tiempo. Esta relación era más estrecha en el pasado reciente de América Latina, cuando las reducciones en desempleo explicadas por coyunturas de crecimiento, impulsadas por el auge en comercio internacional de commodities, incidieron en la reducción de la pobreza', agrega Díaz.

Como principales objetivos se espera disminuir los indicadores de pobreza en el departamento más afectado que es La Guajira, pasando de un actual nivel de pobreza monetaria de 52,6% a 47,2% y de pobreza monetaria extrema de 26,5% a 22,4%.

Desarrollo productivo

En cuanto a la economía de la región, el plan espera mejorar el crecimiento económico basado en el desarrollo ambiental sostenible. Busca desarrollar la producción agropecuaria, cultural y turística de los departamentos y la implementación y adecuación de vías y una red intermodal.

Jairo Parada Corrales, profesor de Economía de Uninorte, indica que el plan establece una política de incentivos para el sector agropecuario, lo cual es positivo. 'Lo preocupante es que carece de una posición más proactiva por parte del Estado. No se toca el tema de la distribución de la tierra, el impulso al desarrollo productivo de pequeños y medianos productores. Debemos tener claro que la pobreza está ligada a dos carencias esenciales: falta de empleo y baja propiedad de activos productivos'.

En este sentido, el profesor Díaz dice que sorprende que en el diagnóstico se relieva el potencial ecotúristico regional pero nada de eso aparece en la lista de apuestas productivas de la región Caribe. 'De la lectura de la lista de apuestas productivas no es posible distinguir entre lo novedoso y lo que se venía impulsando en los dos o tres últimos planes de desarrollo'.

El plan desea promover 23 000 hectáreas destinadas a la producción sostenible basada en la restauración, conservación, sistemas silvopastoriles, sistemas agroforestales, piscicultura, reconversión productiva y pasar de 376 km a 804 km de vía férrea.

* Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad exclusiva de los autores y no comprometen la posición de la Universidad del Norte.

Análisis | ¿Qué le falta al plan?

Si hablamos de programas en específico, señalaría alguno de transferencias directas o condicionadas, al menos hacia las personas en pobreza extrema. Pero más que programas en específico lo que parece hacer demasiada falta, en general, en la estrategia de desarrollo actual, es una genuina voluntad política y económica para llevar a cabo dos cosas. Primero, enfrentar y castigar la corrupción, el nepotismo y demás características de las economías 'extractivistas', como las llaman los influyentes economistas Acemoglou y Robinson. Sin este elemento, es difícil creer que todos los buenos objetivos del programa serán algo más que palabras impresas en papel. Segunda, redistribuir las ganancias del crecimiento económico; en caso de que en efecto ocurra.

Leopoldo Gómez*

*Director del OCSA Uninorte