¿Quién, de los adultos mayores, no tuvo alguna vez en sus manos un cancionero Picot, con la letra de las canciones de moda? Publicado por Laboratorios Picot, de México, era un medio para promocionar la Sal de Uvas Picot, con el eslogan: “Si un vaso de vino quita la pena, un vaso de Sal de Uvas Picot quita la pena del vino”.

La idea de publicar un cancionero surgió en 1931, luego de que el laboratorio anunciara su producto con música en la radiodifusora mexicana XEW, y al ver que la música pegó, decidieron publicar la letra de esas mismas canciones, además de las graciosas aventuras de Chema y Juana, quienes, en verso, anunciaban las bondades de la Sal de Uvas.

Una de las primeras letras publicadas fue la de Vereda Tropical, de Gonzalo Curiel, y cuenta Lupita Palomera, su primera intérprete, que llegó a ser tan popular en México, que en los anuncios de los diarios solicitando empleados apareció uno que decía: “Se solicita empleada que NO cante Vereda tropical”. En Barranquilla lo vendían en el Centro, a la par que el Almanaque Bristol y el Calendario de Pielroja, y era popular en todos los estratos sociales. Este librito de 32 hojas salió anualmente hasta 1963.

En él aparecían canciones como: Un viejo amor, Cielito lindo, Ay, Jalisco no te rajes, Allá en el Rancho Grande, Hoja seca, Desesperanza, Aventurera, Cabaretera, Hipócrita, Viajera, Callejera, Vereda tropical, Nosotros, Sabor a mí, La última noche que pasé contigo, María Bonita, Reloj, Frío en el alma, Humo en los ojos, La gloria eres tú, Tú me acostumbraste, Perfidia, Quizás, quizás, quizás, Quisiera ser y Cariño verdad. Románticas canciones que ya no escuchamos y que al igual que el cancionero Picot y tantas otras cosas son solo reliquias del pasado.

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