La declaración que el desmovilizado Carlos Andrés Palencia González, alias ‘Visaje’, hoy prófugo en zona rural de Cúcuta, entregó a un fiscal de la Unidad Nacional de Justicia y Paz corroboró la sólida influencia de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, en la Universidad de Córdoba, única institución de educación superior en el Departamento.
El relato de ‘Visaje’ fue entregado un mes antes de su fuga, realizada entre el aeropuerto de Montería y la Fiscalía en noviembre de 2010. Palabras más, palabras menos, dijo que el entonces máximo comandante de las AUC, Salvatore Mancuso Gómez –quien ejercía como ‘rector a la sombra’ desde Ralito, sede y campo de entrenamiento del grupo ilegal– les pagaba los estudios a por lo menos 15 jóvenes de su predilección para que le sirvieran de informantes y señalaran a todo aquel que actuara contra las normas de las Autodefensas.
El desmovilizado del bloque Córdoba ,y mercenario de confianza de Mancuso Gómez, confesó en esa versión libre que al menos tres de esos estudiantes, incluyendo un funcionario, fueron los responsables de haber señalado a las víctimas futuras. La orden de Mancuso Gómez era darle muerte a todo el que se convirtiera en un obstáculo para la organización, en el afán de tomarse el claustro a sangre y fuego. El poder fue tanto, que a dos de los informantes también los mataron porque guardaban muchos secretos.
'Profesor, trabajador o estudiante, había que asesinarlo si estaba en contra de las AUC', precisó ‘Visaje’ en ese entonces.
La desgarradora declaración la hizo el ex para, hoy presunto cabecilla de los Urabeños, ante el fiscal 13 delegado de la Unidad de Justicia y Paz, Francisco Álvarez, junto a los también desmovilizados José Luis Hernández, alias Poncho; y Grimaldi Núñez, alias el Taxista, presos en la cárcel las Mercedes de Montería.

Carlos Andrés Palencia González, alias Visaje.
Crimen en la casa del rector. Palencia González fue el hombre de confianza de Salvatore Mancuso Gómez para el tema de la Universidad de Córdoba, influencia que comenzó a cristalizarse en el 2000. Tenía, además, el mando de otros siete paramilitares urbanos y todos los actos dentro y fuera de la U contaban con el aval del entonces rector Víctor Hugo Hernández, otro prófugo condenado a 35 años de cárcel por el crimen del docente y ex aspirante a la rectoría, Hugo Iguarán Cotes, ocurrido el 10 de septiembre de 2000, en la misma casa del rector. Un año antes Iguarán Cotes se había salvado de un primer atentado.
Aunque la influencia paramilitar en el claustro se había iniciado en 1995, en 2001 se hizo más pública aún la toma con la designación como rector de Hernández, debido a la presión de Mancuso sobre los miembros del consejo superior. El funcionario, un licenciado en matemáticas, no cumplió los compromisos y el mismo comandante de las AUC le pidió la renuncia.
Posteriormente, asumió Claudio Sánchez Parra, hasta 2008, quien dejaría el cargo cuando se iniciaron las investigaciones en su contra por presuntos vínculos con las AUC. La investigación, según el colectivo de abogados que enfrenta el tema de la reparación colectiva de Unicórdoba, está en los anaqueles de la Fiscalía.
Los 'paras' de libro bajo el brazo. Por el señalamiento de los que delinquían para Mancuso o los llamados ‘los libros bajo el brazo’, fueron asesinados 13 miembros de la comunidad estudiantil.
La primera víctima fue el estudiante de ingeniería agronómica y trabajador de la institución Francisco Ayazo. Nelson Narváez Ramos, trabajador de la Universidad, fue el segundo asesinado y su homicidio se realizaría dentro de la institución, a pesar que el ex rector Hernández les pidió a los matones que fuese en otra parte.
La tercera víctima fue el estudiante de química, Jonny Sierra Cantero, ocurrido el 11 de agosto de 2001, en el planchón del corregimiento Carrillo, en jurisdicción de San Pelayo.
También fueron asesinados el ex rector y pensionado Iván Garnica (18 de septiembre de 2001), hecho que fue confesado por Mancuso Gómez.

Santa Fe de Ralito, sede de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, en Córdoba.
¿Hubo perdón?. En las mentes de las víctimas existe una confusión de sentimientos, porque no saben si el pregrabado de Salvatore Mancuso, difundido el pasado viernes, puede ser considerado un verdadero perdón.
En el capítulo especial sobre Unicórdoba, el exjefe paramilitar reconoció el daño que le causó a la institucionalidad por haber impactado en su imagen local, regional y nacional.
'Perdón a esa juventud que vio truncada la posibilidad de los estudios superiores por nuestros actos, perdón por los estudiantes y líderes sindicales que tuvieron que callar cobijados por el terror y el miedo en una institución diseñada para la libre expresión.
erdón por los que se fueron de la universidad y por los que tuvieron que abandonar Córdoba y el país, perdón juventud de Córdoba', indicó.
Para el presidente de la Asociación de Profesores Universitarios (Aspu), de la Universidad de Córdoba, Luis Gabriel Flórez, el perdón de Mancuso el viernes no dijo la verdad de la toma a la institución.
'Ha habido una serie de dudas alrededor del tema y, sinceramente, la verdad no ha fluido en la Universidad de Córdoba. Aún no hay verdad y tampoco justicia', precisó el docente.
Dijo que existe gran expectativa con el proceso de reparación, que recientemente fue catalogada por el colectivo de abogados que defiende al alma máter como una 'causa en pañales'.
'Perdón no exonera a Mancuso'. Además de tenerse que guardar un extenso cuestionario sobre el paradero de familiares, cadáveres, y la verdad sobre quién tiene las tierras despojadas, las víctimas del paramilitarismo en Córdoba advierten que el perdón grabado no lo exonera de tener que pagar y resarcir el daño causado a miles de familias.
Así se refirió Óscar Zuluaga, miembro de la Asociación de los No Vinculados, en representación de al menos dos mil familias que en la época de la guerra paramilitar debieron acceder a las órdenes ilegales bajo la presión de las armas.
'Fue un perdón importante, pero en lo personal para Mancuso, pero eso no lo exonera de que tenga que resarcir el daño y decir la verdad, lo que queremos nosotros además de la justicia y la reparación', sostuvo Zuluaga.
¿Quién es Mancuso?
Salvatore Mancuso Gómez, tiene 50 años, es conocido con los alias de Mono Mancuso, Santander Lozada o Triple Cero.
Es monteriano, su padre es italiano, el segundo de seis hermanos, es administrador agropecuario y también estudió inglés en Pensilvania. Cuando joven practicó motocross y se destacó como uno de los mejores pilotos del Caribe.
Sin embargo, dejó ese deporte para irse a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá. Desde ese entonces abandonó Montería para refugiarse en la selva del Nudo del Paramillo.
Fue el principal vocero de las AUC en la mesa de negociación con el Gobierno. Se desmovilizó en el 2005 y tres años después fue extraditado a Estados Unidos.
Fue comandante de al menos ocho bloques paramilitares y ha sido señalado de participar en al menos 300 homicidios.