Durante la tercera fecha del Campeonato Nacional sub-15 de baloncesto, el Coliseo Elías Chegwin se engalanó con la presencia del exbasquetbolista Álvaro Teherán, uno de los principales referentes del deporte de la pelota naranja en nuestro país.
El expívot bolivarense llegó hasta Barranquilla con una misión especial: apoyar a su hijo Jaret, quien juega para Chocó.
A pesar de la derrota sufrida por los chocoanos (57-55) a manos de los antioqueños, Teherán destacó la actuación de su retoño sobre el maderamen.
'Es la primera vez que lo vengo a ver jugar en un torneo de esta índole. Tengo muchas expectativas de lo que pueda hacer en los partidos que se avecinan', aseguró el oriundo de María La Baja.
Teherán resaltó que ha tenido varias sesiones de entrenamiento junto a su hijo, con la intención de perfeccionar su juego.
'Jaret tiene potencial. Él heredó mi ADN en el baloncesto. Hemos practicado varias veces y le he enseñado algunas cosas, que espero que siga poniendo en práctica', apuntó.
El bolivarense se mostró contento por la realización de este tipo de torneos en la capital del Atlántico, puesto que permite su masificación entre los jóvenes.
No siente presión. Con 1,95 metros de altura, Jaret Teherán se ha convertido en uno de los pilares de Chocó en el campeonato. En el duelo contra Antioquia el juvenil tuvo una participación destacada y aportó seis puntos.
En conversación con EL HERALDO, Jaret aseguró que no siente presión alguna por el legado de su padre y que se convierte en una motivación para seguir creciendo en el baloncesto. 'Nunca me había visto jugar y creo que lo hice bien. Cuando se finalizó el juego me felicitó, que lo estaba haciendo muy bien', puntualizó.