La investigación por el atentado en contra del senador Miguel Uribe Turbay, ocurrido el pasado 7 de junio en el barrio Modelia, en el occidente de Bogotá, avanza con la recuperación e inspección de dos vehículos presuntamente involucrados en el hecho. Las autoridades trabajan en el análisis de sus recorridos, mientras continúan en la búsqueda de otros presuntos responsables del ataque.
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Uno de los automóviles es un Chevrolet Spark gris con placas JFP-026. Según registros oficiales, este vehículo era conducido al momento del atentado por Carlos Eduardo Mora González, quien cuenta con antecedentes judiciales por porte ilegal de armas en el departamento de Caquetá. El Spark había cambiado de propietario en julio de 2024 y estaba registrado a nombre de un comerciante identificado como Jairo Alexander Méndez Cuéllar.
Méndez, quien dirige junto a su padre una empresa de alquiler de vehículos para plataformas digitales, confirmó que el Spark hacía parte de su flota y que Mora había sido contratado como conductor desde el 29 de marzo de este año.
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“Entre los filtros para la contratación revisamos la licencia, cédula y antecedentes y no encontramos nada irregular”, explicó el empresario a ‘El Tiempo’. Además, también señaló que Mora llegó por recomendación de otro empleado, quien se retiró de la empresa el 26 de mayo.
Como parte de la colaboración con las autoridades, Méndez aseguró que su padre ya compareció ante la Fiscalía y entregó copia del contrato de arrendamiento del vehículo, con el fin de esclarecer la relación entre la empresa y el conductor señalado.
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El segundo vehículo identificado por los investigadores es un Volkswagen azul con placas NAP-202. En este automóvil se habría movilizado William Fernando González Cruz, a quien las autoridades vinculan con el operativo de evacuación de dos presuntos responsables materiales del atentado, conocidos con los alias de ‘el Costeño’ y ‘Gabriela’.
Este Volkswagen aparece registrado a nombre de una mujer, quien lo adquirió el 12 de agosto de 2024. Aunque no se ha revelado públicamente su identidad, se sabe que el registro del vehículo figura en la Secretaría de Movilidad de Manizales. Al igual que el Spark, este automóvil contaba con la documentación al día, incluyendo la revisión técnico-mecánica y el Soat.
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La Fiscalía General de la Nación, en coordinación con la Policía Judicial, continúa trazando las rutas seguidas por ambos automotores antes, durante y después del atentado. El objetivo es identificar posibles puntos de encuentro, patrones de movimiento y conexiones con otros involucrados.
Fuentes cercanas al proceso indicaron que los datos de geolocalización y los registros de cámaras de seguridad del sector podrían ser determinantes para establecer no solo la logística del ataque, sino también para dar con los autores intelectuales.
