Cuando damos por sentada la posibilidad de ejercer un derecho, es difícil pensar que un día no muy lejano éste fuese negado, y mas aun que su consecución implicara situaciones tan extremas como el uso de la violencia. Tal sucede con el básico derecho al voto femenino, el cual desafortunadamente aun no es legal en muchos países del mundo.
El caso que muestra la película se refiere a un grupo particular de mujeres pertenecientes a la llamada Women’s Social and Political Union, fundada por Emmeline Pankhurst, quien es interpretada por Meryl Steep con una corta aparición. Después de fallidos intentos por obtener reconocimiento mediante la vía diplomática, Pankhurst decide que son los hechos y no las palabras los que lograrán el cambio.
Tales hechos, que implican una ardua y dolorosa lucha, se muestran a través de un personaje común, Maud Watts (Carrey Mulligan), una madre y trabajadora del Lower East End de Londres en el año 1912, que se va radicalizando poco a poco ante la observación de la injusticia y el abuso a las mujeres, tanto en el lugar de trabajo como en la vida privada.
Maud trabaja en una lavandería industrial y vive con su esposo Sonny (Ben Whishaw) y su pequeño hijo George. El quehacer cotidiano no le da tiempo para cuestionamientos, aunque los abusos sexuales de su jefe Mr. Taylor (Geoff Bell), no le son ajenos. Un día es testigo de una manifestación callejera donde una de sus compañeras de trabajo, Violet Miller (Anne Marie Duff) grita y tira piedras por el derecho al voto femenino.
En una ocasión, cuando su hijo enferma, busca la ayuda de una farmaceuta, Edith Ellyn (Helena Bonham Carter) y se da cuenta que ésta también hace parte del movimiento. Circunstancias casuales la van envolviendo cada vez mas en el activismo, hasta que se ve confrontada con las autoridades, específicamente con el inspector Steed (Brendan Gleeson) con quien tiene varios encuentros.
Un suceso va llevando a otro, y Maud empieza a sentir el efecto de sus actos a todo nivel, no solo público sino en su propia familia y en el barrio donde habita. ¿Hasta dónde somos capaces de sacrificar por una causa y quienes son los que en últimas se benefician de ella? Son preguntas que quedan presente después de salir de la sala.
La cinta, cuyo libreto está a cargo de Abi Morgan bajo la dirección de Sarah Gavron, mezcla personajes reales como el conocido caso de Emily Wilding Davison (Natalie Press) quien pretendió llamar la atención parándose frente al caballo del Rey en el Derby de 1913, con algunos ficticios como Maud, y aunque en ocasiones parezca fallido, la historia es tan poderosa que el sólo hecho de contarla vale la pena.
La actuación de Carrey Mulligan y Bonham Cartes es excelente, y la película, que indiscutiblemente tiene que mostrar el drama inherente a la historia, logra escapar los clichés, mostrando a la vez el coraje y los sacrificios en la consecución de los cambios y la limitación de los mismos. Un siglo después, la lucha continúa.