América: cuando el balón se encuentra con Juan F. Quintero se dispara la imaginación. Y si en el camino se cruzan con la velocidad y desequilibrio de los delanteros, entonces América se transforma en un equipo muy peligroso en fase ofensiva.

Además, sus defensas laterales, Candelo y Mina, con mucha frecuencia, también le aportan a esa peligrosidad. No se ven tan impermeables cuando regresan a defender, ellos y en general el grupo. Tendrá el punto “invisible” en caso de empate en el primer lugar.

No tendrá a Quintero y Ramos en el inicio del cuadrangular por su convocatoria a sus selecciones. Y, posiblemente, a Barrios y Balanta por lesión. Ausencias que lastiman su poderío.

Medellín: es el equipo menos colombiano durante el trámite del partido y el más colombiano a la hora de definir. La primera característica tiene que ver con la forma de distribuir a los jugadores, en la que muchos no tienen posiciones fijas, se reúnen alrededor del balón y cualquiera inicia o gestiona su posesión y el avance de la jugada.

Este Medellín logra sostener una dinámica y una intensidad poco común en el ritmo habitual de la liga. Defiende hacia adelante. Y así es la mejor defensa en las estadísticas. La segunda característica es su faceta más antipática, es el defecto más visible y dañino: es el equipo que más oportunidades de gol desperdicia. Su mal endémico. Si no afina la puntería...

Tolima: es el de menos protagonismo mediático, pero no necesariamente el de menos calidad en su juego. Ordenado, posicional, de buena posesión del balón, atributos que coinciden con el modelo español, justamente el país de su entrenador.

Le agrega la velocidad y el desequilibrio de sus punteros y la clase técnica de Nieto, su estratega en la cancha. ¿Podrá dar el último paso que le ha faltado para coronar como le ha pasado en las 3 finales anteriores?