Cinco años después del inicio de la pandemia por COVID-19, las competencias laborales de los colombianos muestran un nuevo perfil. Un estudio reciente de THT, multinacional especializada en comportamiento humano, identificó grandes e importantes cambios en las habilidades blandas que hoy definen el desempeño profesional en el país.
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El análisis comparó mediciones hechas en 2019 y 2025 a una muestra entre 3.000 y 5.000 personas. El resultado indica un fortalecimiento de competencias como el aprendizaje continuo, la planeación, la construcción de relaciones y el manejo de la información.
Estas habilidades, según el estudio, se consolidaron como esenciales en un entorno de trabajo atravesado por la digitalización y los modelos híbridos.
¿Qué habilidades laborales cayeron en Colombia?
En contraste, la investigación señala una disminución en otras capacidades que, antes de la emergencia sanitaria, eran altamente valoradas: la creatividad, la innovación, la orientación al usuario y la confianza en uno mismo.
Algunas de estas caídas alcanzan hasta dos desviaciones estándar por debajo de los niveles previos a la pandemia.
Según los investigadores, estos descensos estarían relacionados con la sobrecarga digital y los efectos psicológicos de la incertidumbre prolongada.
“Hoy buscamos estar más actualizados, dispuestos al aprendizaje constante y enfocados en aplicar el conocimiento de manera articulada en nuestras funciones diarias”, asegura Juan David Gómez, CEO de THT.
Impacto en el mundo laboral tras la pandemia
Una encuesta adicional de la firma a 41 organizaciones colombianas reveló que el 78 % considera que el mundo laboral cambió definitivamente y un 98 % identificó nuevas habilidades clave surgidas tras la pandemia.
Entre las más mencionadas están la adaptabilidad, la autogestión, la capacidad analítica y las competencias digitales. Esta transformación también se refleja en la consolidación del trabajo remoto, regulado en el país por la Ley 2121 de 2021.
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En 2022, más de 1,5 millones de personas trabajaban de forma remota en Colombia, según cifras del Ministerio TIC. En América Latina, la modalidad llegó a superar el 30 % de adopción en algunas ciudades durante los picos de confinamiento, y hoy permanece estable entre el 15 % y el 20 %.
Para muchas personas, la flexibilidad horaria y la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar pesan más que el salario.
El cambio de contexto también obligó a las instituciones educativas y a los empleadores a replantear sus métodos. Expertos coinciden en que es necesario continuar fortaleciendo habilidades sociales, emocionales y digitales desde la formación profesional, así como invertir en programas internos de desarrollo en las empresas.
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El Foro Económico Mundial prevé que para 2027 las habilidades más demandadas serán profundamente humanas: pensamiento crítico, liderazgo, resiliencia y creatividad.
Este enfoque, que busca equilibrar el uso de tecnología con capacidades interpersonales, marca la dirección del mercado laboral en la próxima década.
“Al hacer un balance de estos cambios —en la salud, la familia y el trabajo— es claro que el mundo laboral ha sido uno de los escenarios más impactados. No solo se transformaron los modelos de trabajo, también cambió la forma en que valoramos y desarrollamos las habilidades humanas”, expresa Gómez.
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Y agrega: “Mientras las empresas enfrentaban el reto de adaptarse a entornos remotos, híbridos e inciertos, las llamadas ‘competencias blandas’ dejaron de ser un valor agregado y se consolidaron como el corazón del desempeño y la empleabilidad en esta nueva era”.
Brechas y oportunidades
A pesar de estos avances, persisten desafíos en la alineación entre las habilidades demandadas por el mercado y las ofrecidas por los trabajadores. Para abordar estas brechas, es fundamental que tanto empleadores como empleados continúen invirtiendo en el desarrollo de habilidades sociales, emocionales y digitales.
La educación superior también juega un papel crucial en este proceso, integrando competencias blandas en sus currículos para preparar a los estudiantes para los desafíos del mundo laboral actual.
En América Latina, el trabajo remoto, según los diferentes organismos de control (ministerio, Dane), pasó de representar menos del 5% de las modalidades laborales antes de la pandemia, a superar el 30% en muchas empresas urbanas durante los picos de confinamiento.
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Hoy, esta cifra se mantiene estable entre el 15% y el 20%. Además, dentro de las características establecidas y las que asocian los colaboradores del teletrabajo, tienen que ver con la priorización de flexibilidad de horarios y lugar de trabajo, incluso por encima del salario.
“La transformación del mundo laboral en Colombia en los últimos cinco años ha sido profunda y multifacética. Si bien se han logrado avances significativos en el desarrollo de ciertas competencias blandas, es esencial continuar trabajando en el fortalecimiento de habilidades clave como la creatividad y la confianza en uno mismo; adaptándose a un entorno laboral en constante cambio y construyendo organizaciones más resilientes y empáticas”, señala Gómez.
Y concluye: “Solo así podremos construir entornos laborales más flexibles, éticos y preparados para afrontar los desafíos de un mundo cambiante”.
