“Este triunfo es la mejor vitrina para el béisbol colombiano”: José Mosquera
Dos de los referentes de Colombia en el título de la Serie del Caribe visitaron ayer EL HERALDO para hablar en el programa ‘En La Jugada EH’ sobre la gesta histórica que consiguieron.
José Mosquera y Harold Ramírez, dos de los referentes de los Caimanes, campeones de la Serie del Caribe, fueron los invitados ayer del programa ‘En La Jugada de EL HERALDO’. Ambos compartieron las experiencias vividas para alcanzar este logró histórico para el deporte de nuestro país.
¿Qué tienen que decir después de todo lo que ya han dicho en las distintas celebraciones y distinciones que han recibido en los últimos días, luego de obtener la Serie del Caribe?
HR: Las celebraciones han sido excelente. Hemos recibido una buena atención por parte de la alcaldía, de la ciudad, del equipo, del presidente. Nos sentimos muy contentos por todo esto que estamos viviendo.
JM: Sin duda ha sido un recibimiento digno para estos campeones. Nos sentimos bastantes orgullos de representar a Colombia de la manera en que lo hicimos. Esperamos, que es lo que buscamos con este tipo de logros, que se siga hablando de béisbol en este país y que los niños vean que no solo existe el fútbol, que también hay otro tipo de deportes que pueden practicar.
Lo importante de alcanzar este tipo de logros no es el título ni el trofeo como tal, es la herencia que queda de parte de usted para el futuro del béisbol en este país. ¿Lo consideran así?
JM: Sin duda. Eso es lo que nosotros buscamos, ser embajadores para estos nuevos niños que vienen trabajando desde abajo en el béisbol. Ya nosotros vivimos, pasamos el trabajo que teníamos que pasar y ahora estamos, gracias a Dios, en una buena posición en nuestro deporte. Pero son esos niños que vienen subiendo, que vieron por primera vez el béisbol en este evento de la Serie del Caribe y se enamoraron de este deporte, nuestra inspiración, es por ellos que nosotros estamos aquí frente los medios y asistiendo a todo tipo de reconocimiento para levantar la voz por esos nuevos deportistas.
¿Qué recuerda usted de su niñez, cuando iniciaba ese largo y espinoso camino en el béisbol?
HR: Si te soy sincero, la influencia que tuve en el béisbol fue por mi mamá, ya que ella jugaba softbol, jugaba tercera base. Aprendí mucho de ella y ella misma me llevaba al estadio. Ya cuando fue creciendo fue que asumí como referentes a Édgar Rentería y Orlando Cabrera. Esa motivación de llegar a ser como ellos fue un empujón más para mí.
Este tipo de experiencias son las que lo ayudan a uno a crecer. Por ejemplo, nunca habíamos visto a Harold Ramírez tan suelto con el micrófono, hasta dando discurso delante del presidente Iván Duque. ¿Estaba nervioso ese día?
HR: Sinceramente siempre que tengo que hablar a la cámara me da un poquito de miedo, pero ya uno con el tiempo va agarrando confianza y se va soltando. El día del discurso con el presidente había un protocolo grande, tuve ayuda de la mamá del señor (José Mosquera) para hacer el discurso y todo y gracias a Dios todo el mundo quedó contento.
¿Cómo recibió el presidente esa petición que realizaron ustedes, como embajadores del béisbol, de más apoyo en infraestructura, en capacitación de entrenadores, en campos?
HR: Creo que era el momento más indicado para pedir el apoyo, no tanto para nosotros, sino para cada uno de los niños que nos siguen. Había que aprovechar esa oportunidad, porque son este tipo de gestas las que ayudan a que se mire más hacia al deporte. Él recibió muy bien cada petición y esperamos que todos los jóvenes beisbolistas se vean beneficiados de cara al futuro.
José Mosquera vive, sin duda, un momento soñado, con todo lo que ha alcanzado en los últimos meses, el título de la Serie del Caribe, el título de los Panamericanos Junior y el bronce en el Mundial sub-23 de béisbol…
JM: Me siento bendecido por haber estado en esta posición liderando a todo estos equipos. Han sido siete meses importantes para el beisbol. Realmente hemos puesto el alto el nombre del país. Tenemos jugadores experimentados que están acostumbrados a este tipo de eventos, como Harold Ramírez, Dilson Herrera y Sandy León, pero también tenemos muchachos como Brayan Buelvas, de 19 años, Dayan Frías y Tsung-Che Cheng. Nuestros jugadores han obtenido un gran roce internacional y estoy contento de hacer parte de todos estos logros.
Ahora, después de un año de ensueño, está más que nunca latente el sueño de dirigir en Grandes Ligas…
JM: Tengo ese sueño, como todos. Desde que firmé como jugador quería llegar a Grandes Ligas, no se me pudo dar de la manera que lo quería. Sabía desde temprano que no iba a ser un jugador que iba a durar mucho, pero entendí que podía impactar en la vida de las demás personas, como lo estoy haciendo, de este lado de la cancha. Y bueno, mantenerme humilde, porque me ilusiona dirigir en la Grandes Ligas y seguir dirigiendo también acá en Colombia, que me ha abierto las puertas para seguir desarrollándome.
¿Qué significa para Harold Ramírez, todo un Grandes Ligas, tener en Caimanes un manager tan joven como José Mosquera?
HR: Yo creo que fue una gran unión, que ayudó mucho, tanto a mí como al resto de jugadores. Él era uno más de nosotros y eso generó mucha confianza y respeto. Acá todos empujábamos juntos, así que fue una linda experiencia trabajar para él y junto a él.
Ustedes cuando parten para República Dominicana iban optimistas, con la seguridad de mejorar las actuaciones pasadas de los equipos colombianos en la Serie del Caribe. ¿Pero en qué momento cambia el chip y se dan cuenta que pueden pelear por el título?
HR: Si te soy sincero, todo el mundo pensaba: ‘vamos a ganar uno y luego vamos juego a juego’. Ya después que ganamos los dos primeros, ya dijimos: ‘bueno, vamos a empujar todos porque tenemos chances de ser campeones’.
JM: Yo creo que cuando volvimos de ese juego difícil contra Panamá, que los dejamos en el campo con un batazo precisamente de Harold (Ramírez), creo que ahí se disparó esa confianza en el equipo. Nosotros como staff, luego de ese juego, lo conversamos, y dijimos: ‘hey, tenemos muy buen nivel, el equipo está jugando con el corazón y hay que salir a ratificar esto’. Tuvimos un juego difícil con México, lo perdimos 1-0, pero luego le ganamos 2-1 a Dominicana y ahí nuestra fe se puso en su mejor punto, porque sabíamos que sabíamos que habíamos hecho historia y que ahora teníamos un gran compromiso, porque como yo les decía, no es solo ganar el primer juego y quedarnos con eso, ahora tenemos que respaldar el gran torneo que estamos haciendo, y mira, nos trajimos la copa para Barranquilla.
¿Una final siempre genera presión, pero esa final la jugaron con la tranquilidad de que pasara lo que pasara ya habían hecho historia?
JM: Eso sí se escuchó, pero eso es un pensamiento a veces mediocre. Yo nunca quise escuchar eso en el ‘Club House’, porque era transmitirles a ellos un poco de timidez, de conformismo. Cuando llegamos vimos ese estadio supremamente lleno, pero ellos seguían con su misma rutina. Yo medía el nivel que íbamos a mostrar en el terreno depende como se comportaran en el Club House’ y ese día vi la misma tranquilidad. No te puedo decir que sabía que el partido se iba a desenvolver de esa manera, pero estaba seguro que iba a ser un juego apretado para ambos equipos. Ellos iban a tener la presión, porque eran los locales, los que tenían los 28 grandes ligas, y nosotros simplemente sabíamos que íbamos a ser los que les íbamos a meter el pie y les íbamos a hacer daño.
¿Ustedes creen que los rivales, por lo menos en un principio, los vieron por encima del hombro?
HR: De pronto lo comentaban afuera, pero en el campo con el lineup que teníamos, los pitcher que teníamos y la manera en que estábamos jugando se dieron cuenta que no podían subestimarnos. Ya cuando se dieron cuenta que no estábamos acá de paseo intentaron reaccionar jugando fuertes contra nosotros, pero ya era muy tarde, ya teníamos mucha confianza y, ante todo, mucha fe.
JM: Varios comentarios de la prensa lo decían, que Panamá y Colombia eran las cenicientas del torneo, y yo feliz cuando dicen eso, porque creo que se confían de un equipo tan peligroso como lo es Colombia, y bueno, así pasó. No nos sentíamos ofendidos, porque todo esto es por ranking, por experiencia, por los últimos datos del torneo, y bueno, sí, llegamos con un 0-10 en contra y nadie se esperaba esa actuación de Colombia.
¿Cuántas veces han bailado ‘El Avioncito’?
HR: Sinceramente ya me duele esto aquí (se señala la cadera) (risas), de tanto que lo hemos bailado y disfrutado.
Desde la distancia se veía un grupo bastante unido, alegre, motivado con cada triunfo. Y ese tipo de detalles, de bailar ‘El Avioncito’ cada vez que llegaban a una base o ganaban un juego, mostraba que se estaban gozando esa linda experiencia en Dominicana…
JM: Y esa es la ventaja cuando tienes líderes en el equipo como Harold como Dilson, que no van a dejar que el equipo se caiga. Tú no necesitas estar hablando o estar encima de ellos cuando los jugadores de más experiencia juegan de esa manera. Yo consulté con ellos para la conformación del equipo y bueno, nos salió un equipo además de talentoso con una gran química. Al final eso se demostró y terminábamos con ‘El Avioncito’ y toda República Dominicana lo bailó y no se le olvidará a nadie.
¿Y por qué se convirtió ese disco el himno del equipo?
HR: Antes de viajar nosotros tuvimos dos prácticas y Dilson y yo estuvimos hablando de qué íbamos a hacer cuando llegáramos a primera base o lo que sea, y a él y a mí se nos vino la idea de hacer El Avioncito. En el primer juego lo hicimos, pero fue como que normal, ahí, pero ya después cuando fuimos ganando y la confianza aumentó, ya dijimos, vamos a disfrutar esto y vamos a hacerlo siempre.
JM: empezamos con los brazos y ya después era el baile completo (risas)…
José, ya usted está sonando para dirigir en República Dominicana. ¿Cómo toma esto y si definitivamente los Caimanes se van a privar de tener a José Mosquera como manager del equipo en la próxima temporada del béisbol colombiano?
JM: Una de las cosas de cuales estoy muy agradecido con la familia Caimanes es que siempre me han dado la oportunidad de crecer. Estoy seguro que si esas oportunidades se concretan, va a ser difícil dirigir acá, pero creo que para mi crecimiento va a ser una decisión importante. Sin duda uno siempre puede volver a casa y tocar la puerta en un equipo donde he jugado, dirigido y gerenciado, como lo es Caimanes. Sí, he recibido varios mensajes de Dominicana, pero nada concreto todavía. También tengo que ser muy inteligente en mis decisiones, porque así como ahora estoy sonando para dirigir allá, también me puedo quemar allá rápido, así que tengo que saber escoger esas batallas, ese tipo de pasos grandes. Estoy comprometido con seguir mejorando y creciendo como entrenador.
Uno ya vio como Édgar Rentería y Orlando Cabrera hicieron historia en Grandes Ligas abriéndole las puertas al resto de colombianos que han ido allá y han dejado o están dejando huella, como es el caso hoy también de Harold Ramírez. ¿Pero este tipo de logros como país es lo que le hacía falta a Colombia para dar un golpe sobre la mesa en el béisbol de la región?
JM: Exacto, y la manera como lo hicimos. Allá la prensa de Dominicana comparaba este logro con el ‘Maracanazo’, decían: ‘ustedes lo que hicieron fue el Quisqueyazo’. Le ganamos a República Dominicana en su casa, en su patio, así que creo que no hay mejor vitrina para el béisbol de nosotros. Como yo dije, esto marca un antes y un después. Ayer en una reunión de la organización también decían que esto es como ganar una Serie Mundial para Colombia. Así que este logro ha puesto a todo el mundo a hablar del béisbol de nuestro país.
Lograr este tipo de hazañas, dejando el listón altísimo, aumenta la exigencia de cara al futuro. ¿Ustedes son conscientes de eso?
JM: Creo que el trabajo más difícil es el que viene ahora, porque lo mencionas, pusimos un listón bastante alto. Eso no solo va a ser una presión para nuestra liga, sino también para Caimanes, porque esta organización va a querer seguir repitiendo esto, se va a armar para competir la Liga y las futuras Series del Caribe. Tenemos que pelear que porque los jugadores de nosotros no se vayan a otras ligas, traerlos para acá, porque esa convicción de que para lograr un mejor nivel hay que irse a otro país ya está mandado a recoger. Ya acá demostramos que tenemos una gran nivel, tanto como para ir por la Serie del Caribe. Así que creo que ahora el compromiso es mayor, también con más apoyo. Obviamente los otros equipos, como gigantes, Vaqueros y tigres también van a querer subir el nivel para poder vivir lo que nosotros vivimos en esta Serie del Caribe. Y todo eso lo que favorece es a nuestra Liga.
¿Qué tal fue ese duelo de managers barranquilleros entre Pipe Urueta y José Mosquera?
JM: Pipe me dio la oportunidad a mí como coach cuando él fue manager de los Caimanes en 2015, jugamos juntos por mucho tiempo, así que lo conozco muy bien. Nada de lo que pasara en el terreno de juego iba a afectar esa camaradería que hay fuera, pero sin duda, yo estoy seguro que él quería ganar, quería hacer historia también, convertirse en el primer manager colombiano de estar allí,. Representar de la mejor manera a República Dominica. Pero nada, hubo un abrazo luego de eso, muy sincero, me dio unos consejos rapiditos, ‘aprovecha el momento, van a venir cosas buenas para ti, piénsalo’. Y yo sé que nos vamos a volver a ver, simplemente fueron dos partidos supremamente buenos, donde nos sentimos orgullosos de estar ahí. También me felicitó Jaime Del Valle, que también hacía parte del staff de Dominicana y fue nuestro coach el año pasado. Él fue al hotel, lloró, nos abrazó, me dijo que se sentía orgulloso y que nosotros no sabíamos lo que habíamos hecho.
¿Cómo vivieron el homenaje que les realizó Junior en el estadio Metropolitano?
HR: Esa es una historia buena, porque nosotros les íbamos a hacer el camino a ellos, y ellos dijeron: ‘no, venga que ustedes fueron los que ganaron’. Después nos hicieron el camino, yo hice el pateo inicial y después nos vimos el juego completo. Ahí les hicimos fuerza bastante, les dimos suerte (risas).