Contará la leyenda que había un muchacho que nació para jugar en la Premier League, pero al que todos veían años antes, manejando una bicicleta en el barrio Lleras de Barrancas, La Guajira.
{"titulo":"'Comesaña es un tipo que va de frente, no se calla nada': Hómer Martínez","enlace":"https://www.elheraldo.co/rincon-juniorista/junior-como-es-el-julio-comesena-entrenador-homer-martinez-lo-revela-946589"}
Contará también aquella decepción que vino después de que en su pueblo hicieron rifas, organizaron colectas y buscaron aportes en la Alcaldía para mandarlo, junto con tres de sus mejores amigos, a una prueba en el Deportivo Cali, pero a todos los devolvieron a los pocos días, con el argumento de que su contextura física no servía para el fútbol profesional.
Contará también que pese a que es tataranieto de wayuus, lo lograron ubicar en unos zonales indígenas en Bogotá, donde ganó un título, y un año después, cuando ya estaba en el Barranquilla FC, le llegó una convocatoria para participar en una selección Colombia Indígena que jugaría una Copa en Chile, en la que lo citó Carlos Valderrama, pero que el ídolo renunció pocos días antes del evento por diferencias contractuales con los organizadores, y lo dirigió John Jairo ‘Pocillo’ Díaz, quien fue el primero de ellos que lo había escogido, y con el que Díaz fue capitán, goleador y subcampeón del certamen.
Y es que el éxito, aquel engañoso, delicioso y adictivo elixir, que cuenta con tantos adeptos como habitantes tiene el mundo, termina siendo para muchos una palabra de la que todos conocen su uso, pero pocos su significado y, en especial, su valor. Y cuando llega, por un lado, le aparecen supuestos responsables que inventan historias para darse una importancia que nunca tuvieron, y por otro, los dueños de las voces mediocres de los que no pudieron conseguirlo y que resumen el cúmulo de trabajo, sacrificio y esfuerzo en la simpleza de la palabra suerte.
{"titulo":"Nacional, Millonarios y DIM querían a Hómer Martínez, pero seguirá en Junior","enlace":"https://www.elheraldo.co/rincon-juniorista/homer-martinez-esta-cerca-de-renovar-contrato-con-junior-946451"}
Debió ser difícil llegar al Liverpool, es cierto. Así como fue difícil para su madre, Silenis, parirlo aquel 13 de enero de 1997, con la ayuda de una enfermera en aquella habitación a la izquierda de la entrada de su casa, que en aquel entonces era de bahareque. Y de cómo enfrentó la vida su padre, Mane, junto a su hermano Gabi, que crearon hace más de 22 años el que fue su primer equipo, el ‘Club Baller’, donde como entrenadores, asistentes, utileros, directivos, entre otros oficios, aún tratan de sacar a niños de la pobreza, y a quienes tampoco les va mal en el tema musical: tenían un conjunto vallenato, en el que Mane era la voz principal y Gabi la segunda, además de que tocaba la guacharaca. Y al padre, que es de corta estatura, tez morena y voz aguda, en el pueblo le pusieron el remoquete de ‘El hermano menor de Miguel Morales’.
La de Luis es una historia de lucha, de constancia, de fe. La historia de una familia de extracción humilde, pero no de pobreza extrema, como la han querido mostrar, que apostó lo poco que tenía por su muchacho; la historia de entrenadores que lograron visualizar a un diamante en bruto y de directivos que no dudaron en apoyar e invertir; la historia de un muchacho guajiro que, silenciosamente, ha logrado romper todo tipo de estereotipos y llegar a lo más alto del fútbol mundial.
Y, dicho sea de paso, que me perdonen los románticos, pero que no me vengan a hablar de desnutrición cuando en esa casa nunca faltaron un buen chivo, un cerdo, una malanga o un pedazo de queso, y además, nadie en ese estado podría jugar al fútbol. Y menos como él lo hace.
{"titulo":"Así quedó Junior en la tabla de posiciones de la Liga II","enlace":"https://www.elheraldo.co/deportes/tabla-de-posiciones-goleadores-proximas-fechas-y-estadisticas-del-futbol-colombiano-liga"}
Contará la leyenda que es un ganador, sin duda. Pero no que empezó a ganar cuando el Junior compró su pase y Lucho le metió su primer gol como profesional al Cerro Porteño, alegría que provocó las lágrimas de sus familiares más allegados. No. Lo comenzó a hacer cuando se presentó solo, sin intermediarios ni recomendaciones, a una prueba con el Barranquilla FC, en la lejana capital del Atlántico, y clasificó por encima de 4.732 muchachos; cuando vivió en la casa de su tío Wilson, en el barrio Las Nieves de Barranquilla, y cuando el gerente del Barranquilla, Francisco Sánchez, tuvo que ordenar un plan especial de nutrición para él, gracias al cual ganó ocho kilos en seis meses.
Los amantes de lo fácil creerán que por casualidad se salta del Junior al Porto y de ahí al Liverpool, pero no saben el sudor, esfuerzo, soledad y llanto que hay en el camino del héroe. No saben lo complicado que es nacer y crecer en la tierra más hermosa del mundo, con la gente más buena que yo haya visto, pero a su vez tan carente de recursos que sus niños todavía mueren de hambre y sed.
{"titulo":"Junior 1, Unión 1: la misión se complicó ","enlace":"https://www.elheraldo.co/rincon-juniorista/junior-vs-union-minuto-minuto-del-juego-por-la-jornada-17-de-la-liga-betplay-ii"}
Muchos tomarán el camino corto, sin saber los meses que estuvo a prueba en el Barranquilla sin recibir un solo peso, montado durante horas en un bus para ir a entrenar, entre el calor, los mosquitos y los trancones, como tampoco sabrán que los coordinadores del equipo, Álex De Alba y Fernel Díaz, junto con Juan Carlos Cantillo, que fue el primero que lo vio, se dieron cuenta de algo que, incluso hoy, sigue marcando su carrera: es un prodigio. Lo que los demás se demoraban en aprender en tres y cuatro entrenamientos, él lo hacía en uno. Por eso, y solamente por eso, le permitieron quedarse en el equipo, a pesar de que llegó cinco años más atrasado que los demás muchachos.
Y es que muy pocos contarán que cuando estaba en el Barranquilla FC llegó una oferta de un grupo inversor europeo para comprar su pase por 500.000 dólares y que los directivos, Ernesto Herrera y Arturo Char incluidos, decidieron rechazarla. Y él, que apenas ganaba para los transportes y para mandarle alguito a la vieja Silenis, acató la decisión sin chistar. Como pasó después, cuando con tres títulos con Junior, 20 goles a cuestas y un subcampeonato de la Copa Sudamericana, grandes equipos aparecieron con sus chequeras. Y eso tampoco lo mareó. Supo esperar su momento, como aquel día esperó el bus que lo llevaba de la estación de Barrancas a Barranquilla.
{"titulo":"Junior vs. Unión Magdalena: el objetivo está cerca, pero la lucha continúa","enlace":"https://www.elheraldo.co/rincon-juniorista/junior-vs-union-magdalena-el-objetivo-esta-cerca-pero-la-lucha-continua-945999"}
Y sí, hoy será fácil contar que su debut con la selección Colombia fue el 11 de septiembre de 2018, que poco a poco se fue ganando un nombre que desembocó en el gol de chilena contra Brasil en plena Copa América, donde fue goleador y figura, a la par de estrellas como Lionel Messi y Neymar. Pero pocos han tomado conciencia de lo que Luis Díaz significa para el país, pues, aunque los sabios de los medios de comunicación colombianos —que hoy tienen, desde la comodidad de su silla, las soluciones a los problemas de nuestros tristes resultados en el fútbol internacional— hablan de una reestructuración a partir de él, lo de Luis va mucho más allá de eso.
En tiempos de polarización, Lucho es unidad; en tiempos de anarquía, Lucho es democracia; en tiempos en los que hemos olvidado el sentir soberano, Lucho nos hace exhalar orgullo. Y es que en tiempos en los que los colombianos hemos llegado a perder nuestra tradicional camaradería, y las fraternas conversaciones de las familias, los amigos y los compadres se transformaron en reclamos o elogios por determinado pensamiento político, las dotes futbolísticas de Lucho son lo único en lo que todos parecemos estar de acuerdo.
{"titulo":"Luis Díaz sobre su lesión: 'volveré más fuerte'","enlace":"https://www.elheraldo.co/deportes/luis-diaz-estas-fueron-las-primeras-palabras-del-colombiano-tras-su-lesion-con-el-liverpool"}
Desde hace años, Luis Díaz dejó de ser del Junior para pasar a ser de toda Colombia, y ahora, del mundo entero. Con el uniforme color rojo infierno del Liverpool, nos demuestra que es un resultado cultural suramericano, que día tras día nos enseña que el fútbol no se juega con las piernas sino con el alma, que en cada pique refleja aquel ímpetu del criollo que construyó la ruta libertadora en contra del yugo español, que lleva consigo la potencia del carbón de una de las minas más grandes del mundo entero, con el vasto poder energético que produce ese recalcitrante sol del misterioso desierto que lo invade y que limita con la sagrada Sierra Nevada de Santa Marta. Lucho es digno representante de un continente que parece destinado a fracasar, pero que, a pesar de mil dolencias, aún muestra que los suyos están dispuestos a hacerles frente a las tormentas.
Nada de catetos, profilaxis, longitudes de onda ni términos raros que algunos inventaron para darle un matiz de ciencia a un deporte inmortal. Con Luis se conjugan al mismo tiempo los cuatro pilares del fútbol: defender, recuperar, gestar y atacar. Punto. Sin frío, sin calor, sin 'el técnico me tiene rabia' o 'me discriminan por ser latino'. Las llamas ardiendo son lo suyo, al mismo tiempo que el más transparente y grisáceo témpano de hielo. En su endemoniada, poderosa y, para los rivales, infame carrera hacia el gol, Luis Díaz nos deja saber al resto de los mortales que todo en la vida es posible.
{"titulo":"Luis Díaz será baja hasta diciembre y no necesitará cirugía","enlace":"https://www.elheraldo.co/deportes/luis-diaz-sera-baja-hasta-diciembre-y-no-necesitara-cirugia-945283"}
Un día pasó del Junior al Porto FC por 8 millones de euros, y de ahí, 3 años, 4 títulos, 41 goles y 45 millones después, desembarcaría en Liverpool, la tierra que inmortalizaron Paul, John, George y Ringo, y en la que su afición se ufana de cantarles hasta al cansancio a los suyos la hermosa melodía You’ll Never Walk Alone (Nunca caminarás solo), de Gerry and the Peacemakers.
De la mano de Jürgen Klopp — después de Mane Díaz, el mejor técnico del mundo—, Luis gozó de una adaptación inmediata que siempre fue su constante, pero que solo ahora muchos ven. Hoy es un tipo más alto, con corte de cabello como jugador de la NBA, que salta como felino a su presa con cada balón, como si de eso dependiera el desayuno del día siguiente de su hija, Roma, y no un jugador con un millonario contrato que ya le aseguró las finanzas por el resto de la vida.
Su fútbol, lleno de convencimiento y humildad, desparrama rebeldía al mismo tiempo que rivales en la cancha, sin importar si es Walker, Capoue, o Mings, de la misma manera que lo hizo con Pablito, Carlos o Marcos, en la ya lejana cancha del barrio Lleras de Barrancas. Tuvo muchas ofertas del fútbol inglés, sobre todo de aquellos equipos que antes solamente existían sobre el papel, y que ahora tienen supuestos fanáticos y títulos comprados por excéntricos millonarios, tipo Manchester City, Tottenham o Newcastle. Pero Luis Díaz demostró que lo suyo no es la fama, ni el dinero, ni la moda. Él escogió el Liverpool, porque él escogió la gloria.
{"titulo":"Klopp da una impresión poco alentadora de la lesión de Luis Díaz","enlace":"https://www.elheraldo.co/deportes/klopp-da-una-impresion-poco-alentadora-de-lesion-de-luis-diaz-945055"}
La prueba de todo lo que afirmo es que hoy, cuando la aldea global que alguna vez planteó Marshall McLuhan se transformó en unas redes sociales que no son más que un bar lleno de borrachos, con payasos haciendo de coaches, gente semidesnuda y tontos que tapan sus frustraciones con frases filosóficas y de motivación, lo de Lucho aún llena de esperanza: está rebosado de trabajo, sencillez y agradecimiento. Nada de poses, nada de escaleras mágicas al triunfo. En cada imagen representa con orgullo la camiseta de un éxito real, que, como siempre, no depende de ser exaltado.
Es martes, 3 de mayo de 2022, y el mundo entero acaba de ver su impresionante actuación, gol incluido, para ayudar a clasificar a su equipo a la final de la Champions League. Lo veo caminar llorando, tomado de la mano de uno de sus compañeros, asimilando lo que acaba de ocurrir. Por WhatsApp me escribe Julio Comesaña: 'Lo merece, por buena persona y por excelente trabajador', mientras que, al mismo tiempo, su tío Gabi me confiesa que está llorando también, y que está tan emocionado que quiere irse caminando de Riohacha a Barranquilla. Y yo de verdad lo entiendo, porque de una u otra forma, siento exactamente lo mismo.
{"titulo":"Negligencia y muerte (III)","enlace":"https://www.elheraldo.co/columnas-de-opinion/orlando-caballero-diaz/negligencia-y-muerte-iii-columna-de-orlando-caballero"}
Quizás Lucho gane muchísimos más títulos de los que hoy en día tiene, pero sin lugar a dudas, ya se ha convertido en un héroe. Un héroe callado, silencioso, con trabajo, con esfuerzo. Un héroe que llena de orgullo un pueblo, una región, un país, y ahora un continente. Un héroe al que le sobran leyendas, pero que escribe a diario su historia en el corazón de los suyos, con la indeleble tinta del para siempre.
Para más información sobre el libro al teléfono 3215419954.






















