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Lewandowski es de oro

El delantero polaco marcó este sábado un doblete en el triunfo 3-2 del Bayern ante el Borussia Dortmund, en la Bundelisga.

Pocos días después de perder el Balón de Oro en favor de Lionel Messi, Robert Lewandowski sacó a relucir sus galones para dirigir al Bayern Múnich hacia la victoria frente al Dortmund (2-3), que sufrió el acierto del delantero polaco, autor de un doblete decisivo.

A Lewandowski no le afectan sus reveses individuales. Siempre marca. Da igual lo que ocurra fuera del césped. Se le caen los goles de los bolsillos. Aunque esta semana se dio un "tortazo" tras quedar segundo en el Balón de Oro, días después de lo que para muchos fue una injusticia, dejó para su currículum otros dos tantos decisivos con los que mantiene una racha impresionante.

Y es que, el clásico de Alemania, el número 132 de la historia, invitaba a sentarse delante del televisor para ver a dos animales del área heridos. Uno, Lewandowski, con ganas de demostrar que merecía el Balón de Oro. El otro, Erling Haaland, con hambre de minutos tras reaparecer frente al Wolfsburgo la pasada jornada después de superar una lesión en su cadera.

Las cifras de ambos adornaban el duelo más espectacular de Alemania. Bailaban de un lado a otro. Los veinticinco tantos del delantero polaco en veinte partidos oficiales (catorce en la Bundesliga) por los catorce (diez en Liga) del noruego en once encuentros oficiales presagiaban una batalla espectacular en las áreas.

El Dortmund, sin Haaland, aunque naufragó en la Liga de Campeones con una eliminación muy dura para el club presidido por Hans-Joachim Watzke, sobrevivió el torneo de la regularidad a las cuatro ausencias de su hombre franquicia. Ganó tres de los cuatro partidos sin el noruego y se presentó ante el Bayern con opciones de alcanzar el liderato.

A un solo punto de distancia, una victoria le colocaba en la primera plaza. Tenía que superar a un gigante y propuso un encuentro en el que brilló por su ausencia el centro del campo para lucimiento de los jugadores más veloces. El Bayern, sin Joshua Kimmich, sin querer, tuvo que jugar a ese juego. Pero, como Haaland en el Dortmund, también tenía arriba un cuarteto explosivo muy peligroso: Kingsley Coman, Leroy Sané, Thomas Müller y Lewandowski).

El Dortmund sacó rédito de su idea muy pronto. Exactamente, a los cuatro minutos, los que tardó en abrir el marcador por medio de Julian Brandt, que se fabricó el primer tanto con un quiebro dentro del área que cerró con un derechazo que no puso salvar Manuel Neuer.

Sin embargo, todo el poderío que tenía el Dortmund arriba, no existía atrás, donde Mats Hummels no está para muchos trotes. Sobre todo cuando se mide en velocidad a jugadores explosivos. Y, si además no tenía el día, el cocktail era explosivo.

La peligrosa mezcla dio una oportunidad a Lewandowski que el polaco, como casi siempre, no desaprovechó. Hummels quiso hacer un pase largo que rebotó en la espalda de Müller. El delantero del Bayern le ganó la posición en velocidad y Lewandowski, que acompañó en todo momento la jugada, recogió el balón para batir en un mano a mano a Kobel.

Su tanto número 26 del curso espoleó al Bayern, que dentro de la locura del duelo, de ida y vuelta, tenía algo más control que su rival. Y, en medio de ese toma y daca, Coman apareció en varias ocasiones hasta acertar al filo del descanso. Pudo hacer el 1-2 tras otro error de Hummels que salvó Kobel, pero acertó en el minuto 44 gracias a un mal despeje de Raphael Guerreiro dentro del área que no desaprovechó con un derechazo que rebotó en Marco Reus.

El tanto, de los llamados psicológicos, no afectó al Dortmund, que salió lanzado en la segunda parte. Haaland, que en acto inicial firmó una de sus cabalgadas que no acabó en gol por centímetros, no falló en su segunda oportunidad. Otro error, esta vez de Dayot Upamecano, que como un alevín controló el balón con el pecho, propició el tanto del noruego. Haaland no desperdició el regalo y con una rosca exquisita subió las tablas al marcador.

Haaland no sólo empató el choque. Empató con Lewandowski en su duelo particular que después perdería. Y es que, tras su tanto, el partido perdió ritmo. Las interrupciones, obligadas por un golpe tremendo en la cabeza de Brandt y por la lesión de Lucas Hernández, frenaron el ímpetu del Dortmund.

Y, al final, la mala tarde de Hummels terminó de decantar el choque. De nuevo, cometió otro error. Esta vez, lo vio el VAR, que avisó al árbitro para pitar una mano muy clara dentro del área. Lewandowski no falló desde los once metros y dejó claro que todavía es el maestro y Haaland un alumno de lujo. Y, ya de paso, reafirmó en el liderato al Bayern, que saca cuatro puntos a su máximo rival al ritmo del Balón de Oro moral.

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