Tomás Urueta, el artista que brilló en la pantalla y el Carnaval
El corazón del creador del ‘Pesebre en Vivo’ de Usiacurí ha dejado de palpitar. Su talento estuvo presente en el cine, la moda, las artesanías y el mundo de la docencia.
Las leves montañas en las que reposan los sueños e identidad de los usiacureños, fueron testigos hace más de ocho décadas del nacimiento de Tomás Urueta De la hoz, quien con sus manos mágicas, creatividad y vocación de servicio, se convirtió en referente para sus coterráneos y foráneos, que veían en él, un maestro del arte y la cultura atlanticense.
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Fue el séptimo hijo de una familia numerosa. A temprana edad vio los talentos artesanales de su madre y se interesó por aprender a tejer en palma de iraca, una manifestación cultural de su tierra con la que despertó su talento.
Estudió su primaria y secundaria en tres comunidades religiosas católicas de Barranquilla, siendo la última la Comunidad de los Hermanos Cristianos, actualmente conocida Escuela Normal Superior La Hacienda, en la que aprendió su formación de pedagogo.
Urueta supo aprovechar cada uno de sus días ejerciendo como artesano, artista plástico, director de artes escénicas, actor de cine y teatro, historiador y pedagogo hasta el día de su fallecimiento, el pasado domingo a sus 87 años.
Patricia Iglesias, sobrina del maestro e hija de crianza, confesó que su tío nunca la preparó para el momento de su fallecimiento.
“Él me preparó en esta vida para todo: dirigir el pesebre, trabajar en su taller e incluso, para criar a mis hijos, pero nunca me preparó para este momento, nunca se le pasó por su cabeza el día de su muerte, siempre mantuvo la esperanza de regresar a casa en su última hospitalización”.
A sus veinte años –en 1954–, Urueta inició a trabajar junto con reconocidos artistas del mundo de la moda y el baile, entre ellos, Jaime Donado, Limberg Acero y Sonia Osorio. Durante muchos años fue la mano derecha de diseñadores de moda que construían juntos los vestuarios y elementos de fantasía que requería la clientela del momento.
Por su taller pasaron decenas de reinas del Carnaval, la primera fue Ligia Salcedo Salom en 1970. Posteriormente sus máscaras artesanales se hicieron famosas cuando engalanaron la coronación de Laura Char, Reina del Carnaval de Barranquilla de 1989.
“Él siempre decía que el sentido de la espectacularidad se lo dio Sonia Osorio, con ella inició en este campo, luego vino Limberg Acero, Jaime Donado, Alfredo Barraza, Hernan Zajar, entre muchos otros diseñadores que pasaron por su taller, así como también reinas del Carnaval, reinas nacionales de belleza, y capitanas de clubes”, sostuvo Iglesias.
Los marcados rasgos indígenas junto a su talento escénico, le hicieron merecedor de un papel como el indio jefe de la tribu en The Mission, una película británica de 1986 dirigida por Roland Joffé y protagonizada por el actor estadounidense Robert De Niro.
Al año siguiente, la película fue ganadora de los Premios Óscar en la categoría Mejor Fotografía, entre otros reconocimientos. Por su parte, Urueta participó en producciones nacionales como: La costeña y el cachaco, Alejo Durán, Música maestro y Maten al león.
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En la preparación del personaje, Urueta vivió por varios meses aprendiendo con indígenas de la etnia Wounaan en el Chocó, familiarizándose con su lengua y costumbres locales.
Al finalizar el proyecto, Urueta regresó a Barranquilla con Javier Chiripua y Florin Donisable, dos indígenas de aproximadamente doce años a quienes había convencido de traerlos para brindarles educación y posteriormente volvieran al resguardo y educaran a su comunidad.
“Don Tomás habló con mi mamá y me llevó a Barranquilla, al inicio me dio duro el español porque no lo hablaba mucho, pero luego fui aprendiendo. Al finalizar mis estudios regresé a mi resguardo para servirle a mi comunidad. Desde entonces me convertí en docente, una labor que hasta el día de hoy continuo realizando”, afirmó Chiripua.
Su aporte cultural más notorio fue la creación del Pesebre en vivo, una puesta en escena que inició hace veintisiete años y en ella conjugó todos los talentos desarrollados a lo largo de su vida.
Cada 23 de diciembre, esta tradicional celebración cobra vida con más de noventa actores en escena, quienes desde semanas anteriores se preparan para brindarle al público una noche llena de magia.
“Su legado no va a morir porque tengo un compromiso muy grande y es continuar con el ‘Pesebre en Vivo’ en Usiacurí, ya que él fue su fundador y director de este proyecto durante veintisiete años. El próximo 23 de diciembre le haremos un homenaje para recordarlo nuevamente y agradecerle por su aporte”, sostuvo su sobrina.
Los integrantes le dan vida a las tradiciones religiosas de las novenas celebrando el espíritu navideño, recreando el nacimiento del niño Jesús, la visita de los reyes magos y los pastorcitos adoradores. Las edades de los protagonistas rondan entre los cuatro meses y los noventa años.
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“Él siempre estuvo vinculado a la cultura del municipio y del departamento. En muchas ocasiones le propusieron lanzarse a un cargo público y nunca quiso. A él le hacía feliz ver a los niños felices”, expresó Carlos Iglesias, otro de sus sobrinos.
El pasado martes 22 de noviembre los familiares del artista le dieron el ultimo adiós en la Funeraria Jardines de la Paz. La velación se realizó entre las 9:00 de la mañana y 4:00 de la tarde.
Entre sus reconocimientos a lo largo de su vida, se destaca la Orden de Gran Caballero al cumplir sus 75 años de vida el 7 de diciembre del 2009 concedida por el congreso de la Republica. El año pasado, la Gobernación del Atlántico le dio una exaltación por el ‘Pesebre en Vivo’.