
Dictan clases de meditación para afrontar la COVID-19
Además de los libros de texto, los estudiantes analizan las realidades de su entorno como parte de su preparación académica.
Carlos Enrique Arias, docente de Montelíbano, Córdoba, trabaja para mantener la motivación de sus estudiantes en tiempos de pandemia.
Con su programa ‘Aula Investigadora’, que fue galardonado con el Premio Compartir al Maestro el año pasado, se enfoca actualmente en la articulación de las clases que dejaron de ser presenciales debido a la crisis sanitaria, como ocurre en los países golpeados por la pandemia.
En el sur del departamento, con la presencia de grupos delincuenciales reclutadores de niños, la poca conectividad a internet y ahora con los contagios por el coronavirus, los niños, niñas y adolescentes corren el riesgo de alejarse de las aulas de clases.
El programa ‘Aula Investigadora’, en la Institución Educativa San Antonio María Claret, trabaja en el desarrollo de los estudiantes en capacidades de lectura y escritura, a partir de procesos de investigación, basados en la realidad local o nacional, por lo que actualmente se enfoca además en la articulación de la escuela que pasó de ser presencial a ser a distancia.
Arias Villegas sostiene que en la actualidad el programa educativo es acompañado con sesiones de meditación y de reflexión para dotar a los niños, niñas y adolescentes con las herramientas que les permitan afrontar el aislamiento preventivo de una manera positiva.
“Tenemos algunos alumnos estresados, y también padres de familia, a quienes les ha tocado convertirse en maestros para ayudarles a sus hijos, entonces nos ha tocado armarnos de paciencia para avanzar en el procedimiento”, explica el docente.
Para el educador, con el pasar de los días se han logrado algunas metas frente a las clases a distancia, aunque reconoce que no en un 100 por ciento, debido a que muchos estudiantes no tienen conectividad en sus casas.
Con este ejercicio el estudiante puede a elegir los temas de investigación conforme a las problemáticas que identifica y que desea solucionar.
“Nos apoyamos en las cartillas y también en redes como WhatsApp y otras App que se han convertido en aliadas a la hora de enviar trabajos hechos en casa”, asegura el educador.
La clase escolar. Hasta la fecha, un 70 por ciento del estudiantado ha mantenido la motivación, mientras que el otro 30 por ciento está presentando dificultades.
“Ellos manifiestan que extrañan a sus amigos, al colegio e incluso a los profesores. Frente a eso hemos recurrido a enseñarles a meditar y a que articulen su proyecto de vida”, señala Arias.
“Con este ejercicio el estudiante puede apreciar su realidad y a partir de esa conciencia, empieza a elegir los temas de investigación conforme a las problemáticas que identifica y que desea solucionar”, explica.
Pero no todo es teoría, una vez los jóvenes identifican las necesidades de su entorno, inician un proceso de indagación entre los miembros de su familia y demás miembros de su comunidad.
Los temas de investigación son elegidos por los propios estudiantes, lo que les brinda un sentido de pertenencia, arraigo y un sentido crítico de su entorno y de lo que se necesitan hacer para mejorar en lo personal y en lo comunitario.
“Durante la semana académica se dedica un espacio en las clases de Lengua Castellana para que los diferentes equipos socialicen sus avances ante sus compañeros, quienes les hacen aportes y comentarios a los proyectos. Los resultados de cada proceso de investigación quedan consolidados en informes finales, los cuales están a disposición de la comunidad en la biblioteca escolar y en el sitio web del colegio”, señala el educador.
Arias agrega que “con esta propuesta se evidencia que los estudiantes fortalecen las competencias comunicativas básicas como la lectura, la escritura, la oralidad, el pensamiento crítico, la toma de postura argumentada, la autonomía y el respeto por la diferencia.
“En este trabajo uno nota que muchos de esos niños realmente más que clases, necesitan un abrazo, que se sienten con ellos a compartir porque es que hay una gran soledad”, manifiesta Arias Villegas.
El programa ‘Aula Investigadora’ goza de reconocimiento entre la academia, pues –desde su aplicación– el 95 por ciento de los estudiantes egresados de la mencionada escuela acceden a la educación superior, según explicó el docente.