El pasado domingo, cuando el cineasta caleño César Augusto Acevedo recibió la Cámara de Oro del Festival de Cannes –en su edición 68–, se ‘escribió’ un nuevo guion en la historia del cine colombiano. Con su ópera prima La tierra y la sombra, que narra la historia de un campesino vallecaucano que retorna a su casa después de 17 años de ausencia, el director logró además tres premios de la Semana de la Crítica.
El debutante cineasta obtuvo la Cámara de Oro –el galardón más importante que a la fecha ha sido otorgado a un filme colombiano– luego de recibir el premio SACD (Sociedad de Autores), el France 4 Visionary Award (Premio Revelación) y Le Grand Rail D’Or (Premio del público).
Diana Bustamante, fundadora y productora asociada de Burning Blue –casa productora de ‘La tierra y la sombra’– y directora del Ficci (Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias), dijo a EL HERALDO que en un principio 'lo que vimos en el guion de César fue una gran sensibilidad, una autenticidad y un poder dramático que había en la historia'.
Según la productora, que trabaja de la mano de Jorge Forero y Paola Pérez –productores asociados de Burning Blue–, el relato de Acevedo tiene 'una fuerza dramática muy potente y eso tiene que ver con las motivaciones que tuvo el director para hacerlo'.
Por un 'dolor personal'
'Esta película nació de un dolor personal', dijo Acevedo en Cannes. 'Mi madre acababa de morir, mi padre era como un fantasma. Quise hacer una película pero todo lo que había venido a buscar había desaparecido con ellos, entonces tuve que tomar distancia', expresó.
El proceso de realización de la galardonada película empezó hace tres años, cuando el proyecto llegó a manos de Paola Pérez, quien era compañera de César Acevedo en la Universidad del Valle (Cali), donde cursó estudios de Comunicación Social y se graduó con laureles con el guión de La tierra y la sombra.
'Era un guion que estaba muy bien escrito desde su primera versión, tenía mucha solidez a nivel de estructura, y personajes bien desarrollados -en medio de un estilo bastante insólito-', manifestó Diana Bustamante.
Colombia en Cannes
La primera participación de un filme colombiano en el Festival de Cannes fue en 1998 con la cinta del director paisa Víctor Gaviria, La vendedora de rosas, que estuvo nominada a la Palma de Oro, el máximo galardón que se entrega en esa competencia cinematográfica. 'Colombia hizo su primera aparición en Cannes a partir de La vendedora de rosas, nominada en la sección oficial de ese Festival, que es la que buscan todos los grandes cineastas del mundo', expresó Gonzalo Restrepo, crítico de cine barranquillero.
En palabras de Restrepo, 'hay que reconocerle a Gaviria esa buena representación que hizo del cine colombiano a nivel internacional'.
Ciro Guerra, el cineasta oriundo de Río de Oro (Cesar), también se suma a la lista de realizadores colombianos que han sido nominados y galardonados en Cannes.
Primero con su película Los viajes del viento, seleccionada en 2009 para competir en la categoría ‘Una cierta mirada’. Y este año con El abrazo de la Serpiente, cinta con la que ganó la distinción a Mejor Película de la Quincena.
A partir del próximo 23 de Julio los colombianos podrán ver en salas de cine del país la premiada película de César Acevedo, que abre un capítulo de oro en el cine nacional.
El ‘abrazo’ de Cannes a Colombia
Con su película ‘El abrazo de la serpiente’, el director cesarense plasma la relación entre espiritualidad y ciencia, y logra sumergir al público en un viaje hacia el corazón del Amazonas. El largometraje fue premiado el pasado viernes con el Art Cinema Award en la categoría Mejor Película de la Quincena de realizadores en Cannes, y según los conocedores, sitúa a Guerra como un director de altura. La película narra la historia de dos exploradores occidentales en la Amazonía colombiana de la primera mitad del siglo XX, que se embarcan en un viaje –al que se suman chamanes locales– en busca de una planta perdida. ‘El abrazo de la serpiente’ llama a la reflexión sobre la pérdida de la identidad de las comunidades originarias.
La de Acevedo
El contexto de la película son los conflictos sociales entre los corteros de caña de azúcar y sus empleadores, que los hacen trabajar por salarios muchas veces ridículos y que tardan en pagar. Esa realidad, precisamente, hizo más complicado el rodaje, ya que los terratenientes del lugar no quisieron que se filmasen esas reivindicaciones en sus campos. Al no encontrar actores profesionales que le satisficiesen, Acevedo decidió trabajar con habitantes de la región. El protagonista que lleva el peso del drama sobre sus hombros, Alfonso (Haimer Leal), era, por ejemplo, el señor encargado del aseo y de llevar el café en el teatro en que hacían los ‘castings’, le explicó Acevedo a la Agencia Efe, y precisó 'es importante ver cómo ese progreso puso en riesgo la memoria y la identidad de toda esa región', además, gran parte del equipo enfermó por las durísimas condiciones ambientales del rodaje. Efe
La primera pisada de Colombia en Cannes
Con el filme ‘La vendedora de rosas’, el director antioqueño logró en 1998 una nominación al premio Palma de Oro en el Festival de Cannes. La historia de Lady, una niña que vende rosas por las calles de Medellín y se enfrenta a las dificultades propias de la pobreza. El guion de la cinta se basó en el cuento La vendedora de cerillas, de Hans Christian Andersen, y en la vida de su protagonista.