Fuga de patrocinadores, lío judicial, críticas de jugadores y 1.800 muertes diarias por covid-19. Con ese mar de fondo empezará el domingo la Copa América en Brasil, un país devastado por la pandemia que decidió organizar a última hora la edición más controvertida de la historia reciente del torneo.
El 'espectáculo' arrancará en el estadio Mané Garrincha de Brasilia con el partido entre Brasil y Venezuela después de dos semanas convulsas que pusieron en riesgo la celebración del certamen.
La Corte Suprema de Brasil despejó las dudas en el plano judicial al rechazar en la víspera tres recursos que pedían la suspensión del torneo por la altísima incidencia del coronavirus en el país, que acumula cerca de 500.000 muertos en menos de un año y medio.
Unos días antes, el martes, los jugadores de la selección brasileña ahuyentaban el fantasma del boicot, aunque con duras críticas a la Conmebol, organizadora del torneo.