Dicen que el rojo es el color del amor, el color de la energía, o el color del calor, pero para María Claudia Ruiz Berrío, sobreviviente de la violencia en el sur de Córdoba, el rojo es el color de la esperanza.
Tratando de dejar atrás los tiempos del oscurantismo, generados por la presencia de los grupos armados ilegales, María Claudia y otros 24 campesinos, conformaron la Asociación de Víctimas de Tierralta, con la que alternan sus labores en los cultivos de yuca y plátano, para realizar la siembra y cosecha de los arbustos de achiote, cuya semilla es reconocida en el mundo de la culinaria por su colorido aporte a la hora de preparar las sopas, el guiso, el arroz, entre otros alimentos.
La tarea comienza desde tempranas horas y culmina poco antes del mediodía, cuando se ponen a secar las ‘pepitas escarlatas’ bajo la amarilla luz del sol.
En esta población ubicada en la vereda Flores Central, del corregimiento de Santa Marta, municipio de Tierralta,sur de Córdoba, el achiote surgió para ponerle color a la vida, pues a pesar de ser un ingrediente tradicional de la cocina local, rápidamente se convirtió en una alternativa económica que podría llevarlos a negociar con empresas a nivel nacional e internacional.