Conocido en su infancia como el niño genio de los timbales, hoy en día Cristian Del Real sigue siendo noticia por sus habilidades musicales, pero en un instrumento y género completamente distintos.
Una vez llamado prodigio de la salsa, que compartió escenarios con grandes como Tito Puente, Cristian dice que actualmente es un estudiante más de piano clásico, una pasión que despertó en él a los 16 años, después de haber alcanzado la fama con los timbales.
Su encuentro con este mundo fue accidental. 'En mi casa, por cosas del invierno, estaba mi papá sacando unas partituras que había comprado hacía 30 años. Yo nunca había escuchado música clásica, él se puso a tocarla y ahí es cuando me empecé a interesar. Una cosa llevó a la otra, empecé a buscar música clásica por internet y ahí empezó la inquietud', contó Del Real a EL HERALDO.
Durante los siguientes dos años después de ese encuentro casual, estudió piano de manera autodidacta hasta que se fue a Bogotá a empezar su educación formal, gracias al apoyo del Concurso Nacional de Belleza.
Aunque algunos lo consideran uno de los talentos colombianos de mayor proyección en las últimas décadas (fue ganador en 2013 del Festival Internacional de Piano de Bogotá y primer premio en el Concurso Nacional de Piano UIS de Bucaramanga 2012), este joven de 25 años cree que aún le falta tiempo, experiencia y aprendizaje, pues es 'una carrera y un instrumento muy desagradecido', que requiere constante práctica para pulir hasta el mínimo detalle. 'Pero eso es lo que me gusta, es todo un universo y tiende a ser infinita la búsqueda', sostuvo.
Esta noche a las 7:30 p.m., Cristian se presentará en el Teatro Amira de la Rosa en el marco de la celebración de los 20 años de la Corporación Luis Eduardo Nieto Arteta (Clena), con el auspicio del Banco de la República y la Secretaría Distrital de Cultura, Patrimonio y Turismo.
Se enfrentará al que considera uno de los públicos más exigentes: el de música clásica. 'El solo hecho de entrar a un escenario donde hay un silencio absoluto, cambia todo. Es mucha más responsabilidad, sin quitarle el mérito a la música salsa que sigo escuchando y sigue siendo mi amor'.
Sin embargo, en la música clásica encontró algo que lo apasiona. 'En el momento de la interpretación uno casi puede pasar por todos los estados de ánimo. Eso mueve mucho las fibras, y si lo estoy tocando como quiero, aún más'.
Para él, más gratificante es cautivar a quienes nunca han estado en contacto con este tipo de música, objetivo que busca lograr esta noche en el Amira con un repertorio compuesto por obras de Frederick Chopin.