¿Cuánto tiempo hacía que no soñábamos? Muchos años. Décadas quizás. Y no hablo de esos sueños individuales y egoístas, que nos envilecen y muchas veces por alcanzarlos nos vuelven engreídos y prepotentes. No me refiero a esos sueños. Hablo de los sueños colectivos, que son menos frecuentes y por consiguiente más difíciles de alcanzar. Esos sueños comunes que cuando se cumplen perduran con el tiempo, a diferencia de los otros, que son efímeros y fugaces. Cuando un país sueña, los rostros de las personas que lo habitan cambian. También cambia su risa. Las risas de los moradores de un país que sueña dejan de ser tímidas y se vuelven carcajadas sonoras. Quienes sueñan ríen no solo con la boca: ríen con sus ojos, sus cejas, sus pestañas, sus orejas y hasta su nariz también ríe. Ríe la cara y el cuerpo entero de aquellos que sueñan. Los que sueñan son felices y viven llenos de esperanzas.
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Pues bien: la Selección Colombia Femenina Sub-17 nos puso a soñar y nos llenó de ilusión y de esperanza no como personas, sino como país, que es lo más importante y lo más difícil. Hoy nuestras jugadoras –con Linda Caicedo a la cabeza– pueden ganar o perder contra la selección de España. Si ganan tendrán el primer lugar en la historia del fútbol nacional, pues nunca antes ninguna Selección Colombia había sido campeona mundial de fútbol, incluyendo las de varones en todas las categorías. Sería la primera vez que la Selección Colombia de Fútbol gana un Mundial. ¡Eso es hacer historia!
Pero si pierden, nuestras jugadoras también tendrán un primerísimo lugar en la historia del fútbol nacional. Y ello es así porque ese lugar privilegiado no depende de su triunfo o su derrota. Ya Colombia entera se entregó a nuestras jóvenes futbolistas, sin importar si son profesionales o amateurs, como pretendió descalificarlas un dirigente oportunista de nuestro fútbol, uno de los tantos que pasará sin pena ni gloria por ese cargo que han ocupado otros tan anodinos como él y de cuyos nombres nadie quiere acordarse. Ese dirigente mañana aparecerá en la foto a lado de las jugadoras, si triunfa la Selección. Si llega a perder, es probable que ese dirigente se escabulla. Él –o ellos, porque todos son iguales– solo aparecen a la hora del triunfo. La derrota es huérfana: no tiene padres.
{"titulo":"Dónde ver a la Selección Colombia en la final del Mundial Sub-17 femenino","enlace":"https://www.elheraldo.co/deportes/donde-y-como-ver-la-seleccion-colombia-en-la-final-de-mundial-sub-17-femenino-este-domingo"}
Colombia es un país soñador gracias a nuestros deportistas. Ellos nos bañan en oro y plata y bronce en los Olímpicos. Nos ponen a boxear en las calles con los amigos de la cuadra, como Kid Pambelé hace 50 años, o Rocky Valdés o Happy Lora. Por cuenta de ellos hemos sido astutos corredores de Fórmula 1, igual que Juan Pablo Montoya. Hemos sido también valientes ciclistas en Europa, como Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez, Lucho Herrera, Egan Bernal o Nairo Quintana. Hemos sido expertos tiradores, como nuestro orgullo barranquillero Helmut Bellingrodt, dos veces medalla de plata olímpica en Múnich en 1972 y en Los Ángeles en 1984. Beisbolistas de grandes ligas, como Édgar Rentería; futbolistas exquisitos, como el Pibe Valderrama. Hemos sido tenistas, bicicrosistas, ajedrecistas… Hemos sido –en fin– todo lo que nuestros deportistas han querido que seamos.
Hoy toda Colombia amaneció siendo futbolista 'amateur' de la Selección Colombia Femenina Sub-17. Hoy amanecimos con la camiseta de la Selección puesta. Hoy lucimos orgullosos nuestra camiseta tricolor, porque soñamos con ver a nuestras jóvenes jugadoras consagrarse campeonas mundiales de fútbol sub-17. ¡Gracias a ellas volvimos a soñar! ¡Gracias a ellas volvimos a reír en medio de la incertidumbre! ¡Gracias a ellas volvimos a creer!
Una Selección que triunfa a pesar de los dirigentes
Álvaro González Alzate es el presidente de la División Aficionada del Fútbol Colombiano. Es uno de los 'zares' del fútbol nacional desde hace décadas. Nunca ha hecho nada por el fútbol femenino. Absolutamente nada.
Lo único que ha hecho es descalificar a aquellas futbolistas que se han atrevido a alzar la voz para reclamar los mismos derechos que los hombres. Cuando una de ellas exige que sean tratadas al igual que los varones entonces González se despacha contra ellas y mueve sus hilos para vetarlas y condenarlas al ostracismo. Por ahí circulan los audios que muestran el talante despótico del 'doctor González Alzate'.
¿Y saben cuál fue el primer dirigente del fútbol colombiano que se subió al avión para asistir al Mundial de La India? Pues, el 'doctor González Alzate'. Allá está muy orondo 'viaticando' a costillas del fútbol femenino que tanto detesta. Pero no es el único. La lista es larga. El 'doctor Camargo', dueño del Deportes Tolima, se refiere a ellas como 'viejas lesbianas'.
De manera que no vengan nuestros dirigentes del fútbol a sacar pecho con los logros de nuestra Selección Colombia Femenina Sub-17, porque sus triunfos no son gracias a ellos, sino a pesar de ellos. Cómo será su fracaso de estruendoso que ni siquiera tenemos un torneo profesional femenino decente. No tenemos una liga profesional. Su fracaso como dirigentes es del tamaño de sus egos.
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Los sueños de Yésica Muñoz se cumplen gracias al fútbol
Yésica Múñoz –nuestra hábil delantera– tiene un sueño: regalarle a su mamá el juego de sala de su casa. Se lo piensa comprar con los premios que reciba después del partido de hoy contra la Selección de España.
Su mamá está rezando desde que comenzó el Mundial para que su hija le cumpla la promesa que le hizo antes de partir para la India.
Cuando la despidió en el barrio San Javier de Medellín le dio la bendición y le dijo: 'Vaya pues, hijita, y que Dios y la Virgen me la acompañen'.
Por cuenta del fútbol, Yésica le está amoblando la casa a su mamá. El pasado Suramericano, donde Colombia también participó, le dejó una platica para que le pudiera comprar el juego de comedor.
Yésica no gana millones de pesos, como ocurre con los hombres futbolistas que también hacen parte de una Selección Colombia.
Mientras Yésica y sus compañeras cumplen sus sueños, nos hacen soñar a nosotros. En buena hora varios empresarios del país decidieron solidarizarse con nuestras jóvenes futbolistas. La Fundación Tecnoglass, con Christian Daes a la cabeza, entre otros empresarios, decidieron entregarles premios a nuestras futbolistas que hoy culminan su participación en el Mundial de la India. Ojalá que muchos más se sumen a esta noble causa.
Ser ‘amateur’ no es un pecado: es la mayor cualidad de un deportista
'Creo que el espíritu amateur, el amor hacia la tarea, es lo único que vuelve satisfactorio el tránsito por el trabajo', declaró en alguna oportunidad Marcelo Bielsa, quien es considerado uno de los mejores entrenadores de fútbol del mundo.
De manera que ser amateur, como pretendió descalificar aquel dirigente innombrable a nuestras futbolistas, no es una condición de inferioridad. Todo lo contrario: cuando un deportista pierde su espíritu amateur, pierde la humildad y le gana la soberbia. Nuestras jugadoras de la Selección Sub-17 no han perdido ese espíritu y tienen por dentro 'el fuego sagrado' que las motiva a ser cada día mejores.
A diferencia de algunos futbolistas 'profesionales' de la Selección masculina, que les ganó el vedetismo y el dinero, nuestras jugadoras mantienen los pies en la tierra y juegan como 'amateurs'.
Pero ello no significa –¡ni más faltaba!– que su trabajo y dedicación no merezca un reconocimiento. Linda Caicedo tiene todo para llegar a ser la mejor jugadora del mundo. Punto. No tiene nada que envidiarle a una estrella de Brasil, Alemania o España. Los ojos del mundo están puestos en esta joven y talentosa futbolista vallecaucana. Mientras mantenga su espíritu amateur, Linda llegará a donde su talento y disciplina la puedan llevar.
¡Toda Colombia con la camiseta de la Selección puesta!
A pesar de haber padecido más derrotas que celebrado triunfos, los colombianos somos exitistas en el deporte. Creemos que los perdedores son fracasados. No valoramos el esfuerzo, ni la dedicación, ni el empeño.
Nos cuesta reconocer que los adversarios nos ganan por estar mejor preparados o simplemente por ser mejores. Es por esa razón que preferimos ensañarnos contra nuestros deportistas cuando pierden en lugar de ponderar las cualidades de los rivales que los vencen. Perdemos por culpa nuestra, no por virtud de nuestros rivales. Queremos ganar siempre. Creemos que los triunfos deben ser 'gestas heroicas', producto de esfuerzos sobrehumanos y no el resultado de una planificación diseñada con rigor y visión de futuro. Planificar nos cuesta. ¿Eso para qué?
Hoy nuestra Selección Sub-17 puede perder contra España, eso hace parte del juego, pero el resultado del partido no podrá interpretarse como una derrota. Nuestras futbolistas ya triunfaron porque lograron que todo un país se pusiera la camiseta y estuviera a su lado, batallando para ganarle a España.
Y eso vale mucho más que el resultado final del partido. Gracias por hacernos soñar de nuevo. Gracias por esa bocanada de aire fresco que nos llena los pulmones en medio de tanta incertidumbre. Gracias muchachas porque nos enseñaron que el sacrificio, la solidaridad y la disciplina siempre darán frutos, cuando hay perseverancia.























