Carlos Valderrama definió todo de manera contundente: “Junior es una recocha”. Las palabras del ‘Pibe’, publicadas por EL HERALDO el 2 de octubre de 2014, surgieron en un momento en que Luis Quiñones hacía y deshacía con su indisciplina y se fue a los puños con Luis Narváez y Víctor Pacheco, que era asistente de Julio Comesaña en ese entonces.
Comesaña separó del plantel al indomable Quiñones, a Juan Guillermo Domínguez y Michael Ortega por actos antideportivos, lo cual no fue compartido por los dirigentes y le ordenaron que los reintegrara al grupo. Había claros desacuerdos entre el técnico y los propietarios del equipo, en cabeza de Fuad Char, que dejó de comunicarse con el colombo-uruguayo.
Casi dos años después, Domínguez (en compañía de Toloza) sigue protagonizando situaciones de mal comportamiento y volvió a existir un cortocircuito en la comunicación entre el dueño y el timonel de turno, Alexis Mendoza. Situaciones distintas, pero similares en esencia. Cambian las formas, pero el fondo es el mismo.
Antes de las controversiales palabras de Char contra Mendoza, en las que lo culpaba públicamente de frenar la contratación de Teófilo Gutiérrez “por complicado”, lo cual fue desmentido por el señalado, el accionista tenía varios días sin pasarle al teléfono al entrenador. Renuncia por un cumulo de cosas, no solo por el tema Teo.
Entre esas cosas debe estar la falta de más refuerzos para el ataque y la presión para que volvieran Domínguez y Toloza a la lista de convocados para los partidos. Retornaron ambos ahora que el orientador barranquillero se fue.
Lástima su partida. Su exitoso ciclo en Junior lo resumo así: un título de Copa, dos finales de Liga y una lección de dignidad.
Ya llegó Giovanni Hernández. Estaba escrito que iba a ser técnico de Junior algún día por la gran huella que dejó como jugador. Pero yo pensaba que más tarde que temprano, ya con experiencia y mayores méritos que su condición de ídolo rojiblanco. Ojalá se vuelva nuestro Zidane. “No hay que tener millones de canas para agarrar un equipo”, dijo ayer. Cierto.
Al margen del nombre del capitán, si no se tienen claros los objetivos, si no hay discurso unificado, visión, filosofía y planificación, si se anda sin brújula, expuesto a lo que quiera el viento, se puede quedar a la deriva. Hace rato falta una sólida estructura institucional.
Sería bueno que Junior aprenda la lección que deja Mendoza para desvirtuar y no seguir trayendo a colación esa frase del ‘Pibe’ que hoy continúa vigente.