El Heraldo
Teófilo Gutiérrez Blanco desde la terraza de su casa con el bate en la mano. Mery Granados
Deportes

Y qué hay de la vida de | “Las personas me dicen Teófilo Gutiérrez el verdadero, no el futbolista”

El excátcher, que sufrió un accidente el 13 de junio de 1968 en donde perdió su pierna izquierda, sigue formando peloteros desde su casa en el barrio Montecristo. Ganó tres campeonatos nacionales con la selección de béisbol del Atlántico. Dice que nunca ha hablado con su homónimo del Junior. 

Hoy en día su nombre en Barranquilla es más relacionado con el fútbol que con el béisbol. Un 10 de agosto de 1939 en el barrio San Francisco (mejor conocido como San Pacho) nació Teófilo Gutiérrez Blanco, exreceptor que brilló con la selección Atlántico ganando campeonatos nacionales. El homónimo del delantero del Junior, Teófilo Gutiérrez Roncancio, es un apasionado por la pelota caliente, la que no abandonó incluso en su momento más duro, cuando sufrió un accidente de trabajo el 13 de junio de 1968 y perdió la pierna izquierda.

El expelotero, que se moviliza en muletas, sigue formando peloteros desde la terraza de su casa actual en el barrio Montecristo.

P.

¿Qué hay de la vida de Teófilo Gutiérrez Blanco?

R.

Todavía le enseño a los niños  béisbol, pero como ahora Barranquilla ha quedado sin escenarios deportivos, ya no tengo dónde entrenar a los niños. Yo practico aquí en la terraza de mi casa, donde cuelgo una malla, tengo mi propia máquina de bateo, lo elemental en el béisbol.  Estuve un poco enfermo, pero gracias a Dios ya estoy recuperado.

P.

¿A qué se refiere cuando dice que no hay escenarios si se construyeron nuevos para los Juegos Centroamericanos y del Caribe?

R.

Lo que pasa es que la gente que no vive en este sector, no sabe las necesidades que tienen los muchachos del béisbol, y del fútbol peor, aquí no hay dónde practicar fútbol, solamente las calles. El 11 de Noviembre (estadio de béisbol) lo remodelaron, pero me dicen que eso no sirve para jugar prejunior y junior porque es muy pequeño y la bola se pierde en la fábrica de manteca.

P.

¿Cuánto tiempo ya entrenando con niños?

R.

Ya perdí la cuenta. Después que me accidenté yo comencé a entrenar niños, muchachos y viejos, de todo. Yo tengo la facilidad de enseñar béisbol y softbol.

P.

¿Por qué decide ser beisbolista?

R.

Yo me incliné por el béisbol porque yo tenía un tío que se llamaba José Benavides Hernández  y una vez llegó él a la casa con un uniforme y lo tiró en el patio. Entonces yo vine y me puse la camiseta, era el número 20 y desde ese momento me quedó gustando el béisbol. Desde ahí comencé usando en todos mis uniformes el número 20.

P.

¿Cómo fue su primer contacto con una bola de béisbol y un diamante?

R.

Cuando yo estaba muchacho, allá en San Pacho (barrio donde nació), había unos entusiastas del béisbol como Tomás Morales, Alejandro Benavides, Eusebio Martínez, ellos eran muy aficionados, formaron un equipo y me llamaron porque yo tenía fuerza y velocidad. Luego me contrataron para que jugara en el equipo de San Pacho.

P.

¿Así empezó?

R.

Ese fue el primer contacto. Después hubo un partido en el equipo de San Pacho, y a mí me pusieron a lanzarle al equipo de primera categoría del Terminal (Marítimo). Ahí me vio jugando Aragón Espinosa, un cátcher cubano que vivió aquí, consiguió empleo en el Terminal y era mánager. Él me vio y me dijo que si yo quería jugar con él. Yo estaba un poco indeciso porque yo era un muchacho joven, y para mí todos eran desconocidos, pero me juró que si yo jugaba con él, iba a ser titular y nunca me iba a dar banca. El hombre me convenció, cumplió su palabra y me puso a jugar en una posición que yo nunca había jugado. Yo siempre había sido pitcher y outfielder, entonces como el equipo no tenía cátcher y yo corría bien, me dio esa oportunidad para que fuera el cátcher del equipo del Terminal de primera categoría.

P.

¿En qué posición se sentía más cómodo?

R.

Como cátcher. También jugué en el left fielder, pero me gustaba más la posición de cátcher. Sentía más pimienta, estaba más metido en el juego.

P.

¿Cómo era el béisbol de su época?

R.

Era un béisbol fuerte. Dicen los que nos vieron jugar que era mejor que el que se juega ahora mismo aquí en Barranquilla. Era un béisbol muy bueno. En esa época nos catalogaron como doble A. Jugaba el difunto Milciades, De Arco, Salinas, nosotros fuimos campeones tres veces seguidas con la Selección  Atlántico.

P.

¿Cuál fue el logro más importante que obtuvo en el béisbol?

R.

Yo siempre tenía satisfacción porque me iba bien. Fui campeón con el Terminal tres veces, con la Selección Atlántico campeón nacional otras tres veces.

P.

¿Cómo fueron esos campeonatos nacionales que conquistó Atlántico en esa época?

R.

Para mí era igual jugar un partido en el Tomás Arrieta (antiguo estadio de béisbol) o jugar en Cartagena, Santa Marta, Barrancabermeja, Medellín, siempre me sentía a gusto fuera campeonato nacional o departamental.

P.

¿Cómo era la rivalidad con otros departamentos?

R.

Nuestra rivalidad más fuerte siempre fue con Bolívar. Nosotros nos teníamos cizaña por saber cuál era el mejor. Ellos nos ganaban y nosotros también.

P.

¿Alguna vez tuvo la oportunidad de llegar a una organización de Grandes Ligas?

R.

Cuando nosotros jugábamos aquí, todos los que integramos la Selección Atlántico y la Selección Colombia, no tuvimos oportunidades de que nos vieran porque en esa época a Colombia no venían scouts. Nosotros jugábamos porque nos gustaba el béisbol, pero nunca tuvimos una oportunidad que nos vieran unos scouts. Si aquí hubiesen venido los scouts, el departamento de donde más se hubiesen llevado peloteros era de Córdoba, porque tenían un staff de lanzadores muy buenos.

P.

¿Usted cree que se lo hubiesen llevado?

R.

Posiblemente. Ahora hay muchos jugadores que firman que no le ven las ‘patas’ a un poco de jugadores de mi época. Ahora firman a unos peloteros que no tenían las condiciones de Salinas, De Arco, Gerardo Guzmán, Tomás Moreno, toda esa cantidad de jugadores que jugaban el béisbol con alma y corazón.

P.

¿Qué era lo mejor que usted tenía como beisbolista?

R.

Me dicen que yo tenía la ventaja que bateaba bien, tenía excelente brazo y era un ‘diablo’ corriendo. Yo hacía unas jugadas que muchos no las esperaban porque yo tenía mucha velocidad en las bases.

P.

¿Cuál fue su mejor momento?

R.

Cuando estaba en todo mi esplendor como beisbolista fue cuando me accidenté en 1968. Me fui a trabajar al Terminal y me cayó una máquina encima y perdí la pierna izquierda.

A sus 79 años Teófilo sigue enseñando béisbol.
P.

¿Después de perder la pierna cómo fue el proceso?

R.

Nunca me alejé del béisbol. Como no pude jugar más, me dediqué a entrenar niños. Yo he entrenado una cantidad de jugadores. Por mis manos pasaron los dos Rentería, Carlos Balcázar, Harold Herrera, mi nieto Teófilo Gutiérrez. Yo le enseñé a muchos que han pasado al profesionalismo y han sido firmados.

P.

¿Fue muy duro saber que ya no podía seguir jugando?

R.

Yo no lo sentía así como para desmoralizarme, al contrario yo decía que cuando me pusieran la prótesis automáticamente volvía a jugar béisbol, yo tenía la idea que podía correr y jugar nuevamente.

P.

¿Le consiguieron la prótesis y jugó?

R.

Me la consiguieron. La empresa me mandó a Bogotá, me la hicieron, pero desgraciadamente como yo perdí la rodilla, ya no podía dominarla como el que es amputado por debajo de la rodilla. Entonces no me quedaba fácil desplazarme con buena rapidez y me dediqué fue a entrenar muchachos. Antes había facilidad para entrenar, hoy en día no. No hay dónde entrenar a un niño en Barranquilla. En el 11 de Noviembre no hay espacio. Aquí, en el sector donde yo vivo, realmente no hay un escenario adecuado para la práctica del béisbol. 

P.

¿Intentó jugar béisbol cuando le pusieron la prótesis?

R.

Sí, me fui a practicar, pero era imposible, no tenía buen desplazamiento. Ni mi esposa, ni ninguno de mis familiares se opusieron a que yo jugara, ellos siempre me apoyaron. Mi habilidad era correr, pero no podía.

P.

¿Cuál cree que fue la mejor de las selecciones Atlántico que integró?

R.

Para mí todas fueron iguales porque nosotros casi siempre repetíamos y teníamos mucha fraternidad entre nosotros, no había egoísmo, éramos muy unidos.

P.

¿Qué fue lo mejor que le pasó en el béisbol?

R.

Cuando llegué a primera categoría con el Terminal Marítimo.

P.

¿Cómo eran esos duelos de antes en el béisbol?

R.

El equipo de nosotros era bastante aguerrido y con buen pitcheo. Astilleros Magdalena era otro equipo bueno, Willard también, había muchos equipos buenos.

P.

¿El béisbol del pasado era mejor que el del presente?

R.

Para mí, sí. El béisbol de antaño era mucho mejor que el de hoy en día. Ahora mismo hay muchos muchachos que tienen condiciones, pero desgraciadamente los entrenadores no son los adecuados para preparar a un muchacho y llevarlo lejos. Desgraciadamente aquí en Barranquilla no hay béisbol. Aquí hay peloteros que tienen una capacidad inmensa, desgraciadamente no los preparamos como es debido, cuando llegan allá los devuelven al año o dos años, porque no tienen la preparación mental.

P.

¿En qué equipo de Grandes Ligas le hubiese gustado jugar?

R.

 En los Yanquis. Ese el equipo al que yo siempre le he ido.

P.

¿Qué fue lo mejor que le dejó el béisbol?

R.

Todo. Mi familia, mis amistades. A mí me aprecian bastante, me siento muy satisfecho con lo que me dejó el béisbol. Tuve fama en Barranquilla. Los managers confiaban mucho en mí, me daban confianza y eso me llena de satisfacción.

P.

¿Lo mejor que tenía como cátcher?

R.

El brazo. Y era atrevido para correr las bases.

P.

¿Siempre practicó béisbol?

R.

 Primero comencé con el fútbol, pero me lesioné la pierna derecha y hasta ahí llegó el fútbol, no duré mucho tiempo.

P.

Anteriormente decían Teófilo Gutiérrez y de inmediato lo relacionaban con el beisbolista, hoy no es así y se asocia más con el futbolista. ¿Qué piensa de esto?

R.

Conozco a Teófilo Gutiérrez el jugador de fútbol, pero no tenemos parentesco. El fútbol y el béisbol son muy distintos. A mí siempre me dicen Teófilo Gutiérrez, pero el verdadero, no el futbolista (risas). Yo no tengo nada contra el fútbol.

P.

¿No es celoso porque ya el nombre de Teófilo Gutiérrez no lo relacionan tanto con béisbol sino con fútbol?

R.

Para mí yo sigo siendo el mismo. Las personas me dicen Teófilo Gutiérrez el verdadero, no el futbolista. 

P.

¿Cómo es su relación con Teófilo Gutiérrez el futbolista?

R.

No tenemos relación, nos conocemos así desde lejos.

P.

¿Nunca ha hablado con él?

R.

No.

P.

¿Qué piensa de lo que ha hecho Teófilo Gutiérrez en el fútbol?

R.

No soy muy aficionado al fútbol. Yo lo veo porque mi mujer es fanática del Junior, entonces me habla de eso y me dice que le ponga el partido. Yo no sé de qué color es la pintura del Metropolitano. Nunca he ido a ver un partido de fútbol.

P.

¿Si tuviera enfrente al delantero Teófilo Gutiérrez qué le diría?

R.

Bueno, nada. Él en su deporte y yo en el mío. Que a veces se sobrepasa con la lengua es otra vaina (risas).

P.

¿No se considera hincha del Junior?

R.

Sí soy fanático del Junior, pero no soy ese fanático que deja de hacer sus cosas por irse a ver partidos. Yo tengo un nieto que se muere por el Junior, se llama Fernando Ricardo, él es de esos fanáticos cerrados. Yo sí le voy al Junior, pero no me llama la atención así full. Ahora estaba jugando Argentina con Venezuela y yo no me senté a ver ese partido.

P.

¿Pero sí se sienta a ver béisbol?

R.

Uff carajo. Estoy esperando que comience la campaña.

P.

¿De sus hijos o nietos cuál es que se parece más a usted como beisbolista?

R.

Eso es bastante difícil de explicar porque uno no ve las condiciones. Mis tres hijos fueron peloteros. Rodolfo fue pitcher de los buenos, Carlos fue pitcher de los regulares y Teófilo fue cátcher de regular para malo. Es difícil decir quién va a ser como yo.

P.

¿Su nieto más aventajado en el béisbol?

R.

Teófilo Gutiérrez, él estuvo firmado con los Cascabeles de Arizona. Tuvo bastante acogida en Arizona, pero desgraciadamente no se cuidó. Hubo un año que trabajó mucho en Estados Unidos, después se vino para acá a descansar, pero no lo hizo. Lo cogieron para la Selección Atlántico y viajó a San Andrés, regresó, jugó la liga profesional y se lesionó el hombro. Cuando llegó a Estados Unidos, lo operaron y chao, para su casa.

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